EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Raymundo Riva Palacio

Noviembre 27, 2006

El pago del presidente electo Felipe Calderón al PAN el jueves pasado, es un desastre
para la política social. En la forzada ecuación para acomodar en su gabinete cuotas de
género, a las fuerzas más reaccionarias dentro de su partido y el reconocimiento a
lealtades, uno de los principales reclamos nacionales, que le ganó 15 millones de votos y
casi la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador fue encapsulado, anticipando malos
augurios para el próximo sexenio. Calderón, quien afirmó que rebasaría a López Obrador
por la izquierda, fue arrollado por la derecha.
Los resultados electorales hicieron de la política social un problema estratégico que
requería decisiones mayores. Calderón no brincó ese muro. El PAN le reclamó el martes
pasado la ausencia de panistas en el gabinete económico, primer bloque que anunció, y
les anticipó, para calmar los exaltados ánimos, que todo el gabinete social sería panista.
Cumplió con el partido, pero le hace un mal favor a millones de mexicanos, olvidando que
70 por ciento del electorado votó en contra de él. Una parte de su gabinete social es
marcadamente incompetente. Otro carece de credenciales para la tarea. En cuando menos
un caso, hay un grave conflicto de interés.
La designación más controvertida en el arranque es la de Josefina Vázquez Mota en
Educación. La ambiciosa economista saltó de secretaria de Desarrollo Social del gobierno
foxista a la campaña de Calderón, haciendo cuentas alegres con Gobernación. Calderón le
encargó la relación política institucional, pero fue un desastre. Su fracaso le provocó
fricciones dentro del equipo de Calderón, quien hace ya tiempo le mandó decir que si
deseaba Educación, sería suya. Cuando al final se decidió, la extrema derecha del PAN se
opuso. Juan Carlos Romero Hicks, ex gobernador de Guanajuato, fue su carta y estuvo
amarrado hasta que la líder del magisterio, Elba Esther Gordillo, lo vetó. Vázquez Mota
mantuvo la posición, pero debilitada. Por un lado, las imposiciones: Romero Hicks está
apuntado para la subsecretaría del ramo, y el yerno de la maestra, Fernando Martínez, o el
ex candidato presidencial de los maestros, Roberto Campa, irá a otra. Como señal, el
sindicato de maestros fijó los términos iniciales de su relación. El senador y secretario
general del sindicato, Rafael Ochoa, reaccionó al nombramiento llamándola, cuando
menos, inexperta. En plena picada política fue rescatada por Calderón, quien la puso a
pelear nuevamente en terrenos donde, lo probó este año, no está preparada para hacerlo.
Su manejo mediático, en esta ocasión, no será suficiente.
Calderón decidió arropar a Vázquez Mota en el último mes, y en el gabinete social mandó
un mensaje codificado al nombrar en Desarrollo Social a Beatriz Zavala. La senadora por
Yucatán había sido fuertemente impulsada por Vázquez Mota, y su nombramiento se lo
están adjudicando tanto ella como el coordinador de los senadores panistas Santiago
Creel. En realidad, Zavala jugó siempre con Calderón, y desde antes de la toma de
decisiones, en el equipo del presidente electo insistían en que quedaría en muy buena
posición. Zavala será la tercera mujer panista consecutivamente en la Sedesol, donde su
principal carta de presentación fue que impulsó la Ley de Desarrollo Social en la Cámara
de Diputados, aunque el trabajo real lo hizo el equipo de Vázquez Mota. No hay mucho
porqué sentirse tranquilos cuando afirma que hará una continuidad de lo hecho en el
sexenio. Vázquez Mota avanzó tan débilmente en la erradicación de la pobreza, que tuvieron
que maquillar las cifras de pobres en aumento y aplazar el anuncio del dato, para que no
afectara en la elección presidencial. Ana Teresa Aranda, la actual titular, ha modificado
radicalmente la política asistencial, desplazando ONG con larga historia en la materia, y
redireccionando los recursos a organismos de extrema derecha, muchos de ellos
privados. Aranda se cayó del gabinete en las últimas semanas, pero su fuerte relación con
Calderón la lleva caminando hacia la dirección del Seguro Social, con otro cercano, Juan
Molinar, al ISSSTE.
El freno a la extrema derecha en Educación, no eliminó la confrontación que tiene con
Calderón. Las fuerzas más reaccionarias, se van apuntalando con varios nombramientos.
Tal es el caso de Alberto Cárdenas, quien aspiró a la candidatura presidencial del PAN.
Cárdenas también fue secretario foxista, en Medio Ambiente, a donde llegó de la
gubernatura de Jalisco. Mediocre su administración tapatía, fue constante en el manejo del
medio ambiente: la política pública en ese campo fue clandestina. Cárdenas no llegó al
gabinete de Calderón por méritos en campaña ni su bagaje profesional, sino porque
representa una posición importante para la extrema derecha del partido vinculada a las
cúpulas eclesiásticas en donde se encuentra el cardenal Juan Sandoval Iñiguez. Calderón
quiere ponerle contrapesos con una ex secretaria del Medio Ambiente, la zedillista Julia
Carabias, a quien le ofreció Conagua.
Pero está lejos de ser suficiente. Carabias sería una técnica en medio de pugnas
ideológicas y políticas. Cárdenas pertenece a un grupo rival de Calderón, y era el caballo
negro de los empresarios más conservadores que esperaban que Calderón y Santiago
Creel se liquidaran recíprocamente en la contienda por la candidatura. No sucedió así, y la
Secretaría es la compensación. Agricultura es una de las dependencias más importantes
para control político por los altos presupuestos que maneja, y en los últimos años ha
incentivado el desarrollo agrícola de los rancheros, mas no de los ejidatarios. Cárdenas
mismo es un beneficiario: En Jalisco sembró miles de hectáreas de agave, que lo
convirtieron en un exportador de tequila. Los conflictos de interés, sin embargo, no han sido
un impedimento ético en el PAN, menos aún en la extrema derecha, que sigue tomando
poder.
Otro miembro de ella es José Ángel Córdoba, amigo de Calderón desde que fueron
compañeros de legislatura, a quien nombró secretario de Salud. Córdoba defiende las
banderas más altas de la extrema derecha que producen polarización en la sociedad.
Desde el Congreso se opuso ferozmente a la píldora del día siguiente argumentando
diferencias científicas cuando en realidad su argumentación era religiosa, esbozando su
cerrazón a las políticas públicas del mundo moderno. Córdoba es un síntoma pernicioso
de la extrema derechización del gabinete social en función de los nuevos dilemas que
traerá la discusión de los temas de salud en áreas como clonación y medicina genómica.
Al mismo tiempo, es el néctar de lo que fue la conformación del gabinete social. Es su
amigo, es leal, es panista y pertenece a la extrema derecha. En nadie pudo encontrar todo
sintetizado. ¿Y los casi 25 millones de mexicanos que votaron contra ese proyecto? Por
ahora, con su gabinete azul, Calderón prefirió borrarlos.

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