EL-SUR

Sábado 11 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Entrampamiento financiero de la globalización II

Eduardo Pérez Haro

Febrero 23, 2016

Para Carlos San Juan.

El ingreso viene de la ganancia o del salario y eso sucede a partir de la producción de bienes o servicios, las formas del interés o de la renta se desprenden como partes de la ganancia, de manera que hay que producir, vender y consumir, y cuando lo primero que es producir se da con dificultades, lo segundo, vender, y lo tercero, consumir, también se darán con dificultades, en esas andamos.
Por eso decimos que la economía está en dificultades, que no tenemos dinero o que el dinero no alcanza. Sólo que no sólo los asalariados podemos expresarlo, sino más aun los que no tienen trabajo y la paradoja es que buena parte de los patrones que tienen empresas también lo dicen, no todos los asalariados ni todos los patrones, pero buena parte de ellos lo dicen y, lo que es peor, también lo dicen los gobiernos, pues sus ingresos también dependen de la ganancia y el trabajo asalariado por la vía de los impuestos, y si estos flaquean, pues también flaquean los ingresos del gobierno.
Luego entonces, la debilidad de los ingresos proviene de que la producción se encuentra con un menor ritmo de actividad, o produce lo mismo de siempre pero no crece, o de plano produce menos, o más aún, que técnicamente está en quiebra porque produce con dinero prestado, pero sus ventas no le alcanzan para pagar. Ahí es cuando suele decirse que el negocio no deja, que el negocio no sale, que el negocio no es negocio, y todos pierden porque “hay que cerrar la persiana”.
Cuando esto sucede en la microeconomía de una pequeña empresa o un micro-negocio, se cierra y el patrón verá a qué se mete si le queda algo o se pone a trabajar (sucede, no crean que no, ¡claro! si es que sabe hacer algo y encuentra dónde) mientras que el trabajador se va buscar otra chamba, pero en caso de haber una deuda pendiente qué sucede, bueno, pues el banco se cobra con las garantías.
Hasta aquí lo que ha sucedido es un drama, pero ¿qué sucede cuando una cosa así se generaliza en el país y en el mundo? A dónde se va el patrón, a dónde el trabajador, qué hace el gobierno sin impuestos, y el banco que hace con las casas que se quedó como garantía de la deuda y de dónde se podrá sacar un dinero para reemprender la actividad productiva y así, las ventas y el consumo, si ya nadie tiene dinero, ni siquiera el banco.
Si así fuera entonces estamos entrampados y quiere decir que la organización basada en la cadena de producir-vender-consumir-producir está jaqueada, y el drama se convirtió en tragedia. Nos preguntamos si eso realmente está pasando o es una exageración fuera de toda lógica.
Digamos dos cosas, la primera es que la economía sí funciona con esa lógica aunque suele tornarse en algo más complejo cuando se habla de 200 historias combinadas de 200 países que son habitados por 7 mil millones de personas, y no menos de 60 mil productos en movimiento, y en esto me disculparán los economistas que les ha de resultar un tanto ofensivo que la economía tan compleja y llena de vericuetos sea presentada de esta manera, pero perdonando la simplificación tampoco es tan diferente, y lo segundo es que no está pasando esto en sentido estricto, pero es algo muy parecido y no menos trágico aunque usted lo puede llamar como mejor le suene.
Digamos que si no le gusta que le llamemos tragedia, podemos decir que es una crisis por cuanto la producción y el consumo están sin funcionar debidamente, pero no lo podemos dejar en el término de una mera “volatilidad”, como se le quiere referir, pues además de variación inesperada y desordenada de los precios de las cosas y del dinero, de los valores o del crédito, existen causas de fondo que no pueden ser ocultadas por los síntomas de la “volatilidad de precios” y aquí es donde radica la crisis, pues la “desaceleración” del crecimiento económico que suele referirse (otra vez para usar un lenguaje con el que se maquilla la crudeza verdadera de los problemas), en realidad es una manifestación de un problema de orden superior a nivel global, bien puede referirse como crisis para desenmascarar el verdadero carácter y magnitud del problema.
Entrampamiento financiero de la globalización, así he optado por llamar el momento por el que se atraviesa a nivel mundial, global. Esto es lo primero. Lo segundo es que México no sólo está inscrito en el mundo globalizado y, por tanto, tarde o temprano se someterá a los problemas del entrampamiento y de la crisis, sino que ya está dentro de ellos sólo que aún no afloran en toda su expresión y orden de magnitud, aunque el reconocimiento de esto no es para amenazar con tal circunstancia sino para desvelar errores y omisiones del gobierno, de los empresarios y de la sociedad frente a su advenimiento y, en su caso, dilucidar las tareas necesarias para su mitigación y eventual superación, si es que es dable decirlo de esta manera pues, en sentido estricto, es un asunto que a este nivel, es decir superación, es algo que no se localiza en el corto plazo, bajo ninguna fórmula.
El crecimiento económico del mundo, en otro tiempo estaba por arriba del 5 por ciento, ahora se localiza alrededor del 2.5 por ciento, el de Estados Unidos así era y ahora así es, y este era quien en los noventas marcaba el paso, aunque China, entonces, se colocó por encima del 13 por ciento y ahora está en 6.5 por ciento, esta disminución en el nivel de crecimiento quiere decir que sí se crece, pero en menor dimensión, es decir, que si se generan ingresos, pero en una menor dimensión, pero hay países que no crecen y otros que producen menos que antes, es decir que decrecen, pero ¿qué y por qué está pasando?
Digámoslo de esta manera, existen tecnologías y capacidades para desdoblar hacia una nueva generación de productos en la salud, la alimentación, el transporte, el recreo, etcétera, en prácticamente todo y en correspondencia no sólo con las posibilidades de las nuevas tecnologías sino en correspondencia con el nuevo patrón de consumo que demandan las poblaciones y, por ende, las empresas por lo que hace a medios de producción para responder a los consumidores finales, pero los ciclos de las inversiones de los productos que están a la vista aún no están cubiertos.
No es que no se hayan recuperado las inversiones de las empresas en operación, sino que las capacidades instaladas aún tienen larga vida y bajo el control monopólico del mercado de manera que la demanda está asegurada al precio más conveniente. En tal circunstancia las tecnologías para la ampliación del mercado están atrapadas, y no serán liberadas hasta que los dueños de los negocios actuales lo determinen es decir dejen de hacer negocio con lo que están haciendo, por supuesto estamos hablando de las grandes empresas trasnacionales y multinacionales, productoras de medios de producción en primer lugar y después de las productoras de bienes de consumo que se eslabonan en los circuitos y en los ciclos, este es un hecho que estrecha el desarrollo de los mercados, esto es, de la producción de la venta y el consumo para volver a la producción en una escala cada vez mayor.
Empero, el entrampamiento no se cierra o no concluye ahí, esa es su expresión productiva y comercial, el asunto es que los negocios no se pueden abrir además porque no existe financiamiento para que los emprendedores emprendan, porque en la base hay un sobrendeudamiento que es preciso cubrir antes de dirigir recursos a nuevos negocios, pues los dueños de los negocios productivos son a su vez los socios accionistas del sistema financiero y, por tanto, no tienen mayor apuro porque se abran otros, no antes de que se les paguen las deudas.
Y cabe preguntarse quiénes les deben y cuánto, y la respuesta es simple a reserva de fundamentarla y desglosarla, pero no tiene pierde: les debe todo mundo, las personas, las empresas y los Estados nacionales. ¿Y cuánto? Pues mucho y sólo dese una idea: les deben los que presumiblemente fueron objeto de crédito porque tenían con qué pagarles y en esta lista están los países con deudas que van desde el 50 por ciento de su riqueza anual como México, hasta países como Estados Unidos, Japón, los países de la Eurozona o China que todos deben por encima del 100 por ciento y hasta el 300 por ciento de su riqueza anual, esto es su Producto Interno Bruto o su Producto Nacional Bruto, que para cubrirla se establecieron plazos de hasta 50 años.

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