EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Estamos preparados?

Héctor Manuel Popoca Boone

Marzo 28, 2020

Definitivamente no estamos preparados para enfrentar la pandemia del coronavirus o Covid-19 en estas tierras del sur. Tenemos importantes e históricos déficits en materia de infraestructura básica sanitaria (hospitales, clínicas, centros de salud, espacios de espera para consulta externa); en equipamiento esencial (camas, equipos médicos, material e instrumental quirúrgico); medicinas y otros insumos sanitarios.
Repasemos nuestras debilidades existentes en Guerrero para enfrentar con realismo la pandemia actual. Al inicio de la presente administración pública estatal, se llevaron a cabo una serie de foros temáticos de consulta popular para formular el Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021; en el correspondiente a Salud y Desarrollo Social, el doctor, Eduardo González Pier, expuso algunos datos del año 2016 que dan cuenta de las fragilidades que tenía nuestro sistema estatal de salud y que no han variado mucho a la fecha.
Si ya en la normalidad establecida, nuestro sistema estatal de salud pública estaba desgastado y desbordado, con relevantes insuficiencias; ahora en tiempos de pandemia resalta más la vulnerabilidad mostrada en el siguiente cuadro, que refleja algunos indicadores patéticos, que señalan el tamaño de nuestra precaria capacidad de respuesta sanitaria.
Concepto México Guerrero

Esperanza
de vida 80 74.8

Gasto p/c
en salud $ 4,540 $ 3,592

No. de
médicos
por cada 2.2 1.6
1 000
habitantes

No. de
médicos
especialistas 0.8 0.6
por cada
1 000
habitantes

No. de
enfermeras
por cada 2.4 2.1
1 000
habitantes
No. de
consultorios
por cada 0.6 0.7
1 000
habitantes

Prácticamente todos los indicadores sanitarios de Guerrero, excepto uno, están por debajo de la media nacional. De ahí que afirmemos repetidamente que estas tierras del sur no están preparadas, ni tienen capacidad de respuesta suficiente, para permitirnos enfrentar más eficazmente los estragos humanos que ya está causando el coronavirus en el pueblo guerrerense. Por lo que se requieren ingentes apoyos federales financieros, materiales y humanos; que sean operados con total transparencia, honestidad e información veraz y oportuna a la ciudadanía, en el tema de rendir cuentas impecables con los mejores resultados posibles.
También el doctor González Pier indica en su exposición gráfica que, de las 703 mil 47 defunciones registradas en el año 2016, el 56.1 por ciento fueron hombres y el 43.8 ciento mujeres. Del total de defunciones, el 88.6 por ciento se debieron a enfermedades y problemas relacionados con la salud, mientras que el 11.4 por ciento fueron por causas externas, principalmente accidentes, homicidios y suicidios.
En el Año 2017, El 56.1 por ciento de las defunciones corresponden a hombres, mientras que 43.8 por ciento, a mujeres. Por grupos de edad, la mayor proporción de defunciones se concentra en las personas de 65 años y más. La mortalidad prematura en Guerrero, en orden de importancia fueron: cardiopatía; diabetes; renales e infecciones de carácter respiratorio y pulmonares.
La peor infraestructura estatal de salud la tienen los servicios estatales de salud que tenía una gran población de atención: 2 millones 21 mil derechohabientes, le sigue el sistema ISSSTE que cubría a 306 mil personas y el menos malo era el IMSS, cuyo universo de atención era de 533 mil habitantes. Por su parte el doctor José Juan Rentería expuso que, en Guerrero, la mayoría de los médicos no estaban colegiados, ni certificados. De 35, solo estaban vigentes 17 colegios y únicamente existían 265 médicos certificados.
Conclusión: Nuestra actual infraestructura médica para enfrentar el virus, así como de recursos humanos en el área médica están para llorar y en términos generales permanecen por debajo de la media nacional.
Agudiza el escenario el hecho de que el sistema estatal de salud no escapa a operar en un contexto de acentuada desigualdad social, en un ambiente de violencia e inseguridad social, de pobreza generalizada y de un funcionamiento corrupto y desordenado en las áreas de construcción, en las adquisiciones de material y equipo, en asignación de plazas a través de practicar un sindicalismo desvirtuado, con contratación de personal que no reúne el debido perfil requerido para la responsabilidad encomendada, con hospitales y centros de salud inconclusos y los que están operando, la mayoría están saturados y desorganizados, con faltas de registros y con un hacinamiento de las áreas administrativas.

PD1. La peor estupidez dicha por un político en la semana que corrió fue la del gobernador de Puebla, cuando expresó públicamente que, “Los pobres estamos inmunes al coronavirus”. Con este tipo de gobernantes, sálvese quien pueda.

PD2. De repente desperté y el  coronavirus seguía ahí.