EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Gonzalo Martré y una amenaza (elegante) de despedida. (Donde no se habla de Fantomas)

Aurelio Pelaez

Junio 25, 2022

 

Gonzalo Martré es ayudado a subir a una silla, de pie. A sus 93 años necesita algo de ayuda. Lo hacen su hija Lupiskaya y el Vampiro (Oscar Vamp en Facebook, artista y músico urbano que habita en el Centro Histórico). Es el acto final de la ceremonia de la presentación de éste, su último libro, 10 Monstruos del Siglo XXI: el corte de la coleta, a la manera de los toreros. Lo hace Lupiskaya. Martré, aún de pie sobre la silla dirige unas palabras a los asistentes a la cantina La nueva Don León (avenida Pino Suárez), y advierte arrastrando la voz que con ese pedazo de pelo que le cortaron “en veinte años me van a clonar”.
Es, se adelanta en la presentación, el último libro que dice Martré que escribirá, y por eso la ceremonia se llamó La última y nos vamos. En la atestada cantina el Covid no tiene entrada, porque se presenta un libro de terror. Por acuerdo tácito entre los presentadores no se habla de la impronta que persigue a este escritor nacido en Hidalgo (como Mario Trejo González, pero ese no es nombre artístico), pero cien por ciento chilango: Fantomas, La amenaza elegante. El cómic, la historieta de la que fue guionista nueve años, de 1969 a 1978. No obstante, Martré llega con una corbata que conoció mejores tiempos y colores, con el nombre de Fantomas, ese Robin Hood anticapitalista que robó a los ricos aunque no exactamente para repatir a los pobres.
Pero aquí no se habla de Fantomas.
Martré es un narrador nato, dice de él el poeta y editor Mario Raúl Guzmán, presentador del libro, y cuenta del bloqueo que el escritor ha sufrido de parte de las editoriales y de las mafias literarias del país. Y cómo no, si se trata precisamente de un antisistema, con vena anarquista e irreverente, comunista de la mejor época (cuando había utopía), y quien precisamente en Monstruos del Siglo XXI hace un ajuste de cuentas con personajes contemporáneos suyos del medio literario a quienes satiriza (Frankenstein, el cuento de un monstruo armado con pedazos de escritores).
Nota: esta reseña debió postergarse un día –la presentación fue el miércoles 22– tiempo para que quien esto escribe se chutara el libro.
Sigue Mario Raúl, editor de la revista La zorra vuelve al gallinero, libros de poemas varios y coordinador de la antología Jeta de Santo, la poesía del infrarrealista Mario Santiago Papasquiaro –Ulises Lima en el libro Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño– junto con la esposa de éste, Rebeca López: “Este libro resplandece en términos burlescos, hay una línea satírica y burlona, de un chingaquedito”.
Y Mario Raúl trae a colación un cuento, La Momia, donde sí se nombra a un fantasma, Colín, otro personaje habitante del Centro Histórico (cítese calle Donceles), poeta originario de Oaxaca, quien llegó al ex DF con ganas de comerse el mundo, a abrirse espacio en el mundo literario desde su veta marginal –anarcolín– a verse publicado y luego bloqueado, entre otros, por un integrante de la conocida revista Lepras Viles.
El que esto escribe lo conoció al final de su vida (Martré lo mata en ese cuento, pero en realizad nadie tiene constancia de eso), ya en su etapa de homeless.
Durante la conferencia Martré escucha en silencio. Participan también Patricia Cabrera y Carlos Gómez (quien hace un interesante prólogo a El regreso de Fantomas, La Amenaza Elegante, UAM, 2013, donde habla del agandalle de las editoriales a los creadores y escritores de cómics).
Martré escucha con la paciencia de quien a sus 93 años superó vitalmente a sus malquerientes, que tuvo, y quien a sus veintitantos libros se ha transmutado en sus personajes, como eso de clonarse (El Conde Drácula, que a quien esto reseña le recuerda Casi el Paraíso, la novela de otro de los marginados de la mafia literaria, Luis Spota), quizá conocedor del secreto ese de la prolongación de la vida, que lo llevará a convivir con sus nietos cuando muchos de los que mira tomando cervezas, whiskies y tequilas ya no estén.
Martré sonríe.

* Los Símbolos Transparentes, la novela sobre el 68 mexicano y la matanza de Tlatelolco, es según Mario Raúl la obra icónica de Martré (a Octavio Paz no le gustó que le retomara el concepto: Los símbolos de nuestra historia se volvieron transparentes después de Tlatelolco: Postdata).

* En una de las ediciones de Fantomas, de la que fue guionista, Martré recreó como personajes a Julio Cortázar, Carlos Funtes y Susan Sontang. Cortázar leyó ese número y contactó al guonista.

* La foto de la contraportada de Monstruos… encuentra a un Martré carcajéandose de algo, una gorra en la cabeza, el torso desnudo. Son unas vacaciones en Acapulco.