EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Guerrero, el implacable

Ángel Aguirre Rivero

Agosto 06, 2021

Guerrero no es un paraíso que se nos fuera obsequiado, llevó mucho esfuerzo y sacrificio de sus pueblos originarios, y en otras etapas, de gente liberal y justa que luchó para colocar los cimientos de este país.
La historia de nuestro estado es fascinante y no arranca con el decreto de su creación. La fundación de Guerrero es resultado de un proceso en el que la lucha social y política fueron el eje articulador.
Desde antes de su erección como entidad soberana, nuestro estado se construyó sobre ideales de libertad, justicia e igualdad que impulsaron muchos de nuestros héroes.
Hay quienes afirman que la creación del estado de Guerrero debe verse, ”como respuesta al clamor de los grupos políticos del sur”. (La Creación del Estado de Guerrero, Archivo jurídico de la UNAM https://bit.ly/3s1BiBZ).
Yo lo veo como resultado natural de la lucha de muchos personajes por construir a este país, por lograr su independencia, donde brillan con letras de oro apellidos como Galeana, Álvarez, Izazaga, Trujano, Catalán, Bravo, Ávila, y por supuesto, quien diera origen al nombre que hoy llevamos, Vicente Guerrero.
Comandados por el cura José María Morelos, estos ilustres hombres dieron innumerables batallas contra los realistas hasta lograr la independencia de México, pero también perfilando la identidad de un estado en ciernes.
Poco saben las nuevas generaciones de las luchas y sacrificios que vivieron nuestros próceres para la conformación y aprobación de nuestro bello estado suriano.
Por ejemplo que en aquellos años, Acapulco, Zihuatanejo y Taxco pertenecían al Estado de México, quien perdió todo su litoral al aprobarse la creación de nuestro estado en 1849, siendo Juan Álvarez nuestro primer gobernador provisional.
Teniendo como capital del estado a la ciudad de Iguala y no Chilpancingo, como actualmente.
De los 64 mil kilómetros cuadrados, el Estado de México aportó 45 mil, mientras que Michoacán tan sólo 2 mil 200.
Es muy importante lo expresado en esos días por el Congreso conservador de Puebla, en torno a la creación de nuestro estado, había oposición para ceder el territorio del departamento de Tlapa y se argumentaba: “el Estado de Guerrero, compuesto en su mayor parte de una raza que conservan un resentimiento profundo contra los demás, y en una respetuosa tradición de sus costumbres y creencias, va a separarse para siempre de la confederación mexicana, no existirán ahí nuestros hermanos, sino nuestros enemigos, que algún tiempo después extenderán los límites de su dominio, se harán invencibles”.
El tiempo desmintió la corta visión de los detractores, quienes además argumentaban “todo lo que la miseria tiene de horrible” de un pueblo “recién conquistado por los bárbaros”, para sustentar su negativa (Historia General de Guerrero, Volumen III, María Teresa Pavia Miller / Jaime Salazar Adame, INAH, Gobierno del Estado de Guerrero).
Pocos saben también que Ometepec lo mismo que Tlapa, pertenecían al estado de Puebla y que en ese estado hubo una férrea oposición para cedernos esta porción de territorio que dio nuestro origen.
Tal vez algunos sepan que la mayoría de la Tierra Caliente pertenecía al estado de Michoacán y que el Congreso del Estado luchó a piedra y lodo para no ceder especialmente el municipio de Coyuca de Catalán, “pero los habitantes de esa localidad se rebelaron y por decisión propia se adhirieron al nuevo estado”. (Gobierno de México, Inafed https://bit.ly/3CfhmAd ).
Cuando se llevó a cabo la erección del estado, se plantó una semilla al futuro que con el tiempo ha dado frutos en forma de guerrerenses ilustres, honestos, emprendedores y deseosos de impulsar su estado hasta la excelencia.
La conmemoración de la erección del estado de Guerrero nos da la pauta para pensar como guerrerenses de dónde venimos, pero también a dónde vamos y qué podríamos llegar a ser si sumáramos esfuerzos y voluntades.

Del anecdotario

Cuando por iniciativa de los diputados guerrerenses se aprobó inscribir el nombre de Ignacio Manuel Altamirano en el Salón de Plenos de la Cámara de Diputados, se generó un debate sobre este insigne intelectual mexicano.
Era la 55 Legislatura federal de la que formaba parte, y los diputados del Estado de México invocaban que Altamirano había nacido cuando Tixtla formaba parte del Estado de México, mientras que nosotros los guerrerenses sosteníamos que, si bien era cierto, hoy Tixtla pertenecía a Guerrero.
En ese debate estéril se impuso la voz prudente y sabia de un legislador al expresar: queridas y queridos diputados, Ignacio Manuel Altamirano nos pertenece a todos, le pertenece a México y el debate concluyó, sumándonos todos a tan merecido homenaje.
Algo similar me sucedió siendo gobernador la primera ocasión, cuando se decidió develar una estatua en honor del doctor Ignacio Chávez en Zirándaro, región de la Tierra Caliente.
El entonces presidente Ernesto Zedillo y yo, acudimos a rendirle testimonio a quien ha sido uno de los grandes impulsores de la ciencia médica, particularmente en la cardiología.
Los michoacanos invocaban que el doctor Chávez era michoacano, porque cuando nació Zirándaro, ciertamente pertenecía a esta entidad hermana.
Así que, sin entrar en polémicas estériles, hablé con mi colega de Michoacán,Víctor Manuel Tinoco Rubí, para invitarlo como orador a este histórico evento.
Y todos estuvimos en paz celebrando la memoria de este insigne guerrerense-michoacano, para que nadie se pelee.
Después del evento degustamos el mejor aporreado que se prepara en Guerrero, además de las toqueres, uchepos y mis tacos preferidos: los tacos arrieros, una delicia calentana.
La vida es así…