EL-SUR

Sábado 14 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Enrique Serna: la novela total sobre una corrupción igual

Adán Ramírez Serret

Septiembre 27, 2019

 

Hace algunos años, varios ya, más de una década, se publicó el libro Borges, de Adolfo Bioy Casares. Entre los amigos del mundillo literario, cuando uno se los encontraba, no se preguntaba qué estás leyendo sino en qué página vas, pues se trataba más que de una biografía, de un libro donde se publicaban todas las cosas que Borges decía en privado, hablando mal a diestra y siniestra de propios y extraños.
Recuerdo esta historia porque en el medio de periodistas y escritores, no se pregunta ahora qué estás leyendo, sino en qué página vas de El vendedor de silencio, de Enrique Serna (Ciudad de México, 1959).
Es la biografía novelada de Carlos Denegri, uno de los periodistas más importantes del siglo XX mexicano y sin duda, también, uno de los más corruptos, quien extorsionaba a las personas poderosas para no publicar las investigaciones (brillantes en muchos casos y exhaustivas casi siempre) sobre corrupción y escándalos privados.
La novela es fascinante por muchas razones. Serna se consolida aquí como uno de los grandes autores mexicanos. Poca falta le hacía, porque ya había escrito al menos tres libros: dos novelas, El miedo a los animales y El seductor de la patria, y un libro de cuentos, La ternura caníbal por los cuales ya era reconocido como un Gran Escritor.
Sin embargo, El vendedor de silencio es una obra plenamente madura y muy virtuosa, en donde no mira de frente al personaje Carlos Denegri sino que parece meterse bajo su propia piel.
El periodista corrupto sobre de quien va el libro, es un hombre terriblemente encantador con una vida que es una novela en sí misma. Hijo de una inmigrante argentina, adopta desde muy joven la nacionalidad mexicana y el apellido de su padrastro. Corrían los turbulentos últimos días de la Revolución Mexicana por lo que según el caudillo que estuviera, de un día para el otro, cualquier persona inmersa en la política, podía ser un héroe o un enemigo de la nación y entonces tenía que exiliarse del país. Así, Carlos Denegri, hijo de un diplomático y político importante, creció en Nueva York, luego en Berlín y finalmente, en Bélgica. Con vocación literaria y un gran talento, Denegri aprovechó esta vida cosmopolita para hacerse políglota y de una gran cultura, por lo que, en un principio, intentó hacer una carrera diplomática, primero en Brasil y luego en España, en donde la Guerra Civil pasaba por sus días más cruentos. Sin embargo, la ambición de Denegri lo expulsó de esa vida, y, resignado por su falta de talento en la poesía, se metió de periodista.
Así fue como comenzó la carrera de este periodista que crecía y se consolidaba como corrupto y extorsionador, según lo iba haciendo al mismo tiempo la sociedad mexicana durante las décadas de los 40, 50 y 60 del siglo XX.
La novela es un brillante (y vergonzoso para nosotros los mexicanos) retrato de época de esos años corruptos y misóginos. Enrique Serna comienza, como ya se dijo, por entrar en la piel de Denegri, adopta no sólo su pensamiento sino su propia voz. Con un vocabulario de esos días, con palabras antiguas, expresiones en desuso y descripciones escandalosas por clasistas y racistas, nos interna por la Ciudad de México de la clase media y la elitista de políticos y empresarios que dominaba el país.
Además, según avanza la novela, se va haciendo cada vez más rica. Con un trabajo de investigación sorprendente, entramos en los tejemanejes corruptos y en los chismes de la vida política del medio siglo mexicano, en donde cada nueva historia comienza a ser narrada con una voz diferente y el despliegue de episodios de violencia y corrupción termina por describir, con polifonía, de pies a cabeza y de manera perfecta, no sólo a Carlos Denegri, sino a toda una sociedad y a un país en donde, dice el protagonista en las líneas de Serna, se pierde sólo una vez la virginidad moral, por eso es para siempre. Es ahí cuando un periodista no vive de sus investigaciones, de su palabra, sino que vive, de manera suntuosa, de vender el silencio.
(Enrique Serna, El vendedor de silencio, Ciudad de México, Alfaguara, 2019. 485 páginas).