EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Escepticismo

Héctor Manuel Popoca Boone

Octubre 27, 2007

 

De acuerdo con los datos declarados para el próximo año, de un presupuesto federal etiquetado para Guerrero de 28 mil
millones de pesos, éste podría ascender a 36 mil millones de pesos. Tendría un incremento de 28.6 por ciento. En lo personal me
doy por bien servido si es del 15 por ciento.
Tal incremento solicitado por el gobierno guerrerense es justo y necesario. Es más, resulta insuficiente ante tanto rezago
acumulado. Pero una cosa es pedir y otra autorizar. El incremento solicitado rebasa en mucho el aumento que tendrá el
presupuesto total de la federación para 2008, que será del 13 por ciento global respecto del 2007, según las autoridades
federales hacendarias (a excepción de los recursos extraordinarios que por petróleo se puedan generar).
El gobierno federal siempre se ha mostrado remiso, en mayor o menor medida, de otorgarle mayor presupuesto a estas tierras
sureñas.
Ello se debe a las siguientes razones, no privativas de esta administración gubernamental (autocrítica de por medio), pero que
aún no han sido superadas y son las que en última instancia toman en cuenta las distintas dependencias federales, a la hora de
asignar los recursos a cada estado:
–Carencia de expedientes técnicos que sustenten las inversiones propuestas. –Lentitud en el inicio de los programas y en los
avances físicos-financieros de los mismos.
–Devolución de dinero al no ejercerlo a tiempo.
–Endeble estructura técnico-administrativa que redunda en la dilapidación de recursos, gastos superfluos, cuando no, en la
franca corrupción.
–Falta de un adecuado sistema de rendición de cuentas oportuna, completa y transparente.
–Ignorancia u omisión en la observación de las normas establecidas.
–No aportación de recursos complementarios convenidos en algunos programas.
–Sistema de adquisiciones centralizado, poco ágil y nítido; y por si fuera poco, aguda descoordinación entre los tres órdenes de
gobierno, entre otros.
La llegada de mayor dinero, público o privado, a Guerrero es condición necesaria, mas no suficiente para que haya progreso real
y bienestar social. Mayores recursos no es sinónimo de mejor gobierno. No nos engañemos.
Si las autoridades no respetan y hacen respetar las leyes y normas establecidas, no se avanza mucho. Si el gobierno no da
muestras de trabajo eficaz y armónico, no adelantamos nada. Si el manejo del gasto público no se realiza de manera oportuna,
en forma clara y honesta, nos estancamos. Si los servidores públicos con su conducta no dan buen ejemplo de rectitud a la
ciudadanía, poca autoridad moral y motivación prevalecerá para la participación ciudadana.
Ante todo esto, los ciudadanos se mostrarán reacios a pagar sus impuestos, cuotas o aportaciones por obras y servicios públicos.
Motivo adicional será si estos últimos son hechos con mala calidad o quedan inconclusos.
Por todo lo anterior, soy escéptico de que a nuestro estado le autoricen el incremento solicitado. Más sin embargo, deseo de todo
corazón estar equivocado. No hay peor lucha que aquella que no se hace por todos, por esta sufrida y lacerada entidad
federativa, sin distingos de ideología política.

PD1. No obstante que el artículo 30 de la ley estatal de obra pública señala que el gobierno no podrá contratar personas físicas o
morales que no estén registradas y en vigencia en el padrón de contratistas; se cometió un ilícito al otorgarles contratos a dos
empresas para la rehabilitación de escuelas en Guerrero por un monto aproximado de 17 millones 200 mil pesos que no
contaban con registro.
Mientras el hermano del gobernador demanda judicialmente a El Sur y a diversos de sus periodistas por 10 millones de pesos por
supuesto daño moral; la Auditoría General del Estado tan sólo emite una recomendación en una violación flagrante a la ley por
parte del Poder Ejecutivo estatal. Pinche forma de gestarse la justicia que impera en esta entidad.

PD2. Acapulco se hunde más y más. Estamos matando la gallina de los huevos de cobre, porque ya no llega ni a plata su valor.

PD3. Dejar que Acapulco se pudra. Tal parece ser la divisa de los gobernantes perredistas, mientras su partido político en
Guerrero juega a la comparsa y a la complicidad con la autoridad gubernamental por pura conveniencia. ¡Uff!

PD4. Cuando empezó a funcionar la policía comunitaria en la zona indígena de la Montaña-Costa Chica, los índices de
delincuencia en aquella región se abatieron en un 70 por ciento. Ese es un hecho histórico irrefutable, ante la incapacidad,
ineptitud y corrupción de la policía institucional.

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