EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

En el último tercio

Abelardo Martín M.

Septiembre 06, 2022

 

Si se tratara de una faena a un toro, el gobierno del presidente López Obrador entraría al último tercio, justamente al de las suertes con la muleta y, en el mejor de los casos, al de una estocada que cerrará con broche de oro una buena faena.
En los dos tercios anteriores (con el capote, los picadores y las banderillas) ha habido de todo y el burel (el gobierno) ha sido a veces intempestivo, errático, y no ha permitido el lucimiento pleno del matador. A veces han ocurrido lances en los que pareciera que el matador queda desarmado, como son los resultados en seguridad y en algunos rubros de justicia o economía.
En dos años más, el presidente López Obrador entregará el 30 de septiembre de 2024 la estafeta a su sucesor o sucesora.
Para parte de la afición, la faena fue dada por terminada, mientras para otros, los lances hasta ahora han sido exitosos y otorgan ya premios al torero, cuando que, los expertos lo saben, una faena termina hasta que el toro es arrastrado sin vida fuera del redondel.
Para la mayoría, los esfuerzos anticorrupción y buen ejemplo han sido definitivos mientras para otros son insuficientes. Lo mismo ocurre en la gran mayoría de las políticas públicas federales. Cambiar el rumbo, romper inercias y lograr cambios genuinos, no ha sido y no será fácil.
No se cumplen aún cuatro años del inicio del régimen de la transformación, pero la presentación del informe anual que por ley debe entregar el Presidente de la República al Congreso al inicio de sus sesiones, permite hacer un balance del periodo, y evaluar los retos hacia el final de su administración.
Uno de los grandes pendientes es el crecimiento económico, en lo cual interviene la dinámica que vive el mundo entero entre las secuelas de la pandemia y de la guerra; pero pese a ello, se ha logrado recuperar la generación de empleo, ya que a la fecha los trabajadores inscritos en el Seguro Social son casi 21 millones y un cuarto, dato que supera en más de 600 mil los registrados antes de la pandemia.
Además, el ingreso laboral real de los trabajadores se ha incrementado en promedio casi cinco por ciento en el último año, con lo que, se aduce, se ha disminuido la desigualdad.
Otras políticas han coadyuvado en la estrategia de transformar el país, fundamentalmente poner el acento en los programas sociales, que se han incrementado y elevado a rango constitucional, porque benefician directamente a la población más vulnerable.
El fenómeno de la inseguridad fue también tratado en el informe. Y aunque en los medios se percibe un recrudecimiento de los delitos de alto impacto, el mandatario señaló que con datos del Inegi se puede mostrar que el número de homicidios va a la baja, en particular en lo que va del año, en que se han reducido en una proporción de más del diez por ciento.
En ese contexto se refirió a la creación de la Guardia Nacional y se refirió a la iniciativa que envió al Congreso para que ese cuerpo pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, la cual fue aprobada con dispensa de todos los trámites por los diputados, pero se prevé que será motivo de una batalla épica en el Senado.
Este tema, junto con la reforma electoral, son los dos grandes asuntos pendientes anunciados por el Presidente. Su solución marcará en parte la fuerza o la declinación con que se aproxime al tramo final de su gobierno.
Más allá de cálculos políticos, la disminución de la criminalidad y la violencia es una de las cuestiones que marcará el sexenio, como lo ha hecho por lo menos con los dos anteriores. El mismo López Obrador ha señalado que sin la pacificación del país no podrá sostenerse su proyecto de transformación social.
Las cifras mostradas en ese rubro en el Informe son aún modestas y habrá que esperar su evolución.
En Guerrero, en cambio, los más recientes datos muestran una tendencia consistente a la baja. Aquí también hay crímenes que se tornan emblemáticos por las personalidades a las que se agrede, pero debe reconocerse su declinación estadística en los últimos cuatro años, pues desde 2018, en que durante los primeros ocho meses se registraron más de mil 700 asesinatos, la cifra ha disminuido de manera consistente año con año, hasta situarse en 2022 en 907, con lo que se ha observado una reducción de cerca del 50 por ciento, casi la mitad.
Ojalá que estas trayectorias continúen en el ámbito local y en el nacional pues efectivamente mientras no haya paz y tranquilidad en cada región del país difícilmente habrá prosperidad, felicidad y transformación.
A dos años del término definitivo de su mandato, el presidente López Obrador ya vive (quizá sufre) la soledad. La gran mayoría de los miembros de su gabinete, hombres y mujeres, lo dejaron solo. Varios de ellos no sólo están fuera de la opinión pública, sino que en sus propias dependencias apenas aparecen y mucho menos lucen resultados de trabajo que demuestren su esfuerzo. Llegaron con identidades desconocidas y así parece que saldrán, sin pena y por supuesto, sin gloria.
El Presidente ha cumplido cabalmente en sus informes a los mexicanos, pero el proceso de la sucesión presidencial adelantada adquiere cada vez mayor relevancia y ocupa (o distrae) la atención, hasta tal punto que hay quienes afirman que los temas electorales llegaron para quedarse y serán eficaces distractores de los problemas como salud, educación, seguridad, inflación, corrupción y un repetido etcétera, etcétera.
Quedan dos años por delante del gobierno lopezobradorista, muy poco para quienes están en el gobierno y mucho para quienes todos los días desean que la 4T termine.