Arturo Martínez Núñez
Noviembre 14, 2017
La situación financiera del Ayuntamiento de Acapulco es muy preocupante. Acapulco enfrenta uno de los momentos más críticos en su historia. A la crisis económica y de seguridad en el puerto, hay que sumar que el gobierno municipal se encuentra en una situación de emergencia y astringencia económica serias. Acapulco está en quiebra. El gobierno de Acapulco está en quiebra. Cuando en una organización pública o privada los egresos superan sensiblemente a los ingresos se dice que existe una quiebra.
Conocer quién o quiénes han sido los responsables de esta terrible situación (que se gestó a lo largo de varias administraciones), nos ayudará a obtener la justicia, la reparación del daño y la garantía de no repetición, pero ninguna de estas penas nos va a solucionar el problema financiero. Es importante conocer y en su caso proceder si es que se encuentran quebrantos dolosos o constitutivos de delito, hay que hacerlo porque así lo señala la ley y porque se tiene que mandar un mensaje de seriedad, de responsabilidad y de no impunidad.
Pero para paralelamente a la búsqueda de la justicia, es importante la realización de un plan estratégico financiero para poder sanear las finanzas del gobierno de Acapulco. Acapulco tiene una deuda de alrededor de 2 mil 500 millones de pesos. Esta deuda se conforma por diversos componentes: una parte la constituye la deuda interna contraída y renegociada ante instituciones de crédito, pero esa no es la única deuda. Adicionalmente hay adeudos institucionales con proveedores, hay ADEFAS que son adeudos de ejercicios fiscales anteriores, existen laudos laborales, adeudos con instituciones de la Seguridad Social, y adeudos con proveedores estatales de servicios como la Comisión Federal de Electricidad.
Acapulco gasta, con datos del Presupuesto de Egresos 2017, alrededor de 3 mil 600 millones de pesos y sus ingresos son de alrededor de 2 mil 700 millones de pesos. Esto significa que cada año se genera un déficit de alrededor de 920 millones de pesos que se acumula y que agrava la situación financiera.
Las decenas de precandidatos que ya inundan las calles y las redes sociales con sus mensajes fuera de la ley, deberían de estar diciéndonos para qué quieren gobernar y cómo piensan hacerlo.
La grave crisis financiera del gobierno de Acapulco no la va resolver ni el más simpático ni el mejor parecido ni el que tenga el eslogan de campaña mejor logrado. La crisis de Acapulco sólo puede resolverse con un plan multianual severo, responsable y de mediano plazo. Los problemas complejos solamente se resuelven a través de soluciones complejas. Ningún problema difícil, ninguna crisis se logra resolver sin medidas dolorosas, de impacto y en donde todos los actores tienen que poner un poco de su parte y tienen que ceder para poder alcanzar los objetivos anhelados.
Acapulco necesita tener un plan pensado no en las siguientes elecciones sino en las siguientes generaciones. Cada proceso electoral las hordas de candidatos vienen a decirnos que van a resolver el problema de la inseguridad, de la escasez de agua, de los pésimos servicios públicos, de la raquítica fortaleza institucional y del desarrollo económico y social, a partir de promesas vacías, de rostros que no dicen nada, de mensajes que sólo ensucian las calles y de promesas incumplibles. Los candidatos nos mienten y los ciudadanos compramos el engaño.
Acapulco necesita la verdad. Los acapulqueños necesitan conocer la situación real de las finanzas municipales. Este problema no se va resolver escondiendo la cara como avestruz o declarando irresponsablemente que se van a “gestionar recursos adicionales con la federación”. Esto es falso: la federación no va a venir a rescatarnos. La federación no ha rescatado a ninguno de los anteriores gobiernos y no tendría por qué rescatar a los que vengan. La federación tiene sus propios y graves problemas financieros y Acapulco es sólo un número más en la lista de cientos de ciudades con una dimensión y un aporte económico similar al de nuestro puerto. Lo que no hagamos por nosotros mismos nadie lo va venir a hacer de fuera. Necesitamos un tratamiento agresivo e invasivo y que seguramente tendrá severos efectos secundarios.
Es necesario recortar el gasto aumentar el ingreso y renegociar los adeudos. Necesitamos negociar con los sindicatos, desaparecer nóminas irregulares y listas de raya, necesitamos terminar con prebendas fuera de la ley, necesitamos hacer un estudio de recursos humanos profesional para hacer un tabulador y un catálogo de funciones que nos permitan hacer más con menos. Necesitamos imaginar una estrategia financiera y legal para litigar, negociar y en su caso calendarizar el pago de los distintos laudos laborales que, aunque injustos, se tienen que cumplir porque es un mandato legal. Necesitamos volver a negociar la deuda bancarizada para obtener mejores condiciones que permitan liberar recursos para el gobierno municipal.
Necesitamos incrementar los recursos propios. A nadie le gusta cobrar y a nadie le gusta que le cobren, pero es indispensable para poder tener una ciudad ordenada. Una ventana de oportunidad para los ingresos es el cobro serio profesional valiente y responsable del impuesto predial y lo mismo debe de hacerse con los distintos aprovechamientos y servicios que puede benefician al Ayuntamiento. Se debe de cobrar el agua, no puede haber ningún tipo de exenciones cuando no las hay en los servicios privados. No hay nadie que no pueda pagar sus servicios telefónicos, del luz o incluso productos comestibles y recreativos, no tendría por qué ser distinto con los servicios públicos. Necesitamos modernizar transparentar y profesionalizar el Catastro, la Dirección de Obras Públicas y muchas áreas sensibles y proclives a los procesos corruptores.
Acapulco necesita cobrar más y gastar menos, Acapulco necesita invertir más en obras y servicios y gastar menos en propaganda y publicidad inútiles. Deben determinarse los fondos, proyectos y bonos, a regidores, líderes políticos y sociales y se deben de cancelar todas las obras que no obedezcan a un plan de desarrollo multianual claro y preciso.
Si Acapulco reconoce el problema y comienza a tomar medidas de choque para detener el déficit financiero probablemente en 10 o 15 años comencemos a tener una ciudad limpia, ordenada competitiva y de primer mundo que pueda intentar competir y buscar el regreso de turistas de primer nivel. En las condiciones actuales es ridículo y perverso creer que los visitantes que hoy van a Los Cabos a Puerto Vallarta o a la Riviera Maya y gastan miles de dólares por persona harán lo propio en un Acapulco con servicios de hace 50 años.
No podemos aspirar a tener turistas de primera teniendo servicios de quinta. De cara al proceso electoral del año entrante, los ciudadanos tenemos la oportunidad y la obligación de exigirle a los aspirantes que nos hablen con la verdad, que nos presenten su plan de trabajo, que nos digan cómo piensan enfrentar los terribles problemas de puerto. Si la ciudadanía prefiere cambiar el desarrollo de la sociedad a cambio de un bulto de cemento o una paca de lámina, es poco lo que se puede hacer.
Necesitamos un gobierno de primera para lo cual necesitamos nuevos ciudadanos que, en vez de recibir playeras, gorras y despensas, exijan planes, proyectos y estrategias de gobierno.