EL-SUR

Viernes 03 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Especies vegetales que se creían perdidas, redescubiertas gracias a la ciencia ciudadana

Octavio Klimek Alcaraz

Julio 29, 2023

 

 

Gracias al apoyo de la denominada ciencia ciudadana, investigadores botánicos han identificado nuevas especies de plantas, y otras que se creían extintas, algunas de las cuales no habían sido documentadas durante más de 100 años. Estos descubrimientos confirman el potencial de tales colecciones de datos para la conservación de la naturaleza.
Desde hace más de un siglo se tienen ciudadanos voluntarios colaborando en diversas disciplinas científica como arqueología, astronomía, historia natural para generar conocimiento científico. En la actualidad el desarrollo acelerado de las tecnologías de información y comunicación (internet, computadoras personales, teléfonos móviles y cámaras digitales) han sido clave en el desarrollo de la ciencia ciudadana a distancia. Con estas innovaciones, la ciencia ciudadana cada día cobra más importancia en el conocimiento de la naturaleza.
El proyecto más conocido en ciencias naturales de ciencia ciudadana a nivel global es iNaturalist (https://www.inaturalist.org), que se inició en 2008 en la Universidad de Berkeley, California. En México la Comisión Nacional para el Uso y el Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) lo adoptó en el 2013 y lo convirtió en NaturaLista (https://www.naturalista.mx/).
En México, por ejemplo, con el apoyo de la ciencia ciudadana a través de NaturaLista, al tratar de ser identificadas plantas, primeramente con imágenes de la página electrónica, se ha determinado que son nuevas especies.
Un caso es el de una planta endémica y rara de México que es Castilleja racemosa, gracias al apoyo de NaturaLista, como se señala en un artículo de 2018 de Mark Egger y Óscar Sánchez Velázquez se determinó como una nueva especie (https://www.researchgate.net/profile/Oscar-Sanchez-Velazquez/publication/333092786_Field_observations_and_a_new_collection_of_the_rare_Mexican_endemic_Castilleja_racemosa_Orobanchaceae/links/5cdc421e92851c4eaba33c2f/Field-observations-and-a-new-collection-of-the-rare-Mexican-endemic-Castilleja-racemosa-Orobanchaceae.pdf).
Otro caso es de la planta Gonolobus naturalistae, una nueva especie conforme al artículo de 2021 de Leonardo Alvarado, María Chávez-Hernández y Juan Pío, que se encuentra también en Sinaloa. De hecho, el nombre de la nueva especie hace referencia al proyecto de NaturaLista (https://www.researchgate.net/profile/Leonardo-Alvarado-Cardenas/publication/346541537_Gonolobus_naturalistae_Apocynaceae_Asclepiadoideae_Gonolobeae_Gonolobinae_a_New_Species_From_Mexico/links/606e2909a6fdcc5f778c9372/Gonolobus-naturalistae-Apocynaceae-Asclepiadoideae-Gonolobeae-Gonolobinae-a-New-Species-From-Mexico.pdf).
Sin duda alguna es un gran apoyo la ciencia ciudadana, ya que la identificación y determinación de los taxones vegetales y animales ha estado sujeta durante mucho tiempo a los trabajos en campo de los profesionales de investigación en flora y fauna, especialmente en las regiones tropicales. Por ello, a veces sólo se conocen especies raras y/o estrechamente endémicas a partir de muy pocos y muy antiguos especímenes de herbarios. Sin embargo, estos taxones son muy importantes desde el punto de vista de la conservación.
Incluso, un avance importante es que la digitalización de los especímenes ha mejorado drásticamente el acceso a las colecciones de herbarios, y hoy en día los especímenes depositados en un herbario pueden ser accesibles directamente a través de Internet, lo que hace que la comparación con los especímenes tipo sea mucho más fácil que cuando todavía era necesario el acceso físico.
Retornando al título de este artículo, recientemente, un equipo dirigido por Tilo Henning, del Centro Leibniz de Investigación del Paisaje Agrario de Müncheberg, y Maximilian Weigend, de la Universidad de Bonn, en Alemania, junto con colegas de Costa Rica, Ecuador y Perú, ha utilizado ahora los datos de iNaturalist para encontrar seis especies del género vegetal Nasa, que aparentemente habían desaparecido. En un artículo publicado en la revista botánica PhytoKeys, que lo titularon Cuando la ausencia de evidencias no es la evidencia de la ausencia: Redescubrimientos de Nasa (Loasaceae) en Perú y Ecuador, y la contribución de las redes científicas comunitarias”. Los seis taxones que han sido redescubiertos recientemente son Nasa colanii, N. hastata y N. solaria en Perú, N. ferox, la subespecie típica de N. humboldtiana y N. ramirezii en Ecuador (ver artículo en. https://phytokeys.pensoft.net/article/100082/list/1/).
Las especies del género Nasa está muy ampliamente distribuido en América tropical, desde Veracruz (México) hasta Antofagasta (Chile) en el lado occidental de los Andes y Santa Cruz (Bolivia) en el este. Sin embargo, la Nasa alcanza su mayor diversidad en la Zona Amotape-Huancabamba (AHZ), una región que abarca el sur de Ecuador y el norte de Perú. En esta zona fitogeográfica se encuentra la mayor diversidad y densidad de taxones por unidad de área y también los taxones de rango más restringido, algunos de los cuales son endémicos de una sola localidad conocida, como una sola cumbre de montaña o fragmento de bosque (por ejemplo, Nasa glabra, N. kuelapensis, N. laxa, N. pongalamesa, N. sanagoranensis, N. urentivelutina). Debido a su naturaleza urticante y a sus hojas blandas que se degradan rápidamente, las plantas son difíciles de recolectar. Además, las especies de este género tienden a ser raras, estrechamente endémicas y muy estacionales, lo que reduce aún más la probabilidad de documentación de herbario. Muchas de las especies que están restringidas a la AHZ pueden considerarse bajo alguna categoría de amenaza según las evaluaciones de las listas rojas nacionales.
Especialmente si una especie no se ha visto en la naturaleza durante décadas y ya no se puede encontrar en su hábitat descrito originalmente, incluso durante expediciones específicas, es razonable suponer que está extinta, especialmente en vista de la dramática pérdida de biodiversidad en todo el mundo. Por fortuna, algunos de estos temores han demostrado ser infundados después de su redescubrimiento.
Ahora también se ha demostrado que los informes de la desaparición fueron muy exagerados en el caso de las especies de las especies del género Nasa redescubiertas. La prueba se logró a través de una combinación de campañas de búsqueda específicas en el sitio y un intercambio y evaluación de datos de observación a través de la plataforma iNaturalist.
En el caso de las especies del Perú, por ejemplo, la especie Nasa colanii se documentó sólo una vez en 1978, hasta que el equipo de Henning la reconoció en una foto de iNaturalist tomada en 2019. La especie Nasa hastata se reconoció en fotos de 2009 subidas en 2011 a iNaturalist. Un miembro del equipo de investigación, Paúl Gonzáles, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos del Perú, ha subido una serie de fotos en diversos años de la especie particularmente hermosa Nasa solaria a iNaturalist.
En el caso de las especies del Ecuador, la especie Nasa ferox incluso permaneció perdida durante 130 años hasta que las fotos se subieron a iNaturalist en 2022. Pasaron 62 años antes de que se encontrara la subespecie Nasa humboldtiana subsp. humboldtiana, lo que se consiguió en 2021 por Xavier Cornejo, de la Universidad de Guayaquil (Ecuador). La planta fue transferida por última vez a un herbario en 1859 por el botánico inglés Richard Spruce. Dos observaciones recientes en 2018 y 2023 subidas a iNaturalist revelan las primeras fotografías de plantas de Nasa ramirezii.
Es bueno que, en Perú y Ecuador, exista un creciente interés en la naturaleza y la biodiversidad. El turismo de naturaleza es una realidad, tanto por ciudadanos nacionales como internacionales, y ha habido una tendencia de crecimiento constante en la última década. Y lo que es más importante, ya no son sólo los botánicos profesionales que preparan especímenes de herbario los que contribuyen a la comprensión de la biodiversidad.
Sin duda alguna, la creación de redes mundiales y el uso creciente de repositorios de datos gratuitos y redes de biodiversidad han facilitado enormemente la presentación y disponibilidad de datos valiosos, como registros de ocurrencia georreferenciados y fotografías. El caso de la plataforma iNaturalist y su versión en México NaturaLista como plataformas especialmente valiosas y exitosas para el intercambio de registros de ocurrencia fotográfica. Una serie de redescubrimientos de los que se informa aquí, proceden de ciudadanos usuarios de estas plataformas que comparten sus imágenes de campo para comentarlas con otros. Es de esperar que, a medida que más científicos y ciudadanía en general contribuyan a la base de datos, se encontrarán más taxones no descritos o “perdidos hace tiempo”, así como nuevas especies.
En conclusión, la conservación de la naturaleza sólo es posible con la implicación de la sociedad en general y, sobre todo, de las comunidades locales. Los programas de educación en biología y sus disciplinas como botánica, zoología, ecología, así como el fácil acceso a herramientas que permiten a los entusiastas de la naturaleza documentar sus encuentros con ella, pueden sensibilizar y atraer a más personas a la investigación de su entorno natural, aumentando su apreciación y comprensión de la biodiversidad y la naturaleza en general.