EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Raymundo Riva Palacio

Enero 05, 2007



Temporada de patos

En este primer trimestre de 2007, los priístas buscarán elegir su próximo presidente nacional entre dos pesos pesados, Beatriz Paredes y Enrique Jackson, y algunos pesos medianos. Pero a la vez que se realizan campañas informales y cabildeos nacionales para definir el tipo de fórmula y formato que asumirán para ese paso, los peroles se están calentando porque el proceso contará con una ruta alterna, la del cobro de facturas del proceso electoral del año pasado que, de llevarse hasta el nivel en que se encuentran los ánimos hoy en día, será no sólo un suceso polémico sino, como si fuera el Coliseo romano, sangriento. Los responsables directos de la derrota del candidato Roberto Madrazo y la caída del PRI tras su recuperación en el último trienio, están perfectamente identificados. O sea, que se cuiden.
Uno de los documentos más claros que circulan entre las jerarquías del PRI recuerda que cuando Madrazo buscó la candidatura sin dejar la presidencia del PRI, nació un bloque opositor de gobernadores y priístas reconocidos donde algunos, al perder la contienda por la candidatura, empezaron a actuar en su contra y a hacer campaña a favor de Felipe Calderón. Los llaman faltos de solidaridad y disciplina, particularmente al desdeñar las tareas que les fueron distribuidas. No menciona el informe interno, sin embargo, la forma como varios gobernadores, como Natividad González Parás de Nuevo León, engañó al actual líder del Senado, Manlio Fabio Beltrones, ofreciendo todo su respaldo en público a Madrazo, pero alineándose al final con Calderón. Tampoco se refiere directamente a Eduardo Bours, de Sonora, quien aunque aclaró que no se la jugaría con Madrazo, se comprometió a respaldar económicamente al PRI en Tlaxcala, sin que jamás llegara el dinero. No obstante, sus nombres aparecen perfectamente en la retórica del documento.
González Parás y Bours son los dos gobernadores contra los que hay más resentimiento, aunque no los únicos. También hay molestia con Enrique Peña Nieto del estado de México, de quien consideran trabajó en función de sus intereses particulares, no del partido. Peña Nieto, ciertamente, no operó plenamente a favor de Madrazo, sino jugó más a la neutralidad. Desde que comenzó la rebatinga por las candidaturas, amarró un acuerdo político con el PRD, según un perredista que participó en la negociación, para no meter las manos en las elecciones, ni locales ni presidenciales, a cambio que el PRD, en caso de ganar en la entidad, lo dejara gobernar. Los dos cumplieron, pero las jerarquías priístas no están viendo con claridad esa alianza con el PRD, sino se mantienen enfocados en la relación con el PAN, sobre todo porque Peña Nieto tuvo acuerdos de colaboración con González Parás y Bours, sobre todo para tener una carta para enfrentar a los controladores del PRI tras la debacle en la elección presidencial.
Dentro de las cúpulas que controlan el PRI en la actualidad tienen identificado como esa carta al ex líder del Senado y ex precandidato a la Presidencia, Enrique Jackson, aunque en el documento no lo mencionan ni lo llegan a sugerir como un traidor al partido. Es muy diferente su caso al de la maestra Elba Esther Gordillo, sobre cuyo cuello están volviendo a afilar los machetes. A ella le adjudican la mayor traición de todas. En el documento se sostiene que utilizó “infinidad” de recursos económicos que empleó en forma “ilegal e inmoral”. En este informe no aclaran cómo los usó, pero priístas con acceso a las jerarquías del partido precisaron que voluminosos recursos, aparentemente del sindicato de maestros, fueron inyectados a varios gobiernos estatales, como el de Nuevo León y Sonora, para estimular la campaña anti Madrazo.
Gordillo siempre tuvo un discurso en contra de Madrazo y le están echando en cara que fue un factor importante en la campaña de Calderón. No sólo la ubican como ariete contra el PRI, sino por encauzar el desprendimiento del sector corporativo del magisterio hacia el Partido Nueva Alianza, que consideran los priístas transfirió votos al PAN. La apreciación del documento es parcial. Un estudio demoscópico de Bimsa demuestra que los maestros votaron por Calderón en dos circunscripciones electorales en el norte del país, pero en las tres restantes, sus votos se los llevó Andrés Manuel López Obrador. De esta forma, podría interpretarse que los maestros, más que votar por un candidato, lo hicieron contra Madrazo. Esto se refuerza con el actuar de su candidato presidencial, Roberto Campa, quien vituperó sistemáticamente a Madrazo.
El documento recuerda el primer debate presidencial cuando Campa presentó documentos fiscales de Madrazo, que los priístas están convencidos que le fueron proporcionados por la Secretaría de Hacienda. En esta estrategia, sugiere, el afectado no sería sólo Madrazo, sino el PRI. Enmarcan en esa batida una serie de informes sobre propiedades del ex gobernador del estado de México y contendiente por la candidatura presidencial, Arturo Montiel, que fueron entregados a la prensa por el gobierno –asegura– para lastimar al PRI. La entidad, que era un granero de votos para el PRI, fue perdida por este partido en la presidencial, pero tampoco la ganó Calderón y el PAN. El estado de México lo ganó López Obrador y el PRD.
No fue así en Puebla, donde el PAN le propinó una derrota importante al PRI. El documento afirma que fue resultado directo del “uso faccioso” de grabaciones obtenidas mediante “el espionaje político”, entre un empresario y el gobernador Mario Marín, que generó un escándalo mediático y legal. No señala el reporte, sin embargo, el impacto que pudo haber causado que el entonces senador y respetado ex gobernador de Puebla, Manuel Bartlett, haya roto públicamente con Madrazo y pedido el voto por López Obrador. El factor peje realmente no existe. Es el gobierno federal en apoyo al candidato panista, el que actuó, no sólo en esos casos, sino también, como lo señala el documento, en Jalisco, donde una filtración de datos a “medios de comunicación subordinados” contribuyó al desprestigio del candidato a la gubernatura del estado, ganada por el PAN, cuyo gobernador en ese momento era Francisco Ramírez Acuña, el actual secretario de Gobernación.
El documento es extenso y puntual en sus acusaciones contra el gobierno foxista y el presunto uso extralegal de información para dañar al PRI. Con el viejo gobierno, en todo caso, será una denuncia sin consecuencias. Pero dentro del PRI, con tantos actores activos, si el informe se traduce en acción política, gobernadores, legisladores y figuras priístas se encuentran rumbo al patíbulo. Esta primavera habrá temporada para la caza de patos, siempre y cuando la jerarquía priísta de hoy no se doble y mantenga la fuerza y el encono para cobrar las facturas que serán, probablemente, un bálsamo para su derrota.

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