EL-SUR

Lunes 22 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Gonçalo M. Tavares: nuevas formas de transformar la realidad

Adán Ramírez Serret

Noviembre 23, 2018

 

Me gusta la expresión “talento reconoce talento”; la idea del genio perdido en medio de una fauna bárbara hasta que en algún momento, alguien, genial y talentoso, lo reconoce como de su especie y lo saca de una espantosa vida anodina y lo impulsa a crear una obra genial. Fue algo similar lo que sucedió con José Saramago y Gonçalo M. Tavares (Luanda, 1970). Pues el Premio Nobel decía que Tavares escribía tan bien, que se merecía un puñetazo en la cara. También, que lo que más lamentaba de morirse, era no estar vivo el día que le darían el Premio Nobel de Literatura a Tavares.
Quizá Tavares no estaba precisamente perdido en medio de una fauna bárbara antes de Saramago pero sí era un autor no tan fácil de leer; un tanto excéntrico –o un mucho, más bien– quien cambiaba casi radicalmente de estética con cada libro de relatos y novelas. Él mismo ha dicho que hay algunos libros que escribe con la mano izquierda (pensemos en el significado, sí, negativo, oscuro, del término) como Agua, perro, caballo cabeza, relatos oscuros y sórdidos, o Canciones mexicanas, visiones expresionistas sobre la Ciudad de México; por el otro lado también ha escrito novelas como Jerusalén, obra en la que en una sola noche se encuentran historias diferentes, o El barrio y los señores, un brillante ejercicio en donde en un barrio hipotético viven los más grandes autores del siglo XX y se comportan, caminan y duermen como si escribieran: estos últimos textos que en sus palabras escribe con la mano derecha (obras llenas de luz y plagadas de ideas literarias divertidas).
Y, también Tavares es un escritor, sobre todo, reconocido por llenarle el ojo a críticos escépticos y exigentes; seres a quienes no les gusta nada y todo les parece poco. También a escritores ampliamente conocidos, como el ya mencionado José Saramago o Alberto Manguel, quien escribió que “Tavares es uno de los escritores más ambiciosos de este siglo. Su nuevo libro es una epifanía memorable”.
Tavares, nacido en Angola pero ciudadano de Portugal, es un enorme heredero de la literatura de este país; sobre todo de uno, del más extraño, el más plural, y el genio entre los genios, como describía Novalis a los artistas; Tavares es, me atrevo a pensarlo, una especie de continuación de Fernando Pessoa. Quien con una pluralidad de nombres, de estilos y desarrollos de la personalidad, que él llamaba heterónimos del ser; creo una de las obras más caudalosas y geniales del siglo XX.
Así, Tavares, cuenta que hasta antes de los 30 años se dedicó a escribir de manera desenfrenada, frenética y a llenar cuadernos y más cuadernos para guardarlos y publicarlos mucho tiempo después.
Recientemente, editorial Almadía quien ha publicado todos los libros antes mencionados, editó, traducido de manera brillante por la poeta Paula Abramo, un libro que desde el mismo título, es una ficción apasionante, Una niña está perdida en su siglo en busca de su padre. Se trata de una novela que es una especie de parábola. Recuerda de alguna forma a El tambor de hojalata de Günter Grass o Job del impresionante Joseph Roth, en donde un niño –niña en este caso– con retraso mental, es capaz de transformar el mundo. Es un relato un tanto épico, en donde dos extraños se lanzan en busca del padre de la niña, en el viaje descubren el mundo, y, con un lúcido delirio, inventan nuevas formas de transformar la realidad.
(Gonçalo M. Tavares, Una niña está perdida en su siglo en busca de su padre, Ciudad de México, Almadía, 2018. 250 páginas).