Marcial Rodríguez Saldaña
Junio 27, 2019
El tema del fertilizante, se ha convertido en las últimas semanas en uno de los asuntos de mayor relevancia pública en el Estado de Guerrero y ha llamado la atención en varias ocasiones del Presidente de la República AMLO.
1.- La inmensa mayoría de las familias de Guerrero que viven en el campo, en las zonas rurales, subsisten del autoconsumo, cuyo producto principal es el maíz. Cada año, a fines del mes de noviembre hacen la “pizca” que es la recolección de la mazorca de la milpa –ya madura–, que contiene el maíz duro el cual almacenan en sus tlapancos, encajillan en pequeñas bodegas de sus viviendas, y ahí lo guardan para que todos los días durante el año ya desgranado lo calientan para convertirlo en “Nixcloncli”, luego en “Nixtamal” para después molerlo en metates, en molinos de mano o eléctricos y posteriormente elaborar las tortillas a mano para degustarlas en el almuerzo, comida y cena, a veces cuando pueden solo tortilla con sal, o con salsa verde de tomate de cáscara o de jitomate rojo o con lo que se pueda. De ahí viene el dicho campesino de que cuando menos hay que comer una tortilla con sal.
2.- La siembra del maíz lleva un proceso muy conocido por los campesinos, nadie les ha enseñado más que la experiencia de la vida, de los padres, de los abuelos y bisabuelos, de las generaciones del pasado que han aprendido –como dijeran los científicos con el método empírico– esto es solo a través del transcurso del tiempo. El campesino sin tener ninguna tecnología a su alcance sabe por la mañana cuándo va a llover y cuándo no. Días antes de que comiencen las lluvias –que normalmente ocurre después del 15 de mayo– los agricultores “barbechan” sus terrenos, esto es que aflojan la tierra que se endurece durante la época de secas –cuando no llueve– luego le meten la rastra –la despolvorean– para que este suave y preparada para sembrarla. Cuando crece los primeros cinco centímetros, se limpia la milpa de la hierba que nace a su alrededor para evitar que los nutrientes se diseminen y se concentren solo en la milpa y después a las tres o cuatro semanas la vuelven a limpiar y a abonar.
3.- Durante el proceso del crecimiento de la milpa –aproximadamente dos meses y medio– se pueden recolectar los elotes para disfrutarlos ya sea hervidos o cocidos en fuego de leña, de ellos se elaboran los tamales y el atole, luego a las pocas semanas se puede cosechar en “camagua” –semi duros– de los cuales preparan las memelas y de ahí esperan hasta que se endurezca el maíz que se cosecha para almacenarlo durante el año. Hace algunos decenios –quizás unos cuarenta años– los campesinos no utilizaban el fertilizante para aplicarle a las tierras que fueron sembradas durante siglos. Como no soy técnico en este tema, desconozco cuales fueron las causas por las cuales surgió la necesidad de aplicar fertilizante a la tierra para producir el maíz, si son causas naturales, si son causas provocadas por el propio ser humano que tiene que ver con la contaminación de las aguas, de los bosques, o si es por los negocios de los capitales internacionales y nacionales.
4.- La realidad es que hoy en el Estado de Guerrero todos los campesinos utilizan el fertilizante para hacer producir la tierra y tener maíz, que es un producto indispensable para su subsistencia diaria. El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como uno de sus compromisos de campaña asumió la responsabilidad de apoyar a todos los campesinos de Guerrero mediante un programa para entregar el fertilizante gratuito. En razón de que se trata de un programa nuevo que está bajo la responsabilidad del gobierno federal, ha habido complicaciones administrativas para elaborar un padrón confiable –puesto que sí ha habido organizaciones, líderes y funcionarios públicos que han cometido hechos de corrupción en el pasado–, también han establecido requisitos muy complicados para los campesinos para ingresar al padrón, que afortunadamente se ha ido resolviendo paulatinamente.
5.- La falta de entrega oportuna de fertilizante a los campesinos de Guerrero ha provocado naturalmente protestas que han llegado a la toma de carreteras, de oficinas y hasta la retención de funcionarios y “Servidores de la Nación”. Hay que decir que ha faltado coordinación entre los funcionarios federales y estatales responsables de la distribución del fertilizante. También se ha observado inexperiencia, negligencia e ineptitud. De lo que se trata ahora, es que todos los funcionarios de los distintos ordenes de gobierno federal, estatal y municipal establezcan la máxima coordinación para hacer eficaz el programa gratuito del fertilizante. Las familias campesinas de Guerrero comen todos los días del año productos que provienen del maíz, especialmente tortilla –echa a mano que es la más suculenta que se puede degustar– por ello ya no hay que posponer más este asunto, todos los servidores públicos deben honrar la palabra y el compromiso del Presidente de la República y por tanto es necesaria la entrega inmediata del fertilizante a los campesinos guerrerenses.
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