EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Gobierno deteriorado

Héctor Manuel Popoca Boone

Octubre 13, 2007



Hace dos años aproximadamente expresé que los gobiernos perredistas en Acapulco iban hacia la baja, de mal en peor. Tan solo
ocho años han bastado para que el hartazgo de los acapulqueños se vuelva a expresar. Pero ahora ya no contra el PRI, sino contra
el presidente municipal Félix Salgado Macedonio y el PRD que lo llevó al poder.
Buena parte del pueblo de Acapulco no oculta la gran decepción que tiene con la forma de gobernar de Salgado Macedonio. Dicen
que es el estilo de un PRI reciclado, con todos los defectos y prácticamente ninguna de las pocas virtudes que tenían los priístas.
El gobierno municipal de Acapulco es un desastre. Es patética la carencia de oficio de gobierno. La demagogia y la mentira es
moneda de uso común en el gobernante de la comuna.
Muchos de los vicios que supuestamente se iban a erradicar gradualmente, por el contrario, se han multiplicado y agravado: el
caos en la programación del presupuesto público. La anarquía en las acciones. El uso de los recursos públicos con fines de
clientelismo político. La descoordinación y conflicto con los otros órdenes de gobierno. El desmantelamiento de la estructura
técnico-administrativa. La falta de rendición de cuentas. La completa insatisfacción ciudadana con los servicios públicos
municipales (agua, basura, vialidades, transporte, contaminación, etc., etc.). La carencia de un plan rector de desarrollo. La
corrupción, el incremento de personal innecesario en la nómina municipal y el tráfico de influencias. Son los lubricantes de la
burocracia municipal y de la cooptación de líderes sociales. Es la izquierda institucional en acción.
En los tres gobiernos del PRD que ha tenido Acapulco en forma sucesiva, no ha habido un mínimo de continuidad en un proyecto
común para resolver los graves e ingentes problemas que aquejan al municipio y al puerto.
Además de exhibir tres programas y tres formas de gobernar distintos han manifestado un canibalismo y un revanchismo político
feroz entre ellos mismos. Ataques internos entre los diversos grupos políticos que solamente han mostrado lo negro que
caracteriza su forma de gobierno. Frente a sus intereses y ambiciones particulares, el pueblo acapulqueño les ha valido un
soberano cacahuate. La verdad sea dicha.
El gobierno municipal no ha tenido sabiduría para preservar lo bueno de administraciones gubernamentales pasadas y mejorar lo
regular. Ha barrido con todo para volver a empezar e inventar todo; con el desperdicio de esfuerzo, tiempo y dinero que conlleva
eso. Todo a costa del pueblo.
Hay ignorancia grande en la observancia de las leyes y normas establecidas para el buen gobierno municipal. Los pleitos con el
gobernador del estado han repercutido y devenido en un deterioro grave de la ciudad y del municipio. El municipal es un
gobierno autista en plenitud.
No hay diálogo con la sociedad ni con los especialistas que pueden dar opinión calificada sobre las diversas alternativas para
resolver los problemas urbanos, semi-urbanos y rurales.
Impera el desdén e incapacidad para atender sugerencias y acciones de la ciudadanía propositiva. Existe analfabetismo funcional
programático que da pie a lo pragmático. Improvisación, ocurrencia y espontaneidad más propias de actores que de gobernantes.
Sin embargo, hay que reconocerles, al presidente municipal y a su equipo, la gran capacidad clientelar que tienen por medio de
mentiras y verdades a medias. Pero a golpes sistemáticos de farsas, errores y tropiezos han ido perdiendo, poco a poco, la
credibilidad pública.
No es ningún secreto decir que el PRD tiene muchas probabilidades de perder el municipio de Acapulco en las próximas
elecciones. Más bien es un comentario generalizado en todas las capas sociales de Acapulco. La incompetencia de gobierno es
expresada cotidianamente en forma pública por casi todos. La derrota se la están ganando a pulso, como bien dice Tomás
Tenorio Galindo.
Responsabilidad mayúscula tiene el PRD-Guerrero de haber llevado al poder a una persona que se sabía de antemano que era un
inepto para gobernar.

PD1. Amo a Acapulco. Es mi tierra. Está destruida… la hemos destruido. Dentro de poco ya no tendremos turismo de qué vivir.
(Chofer de taxi).
PD2. ¿Cuál cambio en Acapulco? Félix no va a dejar ni la morralla. (Otro chofer de Acapulco).
PD3. Le dicen el mesero porque se hizo güey con el cambio. (El vulgo).
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