EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Guerrero frente a Trump

Jorge Camacho Peñaloza

Diciembre 09, 2016

Un choque de doctrinas no es un desastre, es una oportunidad. Alfred North Whitehead.

Se ha escrito mucho acerca de lo que podría venir para el país y Guerrero con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en los distintos ámbitos de la relación que tenemos con el vecino país del norte, como el de las relaciones diplomáticas, el intercambio económico, en el tema de los migrantes y de la seguridad fronteriza, en todos los cuales se vislumbra un negro panorama, sin embargo, lo menos que podemos hacer ante las amenazas del presidente electo norteamericano, es intimidarnos o quedarnos inmóviles esperando que va a pasar.
El triunfo de Trump sorprendió a muchos que desde escenarios ortodoxos preveían que un empresario sin experiencia en la política no podría ganar la elección, menos con desplantes mercadológicos de campaña poco ortodoxos de antimexicanismo, antifeminismo y sobretodo de antimigración y anti libre comercio en la nación más emblemática de la migración y el libre comercio en su construcción histórica.
No cabe duda que estamos viviendo nuevos tiempos que ponen en tela de duda el paradigma de la globalización, primero fue el Brexit de los ingleses con el que le dieron la espalda a seguir perteneciendo a la Unión Europea y ahora el proteccionismo y nacionalismo de Trump, es probable que esté iniciando una nueva era mundial y consecuentemente en nuestra relación con Estados Unidos.
El proyecto de construir un muro en la frontera con nuestro país para impedir el ingreso de connacionales y migrantes de Centroamérica y otros países en busca del sueño americano, la amenaza de la deportación de ilegales, el impedir las inversiones de empresas norteamericanas fuera de su país, especialmente en México, y la revisión del Tratado de Libre Comercio, no han sido sólo eslogan de campaña que le resultaron muy efectivos al güero candidato, hoy presidente electo, sino retos que hay que ver como una oportunidad para los mexicanos y de manera especial para nosotros los guerrerenses.
Para nuestro estado la llegada de Trump afectará seguramente en el nivel de remesas que envían nuestros hermanos que viven en Estados Unidos a sus familias en el estado, asimismo, se reflejará en la deportación de una cantidad importante de guerrerenses que están ilegales en aquel país; así también en la cancelación de inversiones de corporativos norteamericanos en la entidad básicamente en el ámbito turístico, impactando en el empleo del sector de la construcción.
Todo este escenario tenemos que verlo como una ventana de oportunidad, el proteccionismo de Trump debe ser un acicate o agitación para que el sector económico, nuestros empresarios y gobernantes, se pongan las pilas y ahora sí sean más eficaces en el diseño de nuevas y mejores políticas económicas, destinando con mayor eficiencia los recursos públicos, siendo más creativos, más honestos, más dedicados a elevar la productividad de la administración de los recursos públicos, de la operación de las dependencias gubernamentales relacionadas con la actividad productiva.
No hay que esperar que llegue el 20 de enero para saber qué va a pasar con Guerrero a la llegada de Trump, debe estarse se diseñando un plan estratégico con distintos escenarios para enfrentar las posibles acciones del gobierno de Estados Unidos a partir de esa fecha, y más aún, deberíamos de pensar que va a cumplir todas sus amenazas y proyectar una acción de gobierno cómo si tuviéramos la certidumbre de que va a ser así, es decir, ante el efecto Trump, ya debemos de tener el plan de acción en el que se establezca qué van a hacer el gobierno del estado, las delegaciones federales, los gobiernos municipales y los sectores económico y social, no hay que caer en el error tradicional de esperar a ver qué pasa, de reaccionar tarde, como siempre ha sucedido; hay que actuar ya, el cambio, las crisis son oportunidad, aprovechémoslas.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A toda la paisanada que ya dejemos de andar mandándonos a la tiznada, y darle a aquel güerejo con trabajo y más eficiencia, unas trompadas.