EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

En Guerrero se avanza

Ángel Aguirre Rivero

Mayo 03, 2019

Al dar la vuelta a la mitad de su gestión, el gobernador Héctor Astudillo ha mostrado una indudable paciencia, resilencia política y trabajo constante.
A contracorriente de la mitad de los estados del país, cuya economía se desaceleró en el último trimestre de 2018, el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (Itaee), a través del cual Inegi que mide la evolución de las economías locales, revela que Guerrero y Sonora crecen a un tasa del 1.2 por ciento. Son buenas noticias de la actual administración estatal.
También hay que abonarle a su gabinete económico, el correcto manejo y disminución de la deuda pública estatal.
En turismo, Guerrero mantiene la fortaleza que da sustento a su economía. Las inversiones que hace el gobierno estatal en Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, revitaliza a estos destinos turísticos. Tal vez le falta mirar hacia el otro vértice del triángulo, la colonial Taxco, que con gran mérito lucha por mirar hacia el futuro de la mano de sus empresarios y autoridades.
Hasta ahora, las condiciones que se presentan con el cambio de gobierno federal no son favorables y podría decir que resultan adversas: la eliminación del Consejo Mexicano de Promoción Turística, de las Zonas Económicas Especiales; la cancelación de las obras de ampliación carretera; la eliminación de algunos programas sociales y de los recursos del Ramo 23; la reducción en la entrega de fertilizante, pero sobre todo, la carencia de proyectos concretos que impulsen el desarrollo económico, son nubarrones que aparecieron en 2018 y 2019.
Sinceramente espero que el presidente Andrés Manuel López Obrador reconsidere la exclusión que tal vez de manera inadvertida, hace del estado que le dio impulso a su lucha política durante décadas. Nobleza obliga.
Es importante el anuncio que se hizo de la inversión multianual del gobierno federal para colonias de Acapulco donde se va a introducir agua y drenaje; mejorar las calles y el alumbrado público; ampliar y crear centros para la recreación; el deporte y también la seguridad pública. Pero no es suficiente.
El gobernador elude la ruta del reclamo ante las inconsistentes políticas públicas federales, y le apuesta a su capacidad de convencimiento, de gestión ante el presidente de la República, para que la Cuarta Transformación se traduzca en beneficios para los guerrerenses. De hecho, plantea al gobierno federal, que dé a Guerrero alternativas de desarrollo económico y social; esa sería la mejor solución a las circunstancias desfavorables señaladas.
Aunque las condiciones de violencia e inseguridad persisten en la entidad, es alentador comprobar una disminución en los indicadores de Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública. Acapulco dejó de ser la segunda ciudad más peligrosa del mundo y puede ser ejemplo para el país, de la aplicación de una buena estrategia de seguridad, con un enfoque multifactorial.
Héctor Astudillo, el candidato que se sobrepuso a una derrota electoral para hacer realidad el sueño de todo guerrerense que ame su tierra: trabajar todos los días para potenciar nuestras fortalezas; colocar los cimientos del desarrollo; reducir las brechas de desigualdad que nos separan y hacer de nuestra entidad un lugar donde todos podamos cumplir nuestras metas.
Aunque en el camino el gobernador paga el costo del ejercicio del poder. El reto de gobernar e intentar dar respuesta a la constante demanda de grupos sociales sin tener los recursos necesarios, es compleja y desgastante.
Lo que no se puede negar, es que Guerrero avanza, y en ese propósito debemos poner todo nuestro empeño los guerrerenses.

Del anecdotario

La plaza de toros Belisario Arteaga en Chilpancingo, se movía como si se fuera a caer, era el año de 1998, ya había vivido años atrás la amarga tragedia de mi pueblo: Ometepec, donde una plaza de toros portátil se desplomó estando yo presente, eran los primeros días como gobernador interino. Gritos, heridos, llantos, por el número de personas que habíamos sufrido algún daño como consecuencia de este acontecimiento que cada vez que lo recuerdo, aparecen en mí escenas que me provocan tristeza.
El accidente en Ometepec fue en 1996. Posteriormente les construí una plaza de toros. El día que la inauguramos me acompañó Diódoro Carrasco, quien era gobernador del estado de Oaxaca.
Ese día por primera y única vez fue un grupo de rejoneadores encabezados por Eduardo Fontanet (QEPD) quien perdiera la vida unos años más tarde en un accidente en la plaza de toros de la Ciudad de México.
Volviendo al tema de la anécdota, luego del incidente en la Belisario Arteaga, me dijeron:
–¿Qué vamos a hacer gobernador?, en esta plaza podemos reeditar la tragedia de su pueblo.
Quien me hablaba era Héctor Astudillo, entonces presidente municipal de Chilpancingo, quien preocupado por el incidente que acababa de ocurrir, me insistía en que construyéramos una plaza para su tierra natal.
–Es que sólo me quedan unos meses estimado Héctor, no nos va a dar tiempo.
–Yo tengo la solución gobernador.
–¿Cuál es la solución presidente?
–Encontré un nuevo método de construcción a base de moldes y le aseguro que la terminamos.
Lo vi resuelto y seguro (al hoy gobernador de nuestro estado), quien tuvo un magnífico desempeño como alcalde.
–Va. Le contesté.
Y efectivamente antes de que entregara la administración estatal, Héctor y yo estábamos entregando la moderna y bella plaza de toros, a mi segunda tierra: Chilpancingo.
La política es así…