EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

EZLN y la travesía por la vida

Tryno Maldonado

Junio 29, 2021

METALES PESADOS

 

“Lo primero que tiene usted que saber o entender es que los zapatistas, cuando vamos a hacer algo, nos preparamos primero para lo peor. Se parte de un final de fracaso, y, en sentido inverso, nos preparamos para enfrentarlo o, en el mejor de los casos, evitarlo. Por ejemplo, imaginamos que nos atacan, las masacres de rigor, el genocidio vestido de civilización moderna, el exterminio total. Y nos preparamos para esas posibilidades. Bueno, para el primero de enero de 1994, no imaginamos la derrota, la asumimos como una certeza”.
En el más reciente comunicado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del pasado 27 de junio, reconoce que históricamente sus campañas e iniciativas han estado dirigidas a “lo otro”, “lo que está más allá de nuestro horizonte cotidiano, pero que reconocemos como algo que es necesario en la lucha por la vida, es decir, en la lucha por la humanidad”.
El zapatismo es una lucha que suma. Jamás una lucha que resta. El zapatismo no es una lucha por el “no”. Es una lucha por el “sí”. Es, en resumen, una lucha por la vida.
A diferencia de los gobiernos partidistas cuyas campañas ponen la tilde en la militarización, el despojo, el desarrollismo capitalista, el asistencialismo paternalista, la perpetuación de la narco-guerra y, en general, en una apuesta por la muerte que, en su imparable maquinaria propagandista, invisibiliza tanto las masacres cotidianas y las desapariciones forzadas como los miles de feminicidios que sus políticas toleran. No sólo es la muerte de los territorios, los cuerpos y recursos naturales de los que se apropian. Sino, además, la muerte y la condena de todo atrevimiento de imaginación política más allá de la que se dicta todas las mañanas desde el púlpito presidencial.
Por eso el atrevimiento de vislumbrar otros horizontes en la imaginación y organización políticas se vuelve hoy más importante: cuando los gobiernos disfrazados de progresías bienpensantes mantienen aletargada la conciencia crítica de sus clientes-votantes, al mismo tiempo que ellos pactan con los grandes capitales y llevan a cabo los proyectos de destrucción que ni siquiera los gobiernos abiertamente neoliberales soñaron con llevar a cabo. Hoy fue la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Mañana le llamarán erróneamente Tren Maya. Y los grandes capitales y los grandes grupos de interés políticos con que se hermanan, se lavarán las manos por la muerte y la destrucción que dejarán a su paso.
El Escuadrón 421 del EZLN –compuesto por hombres, mujeres y una mujer transgénero mayas– ha ido mucho más allá de lo imaginado al tocar en días recientes las costas de la Europa de abajo para renombrarla “Tierra Insumisa” en un proceso de invasión inversa. Pero, ¿Cuál es el objetivo de esta nueva travesía de las y los zapatistas? A diferencia de los renovados nacionalismos que alienta el gobierno mexicano con el temor, el revanchismo y el odio hacia lo otro, “vamos a agradecer a lo otro su existencia. A agradecer las enseñanzas que su rebeldía y su resistencia nos han regalado. A entregar la flor prometida. A abrazar lo otro y decirle al oído que no está sola, soloa, solo. A susurrarle que valen la pena la resistencia, la lucha, el dolor por quienes ya no están, la rabia de que esté impune el criminal, el sueño de un mundo no perfecto, pero sí mejor: un mundo sin miedo. Y también, y sobre todo, vamos a buscar complicidades… por la vida”.
“En suma, siempre nos preparamos para fracasar… y para morir. Por eso la vida, para el zapatismo, es una sorpresa que hay que celebrar todos los días, a todas horas. Y qué más que mejor si es con bailes, música, artes”.
“¿Es el zapatismo una gran respuesta, una más, a los problemas del mundo? No. El zapatismo es un montón de preguntas. Y la más pequeña puede ser la más inquietante: ¿Y tú qué?”.

@tryno