EL-SUR

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Guerrero, México

Opinión

GEO 6

Octavio Klimek Alcaraz

Marzo 23, 2019

 

El pasado 13 de marzo fue presentada la sexta edición del reporte Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-6, por sus siglas en inglés). El GEO-6 se presentó en Nairobi, Kenia, donde los ministros de medio ambiente del mundo participan en la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el máximo foro global de toma de decisiones ambientales. La Asamblea se clausuró el pasado viernes 15 de marzo.
Este informe fue preparado por el Programa de las Naciones Unidas del Medio Ambiente. Siendo elaborado durante los últimos cinco años por un equipo de 250 científicos y expertos de más de 70 países. Este es un breve resumen del mismo, tomándose de manera literal de dicha fuente los párrafos subsecuentes. Puede ser consultado en la página electrónica: https://www.unenvironment.org/es/resources/perspectivas-del-medio-ambiente-mundial-6
Como es previsible, el informe GEO6 está basado en los informes anteriores y busca proporcionar un estudio sobre el estado del medio ambiente mundial, las respuestas que se están dando a la problemática y los escenarios del futuro.
El informe se integra de cuatro partes específicas, pero estrechamente relacionadas entre sí.
La parte A, que evalúa el estado del medio ambiente mundial en relación con los principales objetivos acordados internacionalmente, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La parte B, que contiene un análisis de la eficacia de la respuesta normativa a estos problemas ambientales.
La parte C, que revisa las hipótesis contempladas en la bibliografía y se evalúan las distintas vías hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 y el logro de un mundo verdaderamente sostenible en 2050.
La parte D, que identifican los datos y los conocimientos que serán necesarios en el futuro para mejorar nuestra capacidad de evaluar los impactos ambientales.
Es grave la afirmación del informe, de que en la actualidad el mundo no está en camino de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 o 2050. Su conclusión es lapidaria: Para lograr cumplir dichos Objetivos es necesario desvincular la degradación ambiental y el uso de los recursos del crecimiento económico y las modalidades de producción y consumo conexas.
Por ello, se requieren medidas urgentes, ya que cualquier retraso en la acción climática aumentará el costo de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París o revertirá el progreso logrado hasta ahora.
El informe aconseja adoptar dietas menos intensivas en carne y reducir el desperdicio de comida. De no tomar acciones, será necesario aumentar la producción de alimentos en 50 por ciento para satisfacer la demanda de entre 9 mil y 10 mil millones de habitantes del planeta en 2050. Según la publicación, 33 por ciento de los alimentos del mundo se desperdicia y 56 por ciento de esos residuos se generan en los países industrializados.
El informe también hace un llamado a la acción para frenar el flujo de 8 millones de toneladas de residuos plásticos que llegan a los océanos cada año. Si bien este problema ha recibido mayor atención en los últimos años, todavía no existe un acuerdo global para abordarlo.
La salud humana estará cada vez más amenazada si el mundo no toma medidas urgentes para frenar y reparar los graves daños causados al medio ambiente. Se debe aumentar drásticamente las protecciones ambientales o podrían producirse millones de muertes prematuras a mediados de siglo en ciudades y regiones de Asia, Medio Oriente y África.
GEO 6 advierte que la resistencia antimicrobiana se convertirá en una de las principales causas de muerte para 2050 debido a la contaminación de los cuerpos de agua dulce, y que los interruptores endocrinos afectarán la fertilidad masculina y femenina, así como el desarrollo neurológico infantil.
Sin embargo, el informe destaca que el mundo tiene a su disposición la ciencia, la tecnología y las finanzas necesarias para transitar hacia el desarrollo sostenible, aunque todavía falta mayor apoyo de parte de los líderes públicos, empresariales y políticos que se aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo.
Existe una oportunidad para aumentar el bienestar de los ciudadanos por medio de la urbanización sin precedentes de la actualidad, al mismo tiempo que se disminuye su huella ambiental, si se adoptan mejores prácticas de gobernanza, planificación de uso de la tierra e infraestructura verde. Adicionalmente, la inversión estratégica en áreas rurales reduciría las presiones que motivan la migración.
La proyección de un futuro saludable, con personas sanas, se basa en reemplazar el modelo de desarrollo de “crecer ahora, limpiar después” por un modelo económico “cero residuos” para el año 2050.
Según el informe, si los países destinan a las inversiones verdes el equivalente a 2 por ciento del PIB, producirían un crecimiento a largo plazo tan alto como el que se proyecta actualmente, pero con menor impacto en el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de ecosistemas.
Además, se considera en el informe que las intervenciones de políticas que abordan sistemas completos –como la energía, los alimentos y los residuos–, en lugar de problemas específicos –como la contaminación del agua–, pueden ser mucho más efectivas.
Por ejemplo, un clima estable y un aire limpio son resultados interconectados; las medidas de mitigación climática para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París costarían alrededor de 22 billones de dólares, pero reducir la contaminación del aire traería beneficios acumulados para la salud de hasta 54 billones de dólares.
Todo nos lleva a la afirmación obvia, si mejoramos el estado del ambiente del planeta y por supuesto del país, habrá una mejor salud de las personas y por supuesto una mejor calidad de vida. Pero para eso se requiere mayor velocidad en cambiar el rumbo de las actuales políticas públicas enemigas del medio ambiente, que a su vez demanda el compromiso político de tirios y troyanos. Así de fácil y simple.