EL-SUR

Jueves 09 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Raymundo Riva Palacio

Enero 17, 2005

 

Candidatos al pastor

 

 

 

Enrique Peña Nieto, ungido como candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México, ha hecho feliz a dos grupos que, excluyendo este momento, son rivales políticos empedernidos. Uno es el del gobernador Arturo Montiel, quien colocó a uno de sus golden boys en la línea sucesoria del poder estatal. El otro es el PAN, que ve en Peña Nieto la gran oportunidad para derrotarlo en las elecciones de mediados de año, quitarle el estado al PRI, y tomar una muy fuerte posición para la contienda presidencial de 2006.

Dentro del PAN, los estrategas no deseaban que el empresario Carlos Hank Rhon resultara el nominado, tanto porque la historia política del apellido fusionaría a todos los grupos priístas en el estado, como porque sería una señal que verían con agrado los barones del capital. Tampoco les hubiera gustado que resultaran candidatos el secretario de Gobierno Manuel Cadena o el ex líder del PRI estatal, Isidro Pastor, por su conocimiento de las estructuras y porque en el pasado reciente le sembraron cargas de profundidad al PAN y lo destazaron en el Congreso.

Peña Nieto les encanta y lo consideran como su mejor adversario. Lo ven anodino y con una retórica clásica que hace ver a este joven político de 38 años como un político viejo. Los estrategas del PAN recuerdan cómo Peña Nieto tampoco era el mejor equipado dentro del PRI para la candidatura. En los foros que realizaron los aspirantes priístas resultó perdedor en la mayoría de ellos. Por otra parte, su largo conflicto con Pastor, quien había sido operador por excelencia de Montiel, no parece que tenga un buen fin.

Pastor va a estar 15 días en silencio, lo que en política significa que estará negociando con el mejor postor su futuro. Pastor le puede hacer daño a Montiel, y según sus allegados, tiene suficientes municiones, en forma de documentos, para probar cuánto dinero ha utilizado el gobernador con fines políticos y de propaganda. Sólo por mencionar uno de los meses del año pasado, de acuerdo con información de personas que trabajaron con él, para esos fines se gastaba un promedio de 100 millones de pesos mensuales, sin incluir el spot navideño que transmitió por la televisión nacional en compañía de su familia –donde ganó, por cierto, más de 8 puntos de popularidad– que tuvo un precio, estimado en puntos de rating, de 17 millones de pesos.

El ex líder del PRI también fue un personaje clave tras el importante avance que tuvo el PAN en las elecciones federales de 2000, cuando ganaron no sólo la elección presidencial sino el Congreso local. Para que Montiel pudiera gobernar, se encargó a Cadena que desarrollara una estrategia para la conquista de los corazones del mayor número de legisladores panistas, que fue instrumentada y operada por Pastor, que logró seducir de múltiples maneras a la mitad de los diputados de ese partido, llevándoselos a votar favorablemente las iniciativas que presentaba Montiel. Sobre Pastor, un nuevo aliado de Peña Nieto, el procurador Alfonso Navarrete Prida, tiene un amplio expediente policial, que ha sido utilizado como Espada de Damocles sobre el priísta rebelde, sin que hasta ahora haya dado grandes muestras de dolor o temor de lo que pudiera suceder judicialmente con él.

Pastor ha tenido contacto con el candidato del PAN a la gubernatura, Rubén Mendoza Ayala, cuya mancuerna podría ser un terrible dolor de cabeza para el PRI. Mendoza Ayala, como dice un colaborador cercano de Montiel, fue un operador priísta –entendiéndose por esa frase a un poseedor del saco de mañas y de la tecnología de lo turbio que tan bien refinados tiene el PRI— mediano, que en el PAN es de lo mejor. En efecto, Mendoza Ayala es un político de la vieja escuela que fue capaz de colocar a su gente en la dirección estatal del PAN para hacer frente José Luis Durán, el candidato del secretario de Gobernación, y derrotarlo en las primarias panistas. Como a Pastor, en Toluca también le tienen guardadas sorpresas al aspirante panista, tanto en el ámbito de lo administrativo cuando fue alcalde de Tlanepantla, como en el personal, donde el escándalo mayor podría ser la verdad sobre una extraña propuesta de matrimonio al día siguiente de ganar la nominación, que terminó en un escándalo con la presunta novia, que públicamente se desistió de la boda.

Lo que se avecina este semestre en el estado de México se asemeja más a una arena de lodo que a un escenario donde la política fina sacará lo mejor de sí. Esto, pese a que el estado de México es, quizás, la entidad donde la política sofisticada es mejor aplicada, y en donde el arte de la negociación y de la construcción de bases electorales ha dado siempre resultados. El estado de México ha sido fundamental en la política mexicana desde los tiempos de Benito Juárez, quien para evitar contrapesos políticos superiores a su fuerza dividió al estado, de donde nacieron Morelos y Guerrero. Y aunque no ha sido una ley que el partido que gane la gubernatura mexiquense ganará la presidencial, sí ha contribuido en el poder de los partidos la manera como se consolidan o debilitan electoralmente en la entidad.

El estado de México ha tenido oscilaciones desde 1988, cuando en la oscura elección de Carlos Salinas, su rival Cuauhtémoc Cárdenas ganó en la entidad. Salinas dedicó un gran esfuerzo para que el PRI recuperara posiciones en las elecciones federales de 1991, pero tras la crisis financiera de 1995, el PRD ganó en 1996 los municipios connurbados del oriente del Distrito Federal, y el PAN conquistó todos los del norponiente, conocido como “el corredor azul”. Esa elección cambiaría el mapa electoral mexiquense, y en las elecciones federales de 1997 el PRD consolidó sus posiciones, mientras que en las de gobernador en 1999, subió el PAN al punto de casi quitarle la gubernatura Durán a Montiel. La operación de Cadena-Pastor en el 2000 permitió que en las elecciones federales de 2003, el PRI volviera a recuperar el equilibrio que hoy, con las fracturas dentro del partido, vuelve a estar en riesgo.

Este es el contexto donde los panistas ven su oportunidad con Peña Nieto, a quien toman como un candidato débil con vulnerabilidades. Pero el aparato priísta no se ve tan endeble. Expertos en opinión pública que trabajaron con los ex presidentes Salinas y Ernesto Zedillo, como Ulises Beltrán e Isaac Chertorivsky ya llegaron a reforzar el equipo priísta, al igual que Margarita Pérez Urraca, quien trabajó para ese partido en las últimas elecciones, y responde a los intereses del secretario de Acción Electoral del PRI y cercano a Roberto Madrazo, César Augusto Santiago. La maquinaria está lista, y no se compara con la de sus adversarios. El lodo también. Y en este capítulo, los adversarios tienen más de donde sacar contra el PRI, para tirar hasta que se cansen.

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