EL-SUR

Viernes 03 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Fin de un año de claroscuros

Abelardo Martín M.

Diciembre 27, 2022

El recuento, el análisis, la reflexión, el balance, la meditación y el ensimismamiento en los propios pensamientos, la observación aguda y por encima de todo la gratitud, están presentes al término de un nuevo ciclo de la Tierra alrededor del Sol, independientemente de la religión o creencias que se practiquen. Concluye un año en el que se combinaron expectativas optimistas y signos de retroceso en prácticamente todos los rincones del planeta. Si algo caracteriza esta época en la historia de la humanidad es la instantaneidad, la información inmediata de casi todo lo que ocurre en el mundo, en especial los rezagos, las tragedias, los problemas, los desafíos en los más recónditos y alejados rincones del mundo.
La llamada “sociedad de la información” sufre también un muy grave mal de nuestro tiempo denominado “infodemia”, un flujo constante, inmenso e interminable de noticias falsas, muy eficaces para crear confusión, desinformación y angustia social. La humanidad enfrenta una de las contradicciones impredecibles como consecuencia de la velocidad de la comunicación, para algunos el principal problema de la época. Los cambios tecnológicos provocaron que la comunicación haya quedado rebasada y las sociedades inermes y desprotegidas, expuestas a noticias o versiones falsas.
Tal vez el hecho más lamentable en este lapso ha sido la invasión militar rusa en Ucrania ocurrida en febrero pasado; al principio se pensó en un rápido desenlace, pero a la fecha la guerra ya se prolonga por más de diez meses, con miles de muertos en ambos bandos, más de siete millones de ucranianos han tenido que abandonar su país y otros tantos se encuentran desplazados internamente de sus lugares de origen.
Además de los heridos y la pérdida de vidas humanas, desunión de familias y todas las tragedias que conlleva una guerra, el conflicto ha tenido graves repercusiones en todo el planeta, como la carestía generalizada de diversos productos, desde el trigo hasta el gas y el petróleo, que ha generado una inflación mundial no vista antes en el presente siglo, además de tensiones políticas entre las potencias internacionales.
En paralelo, seguimos arrastrando las secuelas de una pandemia que cumple ya tres años desde que fue detectada, la cual despliega por estas fechas una más de sus oleadas, que afecta ahora nuevamente el territorio origen del mal, en China, y en México observa un ascenso alarmante.
Una endeble recuperación económica se generaliza, pero es amenazada por la persistencia de la guerra arriba referida, las altas tasas de interés que los bancos centrales han dispuesto para intentar controlar la inflación, y por un nuevo frenazo de la economía china como resultado de los nuevos brotes de Covid. Todo ello lleva a los expertos a hacer predicciones de una recesión que afectaría a las principales economías y arrastraría a todas las demás, el próximo año.
Ese panorama ha llevado a la polarización internacional, al fortalecimiento de tendencias extremas y el desvanecimiento de los partidos de centro. En Europa se ha producido el ascenso de tendencias de ultraderecha, incluso nazifascistas, en tanto que en América Latina el fenómeno ha sido inverso, la llegada al poder de grupos de izquierda en las principales naciones, como no había ocurrido nunca en la historia del subcontinente. En Estados Unidos, de manera singular, la derecha golpista que se fortaleció hace años con la figura de Donald Trump, pareció venir a menos en las recientes elecciones, aunque el momento relevante ocurrirá durante la siguiente elección presidencial.
Dentro de este inquietante y sin duda doloroso y riesgoso panorama internacional, nuestro país transita de un pasado indeseado, que se aferra a sobrevivir, a un futuro de incertidumbre y temor en donde, otra vez, la comunicación es el problema y paradójicamente también la solución. La infodemia azota las mentes de todos los miembros de la población, presa y víctima de versiones subjetivas o de plano falsas de la realidad que vive el país.
En ese contexto transcurre el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo proyecto de transformación ha ido avanzando mientras mantiene el apoyo popular, aunque luego de cuatro años de gobierno resulta evidente que el tiempo no le alcanzará para consolidar su modelo de gobierno que acusa un grave y creciente desgaste, hasta poner en riesgo su futuro electoral. En términos de imagen pública, el presidente AMLO vive exactamente la misma situación que sus predecesores, quienes en las encuestas gozaban de popularidad y aceptación, mientras en las calles, en muchas familias y en amplios sectores de la población la crítica a su gobierno campeaba y crecía sin control.
Pocos dudan que este gobierno, como ningún otro, vive una feroz campaña de ataques y desprestigio al que el presidente hace frente todos los días, con la denuncia a sus ejecutantes y promotores, a quienes define como “conservadores”, aunque en la calle se le critica por no haber cumplido aún más los cambios que tanto pregonó y ofreció en temas como salud, educación, distribución de la riqueza y sobre todo combate a la corrupción.
Si bien la economía se mantiene estable y hay un modesto crecimiento, la inseguridad y la violencia criminal no dan muestras de ceder, y se convierten en el principal lastre que amenaza el futuro nacional. También se vuelve factor de inestabilidad la sucesión presidencial adelantada, que ha generado abiertas campañas políticas disfrazadas con nombres y motivos rebuscados, de quienes aspiran a ocupar el máximo cargo, dentro y fuera del partido actualmente en el poder.
Otros hechos recientes contribuyen al desasosiego en que el país se desenvuelve, uno de ellos que ha generado preocupación extrema, el atentado sufrido por el periodista Ciro Gómez Leyva, sobre el cual aún no hay resultados de la investigación oficial, pero ha despertado en cambio acusaciones cruzadas entre los voceros del régimen y sus críticos.
Por si algún elemento faltara, la denuncia de plagio de su tesis profesional por parte de una ministra de la Suprema Corte de Justicia, que incluso estaba en competencia por la presidencia de ese poder autónomo, ha generado también una polémica intensa sobre los alcances de la imputación y sus consecuencias en caso de ser verídica, como apuntan los indicios y las primeras actuaciones por parte de las autoridades universitarias.
Mientras todo ello ocurre, en Guerrero y en particular en los polos de atracción turística, vivimos por estos días esa burbuja de cada fin de año, en que la tradición celebratoria envuelve por unos días la compleja problemática de la región.
En Acapulco, como es costumbre, la ocupación hotelera alcanzó alrededor de dos tercios en el pasado fin de semana, y en el de Año Nuevo se aproximará al tope de sus aforos; lo mismo ocurre en los otros centros de recepción de visitantes de la entidad.
Pero la inseguridad y la violencia en el mejor de los casos sólo nos darán una tregua de unos días. La más reciente muestra de ello fue el bloqueo que por varias horas llevó a cabo un grupo de personas en la Costera del puerto, en protesta por la desaparición de dos jóvenes acapulqueñas.
A lo largo del año, hemos dado cuenta de ejecuciones, denuncias de extorsiones, ataques a comercios, y otras acciones del crimen organizado, la mayor parte de las cuales quedan en la impunidad. Así nos aproximamos a la conclusión del año y al inicio del siguiente, uno en el que todos esperamos nos vaya mejor y que alcancemos paz y bienestar. Buenos deseos que ojalá se hagan realidad.
Los que siguen serán meses muy intensos en la política, puesto que, como anticipamos líneas arriba, la sucesión adelantada provocará lo que los políticos llaman “descartes” de presuntos aspirantes a la Presi-dencia de la República y a los miles de cargos de elección popular que se decidirán en el 2024. Ahora, por lo pronto, en este 2023 la lucha electoral en Coahuila y el Estado de México anticiparán, sin duda, el ánimo de los electores respecto al gobierno del presidente AMLO, independientemente de la actitud y comportamiento de los gobiernos locales, ambos en la actualidad liderados por priistas. Las campañas tendrán como rasgo relevante los rezagos, el incumplimiento de las promesas, en especial el clima de violencia generalizado en el país.
Los meses por venir serán intensos, quizá más de lo deseable, lo que hace que los deseos de salud, alegría y bienestar para todos en el 2023 sean no solo bienvenidos, sino necesarios.