EL-SUR

Viernes 26 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

Generación millennial

Adán Ramírez Serret

Noviembre 24, 2017

El pasado 19 de septiembre, tras el terrible temblor con tintes apocalípticos que cimbró a varios estados del país, la generación llamada millennial dejó con la boca abierta a las precedentes. Lo hizo por su compromiso con los afectados, por la necesidad, el ímpetu de ayudar a las víctimas.
Dejó a todos sorprendidos, pues parecía que esta generación no se comprometía con nada que no fueran juegos de video, teléfonos inteligentes y modas pasajeras. Que daba la impresión que si el mundo se iba a la basura a ellos les daba lo mismo; estos jóvenes demostraron una preocupación y conciencia social impactante, por no decir heroica.
Me parece que tras el temblor, la sociedad, el país se despabiló y se percató que más que generaciones existen individuos.
Pienso en todo esto justamente a partir de una novela de una joven escritora de rap, dramaturga, poeta y novelista inglesa, Kate Tempest (Brockley, 1985), quien con la novela Cuando la vida te da un martillo nos sumerge profundamente en la vida de los jóvenes-adultos que habitan el Londres actual.
La novela comienza con una fiesta en donde todos se encuentran luchando contra profundas dosis de alcohol y drogas. Un mundo dentro del cual se ha dejado atrás el estilo, el universo de Philip Marlowe, por ejemplo, de Raymond Carver; cuando tomarse una copa era para aligerar la realidad y ver todo desde un cariz más interesante; ahora se bebe para tan sólo embrutecerse al máximo. Una congregación en donde tomar drogas es algo muy distante a la postura de Aldous Huxley en Las puertas de la percepción, que buscaba trascender los sentidos y también, por supuesto, lejana a la generación de los 60, cuando los ácidos y los estupefacientes eran una forma de rebeldía y si me lo permiten, de hacer la revolución.
En esta fiesta que narra Tempest se consumen drogas para evadirse de una realidad hostil en donde las perspectivas de cualquier futuro son nulas.
Hasta aquí la novela sigue las pautas predecibles de una escritora millennial. Sin embargo, la autora empieza a desplegar la labor de los grandes novelistas: abordar la superficie para ir sumergiéndose en los laberintos de sus personajes. Así, descubrimos a una chica que da masajes eróticos (es decir que se alquila para masturbar) y una joven que es díler; hacen esto porque es la única opción que han encontrado en la sociedad para concretar algo en su vida. La primera, ser bailarina. Y la segunda, montar un restaurante.
Kate Tempest, según la novela avanza, muestra un Londres sin oportunidades en donde una generación está perdida porque todo lo está.
A la manera de Irvine Welsh en Ediburgo con Trainspotting, en donde cuenta la vida de unos jóvenes que son adictos porque hay muchísima droga y cero oportunidades, Kate Tempest toma un puñado de londinenses para observarlos desde diferentes perspectivas. Aparecen sin duda los rasgos humanos más usuales como el amor, la amistad, la fraternidad… Observa con mirada fresca, de millenial, los sentimientos con los que hemos lidiado hace milenios. Nos damos cuentas que las generaciones son prejuicios, que tan sólo hay jóvenes que conviven de manera podrida, única y fresca, con sus sentimientos.
Como siempre, las novelas nos muestran que la superficie cambia, pero el interior humano siempre es el mismo.
(Kate Tempest. Cuando la vida te da un martillo, Ciudad de México, Sexto Piso, 2017. 357 páginas).