EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Evaluación Global de la Biodiversidad 2019

Octavio Klimek Alcaraz

Mayo 11, 2019

El número de especies que ha desaparecido o está en riesgo de hacerlo para siempre en el planeta está aumentando a un ritmo desalentador. Responsable de esta renovada extinción masiva somos nosotros, la civilización humana. Esta es la conclusión a la que llega el Informe de Evaluación Global de la Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, el estudio internacional de la biodiversidad más completo hasta la fecha, presentado por la Plataforma Intergubernamental Científico Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por su acrónimo en inglés)). Representantes de 132 países, entre ellos México, aprobaron el resumen para tomadores de decisiones de dicha Evaluación durante su Séptima Sesión plenaria realizada del 29 de abril al 4 de mayo de 2019 en París, en la sede de la UNESCO (https://www.ipbes.net/news/ipbes-global-assessment-summary-policymakers-pdf).
Para esta Evaluación Global de la Biodiversidad, expertos de más de 50 países han revisado durante tres años, miles de artículos científicos sobre el desarrollo de la biodiversidad en las últimas cinco décadas.
Identificaron cinco factores que tuvieron un impacto significativo en el desarrollo negativo de la biodiversidad en el mundo. Por un lado, el uso intensivo de la tierra y los mares amenaza la biodiversidad: tres cuartas partes de todas las áreas terrestres y dos tercios de los océanos ya están afectados por los seres humanos. Agrava el hecho, de que ningún ecosistema queda libre del deterioro por los seres humanos. Por otro lado, las especies invasoras desplazaron a los animales y plantas nativas: el número de estas especies invasoras ha aumentado en un 70 por ciento en todas las regiones del mundo. Asimismo, la sobreexplotación por el uso directo de plantas y animales, el cambio climático y la contaminación del medio ambiente contribuyen a la extinción de las especies.
De los aproximadamente ocho millones de especies animales y vegetales que existen en todo el mundo, la Evaluación afirma que alrededor de un millón están en riesgo de extinción. En la mayoría de los espacios de vida naturales, el número de especies ha disminuido en al menos un 20 por ciento desde 1900. Más del 40 por ciento de las especies de anfibios, casi el 33 por ciento de los corales formadores de arrecifes y más de un tercio de todas las especies de mamíferos marinos están amenazados. La información es menos clara sobre los insectos, pero la evidencia disponible respalda una estimación de que el 10 por ciento está amenazada. Al menos 680 especies de vertebrados fueron llevadas a la extinción desde el siglo XVI y más del 9 por ciento de todas las razas domesticadas de mamíferos utilizadas para la alimentación y la agricultura se extinguieron en 2016, con al menos mil razas más amenazadas.
Los autores de la Evaluación ven un vínculo claro entre la influencia humana y las consecuencias negativas para la naturaleza. Estas consecuencias se sienten cada vez más con tanta fuerza, que amenazan a la humanidad misma. En especial, la disminución de la diversidad natural y los servicios de los ecosistemas está afectando, sobre todo, al 11 por ciento de la humanidad que sufre la falta de alimentos y es más pobre. Asimismo, el uso y la sobreutilización de los recursos naturales por parte de los seres humanos no han tenido precedentes.
Los autores de la Evaluación señalan que es posible detener el declive de la biodiversidad en el mundo, pero sólo si se contrarresta en todos los niveles actuación de forma inmediata y consecuente. Hasta ahora, este no ha sido el caso; las estrategias actuales para conservar la biodiversidad han fracasado.
Lamentablemente la Evaluación no ofrece un camino real para todo el planeta para contener cuando menos la desaparición masiva de la biodiversidad. Es decir, de un país a otro y de una región a otra, una variedad de medidas deben ser implementadas para atender las amenazas más apremiantes para la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. En especial, es indispensable conservar las áreas de mayor biodiversidad, considerando en esto los ecosistemas menos deteriorados y con espacios de vida donde se desarrollan especies únicas, endémicas y/o raras. Estas especies son las más amenazadas. Reconociendo con ello que la humanidad está actualmente en un camino de desarrollo profundamente insostenible.
Ante la crisis de la humanidad para vivir junto con otros seres vivos en el planeta, se deben ofrecer soluciones urgentes para nuestra supervivencia y de las demás especies, considerando que es un desafío aún mayor, que en etapas previas de la vida en la tierra.
Las causas se encuentran suficientemente claras en los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y en esta Evaluación del IPBES sobre la biodiversidad. La ciencia a través de los científicos nos dicen qué hacer. Y en realidad lo sabemos también.
Uno puede encontrarlo trágico cuando las focas, los osos polares o las vaquitas marinas mueren, cuando el último jaguar pierda su hogar o el último rinoceronte negro es asesinado. Lo decisivo e importante es que la desaparición de una sola especie puede desencadenar una reacción en cadena que afecte a todo el ecosistema. Los animales y las plantas, en toda su diversidad biológica, forman parte de una red: proporcionan alimentos y medios de vida para otras especies. Si falta una parte, se tienen consecuencias. Y eventualmente nos afectará también.
Todo está conectado, por lo que cada una de nuestras decisiones es importante. Es un principio, que debe incidir en nuestra conciencia sobre la crisis del planeta y, finalmente, para actuar juntos y cambiar fundamentalmente nuestro comportamiento, en pequeña escala y como sociedad.
Si se depositan menos residuos, como el plástico en los océanos, se conservan el hábitat de peces y animales marinos. Si emitimos menos CO2, reducimos nuestro uso de energía, disminuimos el calentamiento global y evitamos que además muchas especies se extingan.
Cualquiera que produzca menos residuos de plástico, use productos reciclables, incluso se abstenga de comer carne más que un par de veces por semana y tome las próximas vacaciones en transporte colectivo, al menos ya se ha dado cuenta de que las cosas no pueden seguir como lo han hecho antes. El problema es complejo, pero la solución puede no ser tanto, si asumimos algo de compromiso.
Pero si seguimos como antes, eso no será suficiente. En lugar de ver todas las crisis por separado, seamos claros: al final, todas son parte de un gran problema. Todo el planeta está en peligro, la mayoría de las crisis también están interrelacionadas. La buena noticia: quien empieza a actuar de manera cotidiana ayuda con la solución.

P.D. El tema de los incendios forestales no es nuevo, debemos asumir una mayor compromiso sociedad y gobierno para que esto no suceda. Los desastres son socialmente construidos. Lamento conocer, que además hay vidas humanas que se han sacrificado ante algo que no debería suceder. Mis condolencias a los seres queridos de los combatientes fallecidos.