EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Guillermo del Toro y Chuck Hogan: el hueco del alma

Adán Ramírez Serret

Diciembre 11, 2020

Uno de los enigmas más antiguos de la historia de la humanidad, que por supuesto aún no se ha logrado responder, es qué nos habita además dentro del cuerpo. Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos da la vida; y no sólo eso, qué nos constituye y nos da la capacidad de cada uno ser diferente. De pensar y decir, cogito ergo sum. Pienso luego existo.
A lo largo de la historia, ha habido diferentes respuestas a esta pregunta y, usualmente, llamamos alma o espíritu a aquello que nos habita. En el mundo del arte, las esculturas con espíritu de Miguel Ángel, o los lienzos con alma de Caravaggio o Rembrant son una prueba; en la filosofía es avasallante, con Platón y Hegel, es más que suficiente porque se podrían llenar páginas y más páginas con nombres y obras. En la literatura, ha corrido bastante tinta sobre este tema, Shakespeare y Cervantes, por decir dos, escriben sobre esto, además de innumerables poemas y novelas.
El mundo del cine no se ha quedado atrás, y dos mexicanos, Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu, hicieron la película 23 gramos, sobre el peso del alma o como se quiera llamar a ese neuma. Pienso en este género, el cine, porque precisamente leí Los seres huecos, concebida en tándem por un cineasta, Guillermo del Toro (Guadalajara, 1964), y por un escritor de suspenso, Chuck Hogan (Boston, 1967), quien ha sido alabado nada más y nada menos que por Stephen King.
Este dueto no debuta con esta novela, ya habían hecho antes una saga de unos voluminosos best sellers sobre vampiros, conocido como La trilogía de la oscuridad.
Ahora vuelven con un libro un tanto más fino, una novela ubicada claramente en el género del suspenso, el misterio y con unas buenas gotas de terror.
Los seres huecos, abre con una advertencia bastante interesante, dice: “Los lectores atentos quizá reconocerán en el nombre de nuestro personaje principal un homenaje a uno de nuestros autores más admirados, el iniciador del género de lo oculto, Algernon Atwood…” Algunas líneas más abajo, advierten, “nos gustaría mencionar que el robo de tumbas en Nueva Yersey con fines ocultistas por ningún motivo es ficción o un hecho del pasado. Está sucediendo. Ahora mismo”.
Dicho esto, y ya con el lector con los pelos de punta, comienza la novela con dos agentes. Una novato y otro experimentado tomando un café en uno de los miles y anodinos restaurantes de Estados Unidos.
El escenario está puesto de manera perfecta para que comience la acción, la cual, por supuesto, no se hace esperar. Los agentes reciben la alerta de un hombre que huye de la ley, un político que de un momento a otro perdió la razón y anda desquiciado. Van en su busca, y al encontrarlo, los agentes, sobre todo ella, joven y recta, caen en una terrible disyuntiva: salvar una vida o su carrera.
Los seres huecos es una novela fantástica en donde se sigue el rastro a través de los últimos 400 años de unos “seres” que, rondan el mundo pero que no tienen cuerpo, y que se dedican a invadir a inocentes y desplazarlos de su interior.
Guillermo del Toro y Chuck Hogan, logran eso que algunos desprecian –quizá por envidia–; crear grandes personajes, enigmáticos y con un gran carisma, como Hugo Blackwood; además de contar una historia para los grandes públicos, un libro que se puede leer en todos lados. Que pone la carne de gallina, y que al final, reflexiona sobre algo muy profundo: ¿quiénes somos? ¿Qué nos gobierna? Y si acaso somos algo más que mera carne y hueso. Una materia inasible que nos hace sentirnos plenos mientras estamos vivos. Lo que nos hace todo, menos huecos.
Guillermo del Toro y Chuck Hogan, Los seres huecos: las cintas de Blackwood Vol. 1, Madrid, Alianza, 2020. 325 páginas.