EL-SUR

Viernes 03 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Estado de las plantas y los hongos del mundo 2023

Octavio Klimek Alcaraz

Diciembre 23, 2023

El quinto informe de State of the World’s Plants and Fungi 2023 (Estado de las plantas y los hongos del mundo 2023) elaborado por el Real Jardín Botánico de Kew (en adelante Kew o Kew Gardens), fue presentado el pasado mes de octubre. El quinto informe se titula Afrontar la emergencia del mundo natural: evidencias, falta de datos y prioridades. En dicho informe se expone la condición actual de las plantas y hongos del mundo. Está basado en el trabajo de 200 investigadores internacionales de 100 instituciones en 30 países, y abarca el contenido de más de 25 artículos científicos de vanguardia en sus 11 capítulos. El nuevo informe examina los ejes impulsores y patrones globales de la biodiversidad, lo que se conoce, y lo que no se conoce, sobre la diversidad de las plantas y hongos, componentes fundamentales de los ecosistemas, y la amenazas a las que se enfrentan (https://www.kew.org/science/state-of-the-worlds-plants-and-fungi).
Una base fundamental de este informe es que, en 2021, se terminó de compilar la primera versión completa de la Lista Mundial de Plantas Vasculares (WCVP), que reúne todas las especies confirmadas de plantas con flores, coníferas, cícadas, helechos y otras. La Lista Mundial surgió después de unos 35 años de investigación por parte del botánico belga Rafael Govaerts, director del equipo de nombres de plantas y hongos en Kew. El WCVP y proyectos similares como el Catálogo de Plantas Vasculares de Leipzig y World Flora Online, ayudan a sustentar gran parte de estos estudios de la biodiversidad de plantas.
Así, se estiman unas 350 mil especies de plantas vasculares ya conocidas por la ciencia. Los científicos consideran que hasta 100 mil más aún no han sido nombradas formalmente y ellos temen que el azar esté en su contra. Nuevas estimaciones sugieren que es probable que hasta 3 de cada 4 plantas vasculares no descritas ya estén en peligro de extinción. Es realmente una carrera contra el reloj describirlas y evaluar si podrán ser conservadas.
Los investigadores obtuvieron esta conclusión después de analizar los datos de la Lista Mundial de Plantas Vasculares (WCVP) junto con la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), para examinar los vínculos entre el año en que se describía formalmente una especie de planta y su riesgo de extinción. Los científicos hallaron una relación clara entre el año de descripción y el riesgo de extinción: más del 77 por ciento de las especies descritas en 2020 cumplían los criterios para ser evaluadas como amenazadas. De igual manera, encontraron que las especies descritas más recientemente tenían más probabilidades de cumplir con los criterios de una categoría de amenaza más alta. Es probable que más del 59 por ciento de las especies descritas en 2020 cumplan los criterios de “En Peligro” y el 24,2 por ciento los de “En Peligro Crítico”. Basándose en estos hallazgos, los científicos del informe de Kew demandan que todas las especies recientemente descritas sean tratadas como si hubieran sido evaluadas como amenazadas, a menos que se demuestre lo contrario.
En el caso específico de las plantas vasculares con flores ya conocidas, los investigadores cruzaron datos de la Lista Mundial de Plantas Vasculares con la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN. Extrajeron los datos de 53 mil 512 especies ya evaluadas, como base de las predicciones del modelo probabilístico para las 275 mil 4 plantas con flores no evaluadas o con datos deficientes. Estas nuevas estimaciones del riesgo de extinción, junto con una estimación de la incertidumbre para cada predicción, pintan una imagen más sólida que cualquier intento anterior de los niveles de amenaza que sufre la diversidad de plantas del planeta. Es alarmante, que las estimaciones indiquen que el 45 por ciento de todas las especies de plantas con flores conocidas podrían estar en vías de extinción. Las familias de plantas orquidáceas (orquídeas); piperáceas, que incluye la pimienta negra; bromeliáceas, que incluye la piña; y aráceas, que incluye muchos cultivos importantes, se encuentran entre las más amenazadas.
Pese a la pandemia de Covid, y que el consecuente confinamiento trastornó prácticamente todos los aspectos de la vida moderna, se ha continuado con el recuento de la biodiversidad global. Así, desde enero del 2020 a la fecha del informe, se habían nombrado más de 8 mil 600 especies de plantas nuevas para la ciencia, incluido el nenúfar gigante más grande del mundo, Victoria boliviana, que había estado escondida en el herbario de Kew durante más de 100 años y no fue descrita como una especie distinta hasta 2022.
Infortunadamente, muchas especies de nuevas plantas descritas ya están amenazadas o extintas cuando reciben su nombre formal y se las reconoce como nuevas para la ciencia, como la extinta “orquídea de las cascadas”, Saxicollela deniseae. Esta planta, que no pertenece a la familia de las orquídeas, sino a un grupo de plantas restringidas a cascadas y aguas rápidas y poco profundas, fue recolectada en Guinea en el 2018 a lo largo del río Konkouré, por la botánica Denise Molmou. Desgraciadamente, cuando la especie se publicó formalmente en mayo de 2022, las imágenes satelitales de noviembre de 2021 mostraban que las cataratas donde se encontró estaban inundadas por la construcción de una presa hidroeléctrica 30 kilómetros río abajo. Los investigadores suponen que Molmou fue la primera y posiblemente la última persona en ver la especie en estado silvestre.
Pero las plantas son sólo la mitad del panorama del informe. También se encuentran evaluado otro grupo taxonómico distinto a las plantas vasculares, que es el de los hongos. Aunque son tan cruciales para los ecosistemas como las plantas, se sabe muy poco sobre la diversidad de los hongos en comparación con la de plantas y animales, que han recibido un mayor interés científico a lo largo de los siglos. Así, sólo 155 mil especies han sido nombradas formalmente para la ciencia.
Hasta ahora, las estimaciones sobre el número total de especies de hongos han variado ampliamente. Pero los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que el reino de los hongos es tan diverso, si no más, que los de las plantas y los animales. Actualmente, los investigadores han llegado a la estimación más precisa hasta la fecha, analizando información como la proporción de plantas y hongos en diferentes áreas del mundo, además de explorar datos de ADN tomados de muestras de suelo. La nueva estimación dice que el mundo alberga 2.5 millones de especies de hongos, lo que significa que apenas se ha descrito el 6 por ciento de ellos. Actualmente se nombran alrededor de 2 mil 500 especies al año, lo que significa que tomaría casi un milenio describirlas todas las especies de hongos. Por ello, los científicos recomiendan usar bases de datos de ADN para transformar la forma en que se identifican nuevas especies, logrando con esto la catalogación de 50 mil nuevas especies de hongos cada año a partir de muestras ambientales.
También, desde el 2020, los investigadores han nombrado más de 10 mil 200 especies de hongos nuevas para la ciencia, incluido el conspicuo erizo de la reina (Hydnum reginae). La especie, con sus características espinas blancas, recibió su nombre en honor a su Majestad la reina Isabel II y se encuentra en una sola zona de Gran Bretaña: los antiguos bosques de hayas de White Down en Surrey. Se la conocía como Hydnum albidum desde hace más de 130 años, pero la investigación genética realizada por Kew e investigadores asociados reveló que es una especie distinta de su pariente estadounidense. A pesar de estos avances recientes, los científicos advierten que todavía existe una necesidad urgente de acelerar el proceso de encontrar y nombrar nuevos hongos.
En el informe se debe destacar, un ambicioso proyecto emprendido por científicos y socios de Kew, que busca arrojar luz sobre las “zonas o puntos oscuros de biodiversidad” del planeta: áreas donde faltan datos geográficos y taxonómicos, lo que deja a los científicos en la ignorancia sobre su biodiversidad. Los investigadores examinaron dónde coincidían estas zonas oscuras con los 36 “puntos críticos de biodiversidad” reconocidos (regiones de flora rica y única que también está amenazada).
En el informe, los científicos revelan que han identificado 32 puntos oscuros de plantas en todo el mundo, donde menos se conoce sobre las identidades y distribuciones geográficas de las especies de plantas nativas. Uno de ellos se encuentra en México. Los científicos identificaron los siguientes puntos oscuros:
Asia-Tropical: Myanmar, Assam, Filipinas, Vietnam, Bangladesh, Nueva Guinea, India, Himalaya oriental y occidental, Tailandia, Sumatra, Laos, Malasia y Borneo (14 puntos).
América del Sur: Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia, Norte de Brasil, Sudeste de Brasil, Ecuador, Costa Rica y Panamá (9 puntos).
Asia-Meridional: Centro-Sur de China, Turquía, Irán, Uzbekistán, Sudeste de China y Tayikistán (6 puntos).
África: Madagascar y provincias del Cabo (2 puntos)
América del Norte: Suroeste de México (1 punto; básicamente Guerrero, Oaxaca y Chiapas).
Nueva Guinea fue el único punto que no se superpuso con un punto crítico de la biodiversidad, pero su riqueza biológica es excepcional. Estos sitios brindan las mayores oportunidades para arrojar luz sobre las zonas oscuras de la diversidad de plantas en el mundo. Así, se otorga a los científicos una herramienta útil para determinar dónde es necesario realizar más trabajos de campo.
En síntesis, existen un gran número de especies de plantas y hongos que los científicos ni siquiera conocen, que corren el riesgo de desaparecer. Todavía hay regiones del planeta que son completos misterios botánicos. Y el ritmo al que se están descubriendo estos misterios es quizás demasiado lento por lo que se requiere un mayor esfuerzo de investigación botánica.
Sin embargo, el informe debe ser también un mensaje de esperanza. Al indicar lo que no se conoce, se orienta a mejores objetivos por los que trabajar. Los investigadores del informe tienen la esperanza de que estos nuevos hallazgos puedan guiar a los tomadores de decisión en políticas públicas, para lograr aumentar los esfuerzos de conservación para salvar las plantas y hongos que están al borde de desaparecer para siempre, acelerando las evaluaciones del riesgo de extinción de estas especies.
En conclusión, los autores de este informe provenientes de todo el mundo señalan un camino colaborativo para trabajar mejor juntos en el futuro, con objetivos compartidos y aprender qué, dónde y cómo se debe actuar para proteger la frágil biodiversidad del planeta tratando de brindar una comprensión aún más completa de las plantas y hongos del planeta.