EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

FLIPA: ¿Cuánto cuesta el adjetivo internacional?

Federico Vite

Marzo 19, 2019

 

Desde el encuentro de escritores El Sur existe a pesar de todo se ha exigido respeto por los autores locales y por su obra; se ha exigido una plataforma que permita conocer a los nuestros, valorarlos. Se trataba de abrir brecha para que los nuestros dialogaran con los autores y los editores (sobre todo con los editores) de otras regiones. Eso más o menos se logró con la Feria Internacional de Libro Acapulco (FILA), proyecto que alcanzó su máximo esplendor en el aciago 2014 y de ahí pa’l real se desmoronó. La Feria de Libro Internacional y Popular de Acapulco (FLIPA) ha sepultado a la FILA y se encumbra políticamente como la actividad cultural más importante del gobierno de Acapulco.
Con la intención de acercar libros, autores y editores a los lectores guerrerenses se avalaron las ferias de libro; con ese propósito se solicitaba presupuesto al gobierno municipal. Y cuando daba, exigía, aparte del aporte cultural, apoyar a los nuestros, colocarlos junto a otros para que dialogaran y la dinámica se enriqueciera. Ese modelo no existe más, pues la FLIPA tiene poco de literatura y mucho de política. La FLIPA parece una deferencia del síndico Javier Solorio Almazán para congraciarse con Paco Ignacio Taibo II. Solorio orquesta este proyecto, pero es dirigido por la Brigada para Leer en Libertad A.C., a cargo de Taibo II.
La Feria de Libro Sindical y Popular impactó porque tenía un gran catálogo de libros a bajo precio; el problema es que carecía de un buen programa de autores. Esa feria mutó y se convirtió en FLIPA (cambió de sindical a internacional). Destila un tufo político que opaca la sustancia literaria. El programa es raquítico, hay una exigua representatividad guerrerense. Los invitados más atractivos son Kike Ferrari y Taibo II, quien se presenta como funcionario público y autor a una feria de libro que, en palabras de Solorio, el mismo Taibo II coordina desde la Brigada para Leer en Libertad. Parece que Solorio actuó discrecionalmente, llevó agua para su molino quitando a los escritores locales y dejando el espacio para que los morenistas hicieran las invitaciones. ¿Avalan la alcaldía de Acapulco con autores de la 4T? ¿No le parece injusto que en el programa no figuren escritores guerrerenses?
En ediciones anteriores la feria sindical tuvo muy buenos resultados; no contó con el apoyo monetario del municipio. Así que ahora, con flamante internacionalidad, recibe un millón de pesos y el apoyo absoluto del gobierno municipal: se espera, obviamente, que se dupliquen los resultados. Ojalá y así sea.
Otro factor que genera suspicacias es que los organizadores de la FLIPA no hicieron público el método (o criterio) para invitar a los escritores a esta reunión de camaradas. De hecho, no creo que haya un método para elegir a los autores invitados; es más, ni siquiera creo que al síndico Solorio le interese la literatura, aunque parezca que sí. Los políticos no van a cambiar, seguirán empecinados en mentirnos. Porque es un hecho que no saben de literatura, tampoco les interesa, sólo abren las puertas del erario y quedan bien con quien tienen que quedar bien. Son patrañas sus discursos, retórica barata sus elogios y si leyeran de verdad tendrían la competencia lingüística adecuada para expresar sus lineamientos claramente.
El mensaje implícito del síndico Solorio es que no confía en el talento local, ni en los escritores ni en los promotores culturales que pueden hacer una feria de libro brillante. El mensaje tácito de la alcaldesa es que no le importa qué hagan con el dinero siempre y cuando tengan la bandera morenista en alto.
Celebro que vengan los libreros, pero lamento la poca representatividad literaria del programa. Parece que de nueva cuenta, como en los viejos tiempos, el político en turno invita al funcionario público que es escritor y que vive en la Ciudad de México para que se haga cargo de todo. Los políticos no respetan ni apoyan a los escritores locales; porque es mejor quedar bien con los de afuera y es mucho mejor rendirle pleitesía a un camarada, a un escritor consumado que va de gira por todas las plazas del país; es mejor eso que darle espacio a los escritores y a los promotores de estas tierras.
Dicho de otra forma, la FLIPA es una prebenda. Acapulco patrocina un proyecto que parece feria literaria, finalmente, una celebración de la 4T, una fiesta de la aplanadora 4T. Y la conclusión es que no hay más escritores que los que dicta la 4T. También creo que el cambio de feria sindical a feria internacional tiene un costo. Justamente un millón de pesos.