EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Guerrero a la deriva

Héctor Manuel Popoca Boone

Junio 20, 2020

 

(primera parte)

“No estamos ni controlando ni domando la pandemia, al contrario…”.
Héctor Astudillo Flores

Como nunca antes los sistemas estatales, gubernamental y político, habían mostrado sus miserias, como lo están haciendo ahora en esta pandemia y debacle económica subyacente. Lo inesperado se volvió normalidad y ésta se desenvuelve en la total zozobra y angustia colectiva. Estamos ante una frágil gobernabilidad que se escapa de nuestras manos.
Nadie lo esperaba y nadie lo quería; pero ahora el timonel del barco debe guardar responsable confinamiento en su camerino; y no hay nadie que tenga el control directo del timón para no zozobrar en medio del grave torbellino sanitario, económico y social, jamás visto y padecido.
Ya teníamos parte de nuestra gobernabilidad resquebrajada en la mayoría de las regiones de Guerrero, a causa de la delincuencia organizada que ha consolidado a la fecha su señorío, expansión y proliferación diversificada. No pueden descargárseles, a los encargados de la seguridad pública estatal, de la responsabilidad que les corresponde, a pesar de que en los hechos han estado siempre bajo el mando único del secretario general de gobierno.
Hoy los ancestrales vicios públicos acumulados nos están dejando inermes ante la pandemia y sus efectos, cuasi apocalípticos, para el pueblo pobre. Del porqué está pegando tan duro el letal Covid-19 en estos lares, hay culpables presentes y pretéritos, por acción u omisión, con nombre y apellido. Ahora parece que no quieren cargar en sus hombros las responsabilidades y consecuencias de sus comportamientos, dichos e inacciones. El fundamento de mis interpretaciones está en los reportajes de sucesos acontecidos a lo largo de estos tiempos plasmados en uno los medios de información periodística más serio, objetivo y profesional que contamos en Guerrero. No me pidan pruebas concretas de los yerros e ilícitos mencionados, porque los culpables no tienen un ápice de tontos y cuentan con sobrada sagacidad, mendacidad y perversidad. Pero la dramática realidad, los desnuda.
Una de las causales de nuestra actual situación es el estilo de gobernar con corrupción; utilizado desde las financiaciones ilegítimas y semiocultas en las campañas electorales estatales de 2015 para la compra de votos y otras lindezas; y así hacerse del poder. De ahí se infiere, por ejemplo, el apoyo a ultranza que se le ha otorgado a las grandes corporaciones mineras extranjeras, mismas que han subordinado a sus designios particulares a nuestros actuales gobernantes de Guerrero. Ellas han contado con la protección gubernamental para que no prosperen la investigación de asesinatos de sindicalistas mineros. Célebre por corruptora fue la pregunta de Florencio Salazar Adame sobre cuál era el precio para que se fuera de Guerrero el líder nacional de sindicatos mineros, Napoleón Gómez Urrutia, hoy senador de la república.
Fuerte rumor es el que resuena estruendosamente al interior del Palacio de Gobierno sobre la magnitud de las corruptelas comandadas por la familia gobernante; que dan pie a la dispersión generalizada de la práctica del latrocinio enmascarado de algunos funcionarios estatales de alto nivel; y de ahí, en cascada. Memorables también son los cientos de millones de pesos dilapidados en tianguis turísticos, nacionales e internacionales, cuyos logros en materia de efectiva afluencia de turismo extranjero a Guerrero ha sido prácticamente nula. No atrás se quedan los superlativos gastos gubernamentales en medios de comunicación, para destacar en forma sobresaliente la personalidad del gobernador.
Además, se fortaleció la práctica del uso del erario público y de los programas institucionales de índole social, para la financiación de mapachadas en épocas de elecciones en Guerrero a favor del PRI, así como en otros estados circunvecinos. Es de reconocerse la sagacidad del gobernador y de su “maestro incómodo” para per$uadir de último momento al PT para desprenderse de su alianza con Morena en las últimas elecciones estatales. También el gran trafique de concesiones de notarías públicas, ha dejado huella de fama pública.
Qué decir de los catastróficos efectos del mal gobernar al destinar buena parte de los dineros del pueblo a fines de control, clientelismo y mansedumbre política; y no de búsqueda del bienestar social o al fortalecimiento productivo de nuestro estado. El caso emblemático es el fracasado programa de fertilizante gratuito. Fue notorio el veto del gobernador y de su “maestro incómodo”, junto con el incompetente y corrupto representante de los programas sociales de AMLO en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros que, en complot, impidieron que fuera por asambleas comunitarias el levantamiento del padrón de beneficiarios, que aun no se tiene; habiendo pasado ya dos años de incompetencia pura. (Continuará).

PD. No resto, ni divido; y estoy a tiempo. Solo deslindo al pueblo pobre, de aquellas desgracias que después quieran imputarle como de su responsabilidad primaria.