EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

En el Brasil de Bolsonaro, las libertades están en peligro

Gaspard Estrada

Enero 22, 2020

 

El pasado viernes, un video causó revuelo internacional. Durante sus tres minutos de duración, el entonces secretario de Cultura de Brasil, Roberto Alvim, anunció las prioridades de su dependencia para 2020, y en particular el “programa nacional de cultura” que el presidente de ese país, Jair Bolsonaro, quiere impulsar. Sin embargo, esta grabación no difundía un material común. En efecto, en este video, Alvim pronuncia la siguiente frase: “El arte brasileño de la próxima década será heroico y será nacional. Estará dotado de gran capacidad de implicación emocional y será igualmente imperativo, puesto que estará profundamente vinculado a las aspiraciones urgentes de nuestro pueblo, o entonces no será nada”. La frase es muy similar a la del propagandista principal del régimen nazi, Joseph Goebbels, quien dijo: “El arte alemán de la próxima década será heroico, será profundamente romántico, será objetivo y completamente libre de sentimentalismo, será nacional con un gran significado e igualmente imperativo y vinculante, o entonces no será nada”. Podría pensarse que se trataba de una coincidencia infeliz. Sin embargo, como música de fondo, el equipo del ahora ex secretario decidió utilizar la ópera Lohengrin de Richard Wagner, compositor favorito de Hitler. De tal suerte que no había lugar a dudas. Rápidamente, ese video empezó a suscitar la reacción de políticos, artistas, internautas y personalidades brasileñas. Sin embargo, Jair Bolsonaro ha dejado en evidencia su voluntad de continuar con las políticas liberticidas impulsadas por su ahora ex secretario de Cultura.
Por otro lado, el día de ayer, el Ministerio Público federal abrió una investigación en contra del periodista Glenn Greenwald, fundador del sitio de investigación periodística The Intercept Brasil, por haber alentado un fraude cibernético en contra de miembros del Ministerio Público y el ex juez Sergio Moro. El magistrado en cuestión ya había pedido previamente la prisión preventiva del presidente de la Orden de los Abogados de Brasil, Felipe Santa Cruz, por haber supuestamente ofendido al presidente Bolsonaro (poco tiempo después, la Corte Suprema decidió suspender tal pedido). Esta vez, volvió a la carga, sin presentar pruebas como es costumbre. De hecho, el procurador afirma en su despacho que la inexistencia de pruebas demuestra que algo fraudulento existe, repitiendo de esta manera el proceder del ex juez Sergio Moro al condenar al ex presidente Lula por “actos indeterminados”. Lo más sorprendente y repugnante de esta situación es que la policía federal, a pesar de ser dirigida por el ex juez Sergio Moro, no encontró ninguna ilegalidad en este caso. A pesar de ello, el magistrado decidió abrir una investigación contra el reconocido periodista norteamericano. De tal suerte que de nueva cuenta en Brasil, la policía política de Sergio Moro y de los procuradores se ha puesto en acción. Inmediatamente, numerosas personalidades del mundo periodístico mundial repudiaron la medida vía Twitter. De la misma manera, varios integrantes de la Corte Suprema de Brasil criticaron la decisión del procurador, incluyendo el ministro Gilmar Mendes. Este último había concedido un amparo en julio de 2019 al fundador de The Intercept Brasil para evitar que fuese encarcelado o llamado ante la justicia. Pero para los procuradores del Ministerio Público, la ley se ha vuelto un accesorio, útil para perseguir a los opositores políticos, o simplemente periodistas que buscan hacer su trabajo. De tal suerte que en el Brasil de Bolsonaro, las libertades están bajo amenaza.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada

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