Anituy Rebolledo Ayerdi
Marzo 02, 2023
(Quinta parte)
Petra Ruiz
Acapulco (1893- 1938)
Mujer soldado
De acuerdo con los Archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Petra Ruiz nació en Acapulco en diciembre de 1893 y murió en la ciudad de México el mismo mes 1938.
La acapulqueña se alista disfrazada de hombre en el Ejército Constitucionalista con el nombre de Pedro Ruiz. Su presencia: morena, rostro sereno, agradable, cabello muy corto, cejas y pestañas recortadas, voz gutural, viste pantalón, camisa y zapatos masculinos, anula perfectamente su identidad femenina. Una decisión irrevocable, asumida luego de ser violada por cuatro soldados federales. Jura entonces que los buscará y que al encontrarlos los matará con sus propias manos.
–Sí, ¿pero cómo lograrlo?, se pregunta ¡Ya sé!, disfrazándome de hombre y entrar a la revolución.
Lo hace aquí mismo, en un regimiento que se embarca rumbo al norte del país. Será por ello que su bautizo de fuego será peleando en las fuerzas carrancistas contra las del traidor Victoriano Huerta, batalla en la que destaca por su arrojo y temeridad, ganándose el grado de teniente del Ejército Constitucionalista. Muy pronto, su temperamento violento y dotes personales le acarrearán entre la tropa los apodos de Pedro Echa Balas, por su buena puntería, y Bullet Singer, aplicado seguramente por un gringo, por su notable habilidad.
Para mantener su secreto, Petra Ruiz pondrá en práctica varias estrategias ingeniosas y entre ellas fingir rasurarse todas las mañanas la barba y el bigote, además de ejecutar varias lagartijas. Dueña de una gran capacidad de liderazgo, tendrá como estrategia preferida dinamitar puentes luego obtener amplios conocimientos sobre el manejo de explosivos.
Bajo las órdenes de Pancho Villa, Petra Ruiz tuvo uno de los triunfos mas importantes de su corta carrera militar. Uno fue durantela segunda batalla de Torreón, Coahuila, el 30 de mayo de 1914, acción que destacará el periodista Cosme Mendoza, adjudicándole en buena medida el triunfo. Pancho Villa no sólo no estará de acuerdo sino que le negará el crédito al soldado Ruiz. Ella optará entonces por abandonar las filas villistas para volver con Carranza, quien tampoco le otorgará ningún ascenso. No obstante, el comandante del cuerpo en el que sirve, general Jesús Agustín Castro, le otorga, a espaldas de su jefe, el grado de coronel, simbólicamente, pues.
Esa chamaca es mía
Al teniente Ruiz lo encontramos en Oaxaca durante su primer año como soldado. Su pelotón repele una agresión armada por parte de pistoleros al servicio de hacendados y en ella muere el dueño de la hacienda donde se produce el hecho. La situación es aprovechada por tres de sus compañeros para raptar a la hija del hacendado, una hermosa adolescente rubia, con la que huyen a galope. Pedro Ruiz presencia el hecho y sin pensarlo dos veces emprende la persecución de los raptores. Los alcanza finalmente para reclamarles con energía:
–¡Órale, compitas, a esa chamaca yo la vi primero, es mía y solo mía! ¡Y que le ponga al que no le cuadre!
–¡Nuncamente, mi teniente, es suya y sola suya! –responde uno de los tres aludidos –¡Que le aproveche, jefe, está rebuena la cabrona! –canta otro.
Pedro monta a la chiquilla a su caballo, él ocupa las ancas de la bestia. La niña tiembla dramáticamente y no ha parado de llorar y gemir pidiendo a su mamá. La arropa con sus brazos consolándola y asegurándole que el peligro ha pasado. Parten a galope hasta llegar al primer caserío, donde el militar tiene un amigo al que llama a gritos. Este ayuda a desmontar a la dama, para quien la señora de la casa tiene ya dispuesta una cobija para arroparla. El soldado le ruega cuidarla mientras él tratará de buscar a sus familiares. Antes, pide un aparte con ella:
–Mírame, muchachilla –le pide abriéndose la guerrera– ¡Mírame!, le exige al tiempo que le muestra su pecho con dos pequeños montículos coronados con una aureola y dos negros pezones. ¡Soy tan mujer como tú, mi niña, sólo deseo protegerte!
¡Soy mujer!
El suceso apresurará la decisión del soldado Pedro Ruiz de volver a su naturaleza. Aprovecha el día en el que el presidente Venustiano Carranza pasa revista a su batallón en la Ciudad de México. Da un paso el frente para identificarse y mostrar con plenitud su verdadero género. Un acceso de tos y la caída de sus gafas impiden cualquier reacción inmediata por parte del Primer Jefe. Luego, a solas, Carranza se manifiesta entre sorprendido y alarmado, ordenando al punto una investigación sobre el insólito suceso. “Y yo que creía que en el ejército nomás había putos”, murmura.
Seguro que sí
Petra Ruiz, del barrio del Teconche, no volverá al puerto, pero su drama será divulgado ampliamente para ejemplo y orgullo de las acapulqueñas. Nunca se habló aquí sobre el final del drama que originó su determinación de hacerse soldado, la de asesinar con sus propias manos a sus violadores. Aunque, conociendo su historia, lo más seguro es que así haya sucedido.
Los registros castrenses anotan que después de su baja del Ejército, el teniente Ruiz residió en ciudad de México, donde falleció muchos años más tarde.
Aurora Meza Andraca
Chilpancingo (1900-1978)
Primera alcaldesa de México
y de América Latina
Aurora Meza Andraca, hija del abogado Nicolás Meza y de la señora Aurelia Andraca, nace en la capital del estado el 9 de septiembre de 1900 y muere ahí mismo el 28 de abril de 1978.
Inició su instrucción primaria en Chilpancingo y la concluyó en Acapulco, en donde su padre se desempeñaba como juez de distrito. Para 1915, la familia se instaló en la Ciudad de México, donde recibe enseñanzas especiales de bordado, costura, economía doméstica y de lo que hoy se conoce como trabajo social. Viaja a Europa en 1922 para colaborar con la delegación mexicana en París, Francia, y ampliar sus conocimientos sobre el arte. La acompañan su padre y de su hermano mayor, Manuel. A su regreso a México se inicia como trabajadora social en Chilpancingo y colabora en la Secretaría de Salubridad, encabezada por el doctor Enrique Olea Leyva.
Guerrero vive en 1935 un crispante clima político, reciclado más tarde una y otra vez, que culmina con la desaparición de los poderes estatales encabezados por el gobernador general José Inocente Lugo (1935-1937). Sale también el alcalde capitalino y será Aurora Meza Andraca, llamada por todos Aurorita, quien lo sustituya en calidad de presidenta del Consejo Municipal de Chilpancingo (1935-1937). Una posición nunca antes alcanzada por ninguna mujer en México y en resto de América Latina.
Su obra
La respuesta popular a tal designación, incluidas voces femeninas, aludirán a viejas sentencias machistas, siempre actuales, en el sentido de que gobernar un pueblo no es lo mismo que cocinar frijoles, tortear memelas o hacer chambritas. (¿alguien ha escuchado expresiones similares?), mismas que, a la vuelta de catorce meses de la administración de Aurorita, tendrán que tragarse los opinantes.
Aurorita no cobró sueldo y tampoco cargó al erario municipal –cien mil pesos– sus gastos personales. Fundó la delegación de la Cruz Roja, instaló la primera guardería de la capital del estado; construyó un puente en el barrio de Tequicorral y reforestó el resto de los barrios tradicionales (incluido el Jardín Cuéllar, el actual Zócalo); reinstaló el Hospital Civil en su sede original, convertida en cuartel militar; adquirió el predio donde se levanta el Centro de Salud y ejecutó el primer censo socioeconómico de la ciudad. Mantuvo repletas las fuentes públicas, pues de ellas se surtían amplios sectores de la población; acondicionó los lavaderos públicos de San Mateo; en las fechas tradicionales obsequió dulces y juguetes a los niños; bardeó el panteón municipal.
Y algo inusitado: reasumió su antigua actividad en la Secretaría de Salubridad visitando hogares para prestar auxilio a los enfermos y participará personalmente, aun a costa de su salud, en la campaña contra la viruela, que azotaba entonces a todo el país.
Vuelve a París
En 1938, Aurorita viaja nuevamente a París para una permanencia de un año, dedicada al estudio del arte y visitando museos. Será a su retomo a México cuando ingrese a la Secretaría del Trabajo en calidad de trabajadora social, cargo que aprovecha para llevar asistencia social a las poblaciones de Huitzuco y Arcelia, principalmente. Vivirá el resto de sus días en Chilpancingo, acompañada por su hermano Manuel Meza Andraca, brillante ingeniero agrónomo y prolífico escritor de ideas socialistas. Lo harán en el domicilio familiar, hoy icónico, de Zapata 21. No se casó ni tuvo descendencia. Murió a los 78 años de edad.
Medalla Aurora Meza Andraca
La medalla Aurora Meza Andraca, instituida por el gobierno del estado, se entrega a las mujeres guerrerenses distinguidas en los campos sociales, políticos y económicos.