EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Estadistas

Florencio Salazar

Enero 29, 2019

 

La revolución de la tecnología permite que la información se trasmita en tiempo real. Podríamos afirmar que lo que ocurre en el mundo es doméstico, pues se dispone de noticias, gráficas y videos con la proximidad de la digitalización en los móviles.
Como sociedad y como individuos hoy podemos compararnos con otras sociedades y otros individuos de cualquier parte del mundo. Y lo que vemos y escuchamos todos los días no es precisamente para llenarnos de optimismo, tomando en cuenta que se hacen virales los hechos que se sitúan en el conflicto.
Hacia donde volteemos lo que habremos de encontrar son problemas. La migración africana y árabe hacia Europa ha costado cientos de naufragios, sobre todo por el uso de embarcaciones endebles sobrecargadas que no alcanzan las costas. A los barcos de apoyo humanitario que rescatan migrantes en alta mar, ya les han sido cerrado los puertos, como es el caso de Italia.
Algunos españoles han reaccionado con violencia ante la migración, incluso contra latinos con papeles. El desempleo es alto en España y los xenofóbicos dicen defender sus puestos de trabajo.
En Alemania, empiezan a surgir grupos fascistas –prohibidos legalmente– ante la apertura a la migración de países árabes, establecida por la canciller Angela Merkel.
Los “chalecos amarillos” en Francia, han provocado a miles de personas, que repetidamente han llenado las calles de París, inconformes por el incremento de impuestos del presidente Emmanuel Macron y, aunque éstos han sido disminuidos, las protestas no cesan. Ahora aparecen los “chalecos rojos”, exigiendo que se cumpla la ley por la derivación anárquica de los “chalecos amarillos”.
Varios países europeos han sufrido ataques terroristas del Ejército Islámico. Los terroristas de ISIS reclutados en ese continente, se inmolan estallando bombas en lugares públicos y las mujeres terminan como esclavas sexuales de los terroristas. ISIS ocupa parte del territorio de Irak y Levante (Israel, Líbano y Siria).
En América Latina Venezuela sufre la criminal dictadura (¿hay dictadura que no sea criminal?), de Nicolás Maduro, quien desde hace años debería estar internado en un siquiátrico, pues, ¿cómo se pueden explicar sus afirmaciones de que Chávez se convierte en un pajarito que le entrega mensajes; dormir, en ocasiones, junto a la tumba del mismo Chávez para que lo inspire; o que ha ido y regresado del futuro?
La otra dictadura sangrienta es la de Daniel Ortega, en Nicaragua. Quien fuera un admirado guerrillero sandinista, que derrocara a la dictadura de Anastasio Somoza, ya superó al somozismo en su permanencia en el poder. Y prepara a su mujer Rosario Murillo, que es la vicepresidenta para que, si es el caso, lo releve en la Presidencia de Nicaragua.
La paz colombiana no acaba de concretarse. La ruptura del diálogo del gobierno con el Ejército de Liberación Nacional es mala señal. El reciente ataque con un carro bomba a una academia policial, dejó una veintena de jóvenes muertos.
En Cuba la bella, es de esperar que con el cambio generacional en la Presidencia evolucione hacia la democracia, aunque Raúl Castro siga detentando el poder real.
El conflicto de los miles de migrantes centroamericanos que han cruzado por nuestro país para llegar a Estados Unidos. El muro que quiere levantar Trump y que ha costado el cierre de su gobierno por las diferencias en ese sentido, con la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes del Congreso. Y, ojo, puede provocar un conflicto grave con los vecinos.
Con repetición indeseable, en Estados Unidos jóvenes son masacrados en sus aulas por otros jóvenes, ansiosos de la notoriedad que provoca el vacío existencial. Y de Trump ni hablar. Ojalá que en su equipo haya la suficiente sensatez como para evitar confrontarse con Rusia, China o Corea del Norte, porque los resultados serían nefastos.
La violencia, con sus sangrientos rostros, se muestra en el mundo. México padece cotidianamente sus estragos. Los guerrerenses lo vivimos en carne propia.
La violencia también se ha globalizado, pero los Estados no parecen ser capaces de contenerla. Cierto: “El Estado es grande para afrontar problemas pequeños y es pequeño ante problemas grandes”.
Es evidente que se deben buscar nuevos mecanismos para llevar la paz ante estas guerras no declaradas, que llenan de zozobra al corazón humano. La protesta social, desplazados, migrantes, enfrentamientos por territorios, terrorismo, masacres…
Ante la realidad global hoy, más que nunca, el mundo necesita estadistas.