EL-SUR

Martes 30 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Gobernantes de Guerrero en su laberinto

Vidulfo Rosales Sierra

Abril 17, 2017

El capitalismo moderno presupone instituciones fuertes: un sistema de salud, educación, vivienda y alimentación robusto, unas instituciones de justicia sólidas e incorruptibles. Así concibieron el Estado liberal los impulsores de la ilustración, pero posteriormente estas premisas pasarían a segundo plano y se pondría énfasis en la libertad de mercado. Hoy las consecuencias están a la vista. Desigualdades abismales e injusticias que el capitalismo y la política económica neoliberal están generando.
Lamentablemente Guerrero nunca pasó de un Estado semifeudal, gobernado por caciques terratenientes, comerciantes, acaparadores y ganaderos. Probablemente José Francisco Ruiz Massieu y Zeferino Torreblanca pretendieron romper este esquema y transitar a un capitalismo moderno, pero terminaron pactando con los caciques de viejo cuño.
La clase política de todos los partidos que nos gobierna en Guerrero es heredera de esta cultura caciquil. No concibe que las instituciones del Estado tienen que funcionar adecuadamente para llevar bienestar a las personas bajo su jurisdicción. Utiliza los recursos públicos para acrecentar su negocio y mejorar su “ganado”.
Las instituciones de justicia están totalmente corrompidas y no tienen independencia, los jueces todavía arreglan las sentencias con el telefonazo del secretario de Gobierno. El poder Legislativo solapa los actos de corrupción del gobernador, secretarios y presidentes municipales. Los ejemplos de alcaldes que malversan fondos públicos y diputados vinculados con grupos de la delincuencia organizada abundan, como también abunda la impunidad en estos casos.
Esta clase política conduce los destinos de nuestra entidad; algunos municipios son instituciones al servicio de los grupos de la delincuencia organizada; otros más son gobernados por ganaderos que se la pasan de fiesta en fiesta apadrinando jaripeos; el gobierno del estado por su parte sólo apuesta a que el turismo solucione en automático los problemas de Guerrero. No parece tener una ruta clara para revertir la pobreza y marginación y los índices de violencia  que tienen en vilo a los guerrerenses. Siguen todos estos funcionarios empecinados en negar el contexto de violencia e impunidad generalizada que vivimos, y argumentan que no quieren generar una mala imagen para los turistas. No podemos negar que el turismo es una actividad económica preponderante, sin embargo, es grave desconocer deliberadamente el contexto, pues eso impide desplegar acciones de gobierno para revertir la violencia, la impunidad y la corrupción que son algunas causas que genera la violencia y este atraso secular que padecemos. ¿Por qué municipios de la Tierra Caliente, Zona Norte, Centro y Costa Grande son gobernados por la delincuencia? ¿Acaso nadie sabía cómo operaba desde hace años El Tequilero en San Miguel Totolapan? ¿Acaso no conocían las autoridades los negocios turbios de los Abarca en Iguala y los crímenes que estaba cometiendo al amparo del Ayuntamiento? ¿No saben cómo y donde operan hoy los grupos delincuenciales en Acapulco, Chilapa y Chilpancingo? ¿No saben cuál es su estructura y sus redes de complicidades? La respuesta es que sí lo saben. Conocen a cabalidad las estructuras de los grupos criminales, saben cómo operan, cuáles son sus redes de distribución, trasiego, lavado de dinero, entro otros. El Estado cuenta con alta tecnología para intervenir teléfonos y computadoras, para utilizar geolocalizadores, aviones no tripulados, drones, cámaras instaladas en todas las calles de las principales ciudades y tiene además armas de alto poder. Puede desarticular y destruir una banda criminal en cuestión de días. El problema es que políticos, autoridades, policías, militares y empresarios forman parte de este entramado criminal, por lo tanto, resulta más sencillo seguir negando la violencia y culpando a los medios de ahuyentar el turismo que emprender investigaciones imparciales y procesar y sancionar a quienes conforman todo el aparato y sistema macrocriminal.
No se trata de emprender aparatosos despliegues militares y policiales, sino de poner en movimiento todo el aparato estatal. Empezando por los crímenes cometidos en días recientes como el de varios niños de Chilapa y Chilpancingo. Las investigaciones de estos cobardes y abominables homicidios nos llevarán a la estructura criminal que perpetró el crimen, su cadena de mando y toda la red de complicidades. Se pondrán al descubierto sus ilícitos negocios, sus modos y formas de operación, una vez hecho lo anterior proceder a la realización de los despliegues de la fuerza pública necesarios para desmantelarlos.
Esto difícilmente lo realizarán las autoridades porque no existe voluntad política y porque lo que está desbordando la violencia en Guerrero y otras partes del país es el aparato macrocriminal, que incluye políticos, autoridades, policías, militares y empresarios.