EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Hacer más con menos

Héctor Manuel Popoca Boone

Julio 16, 2016

De suma gravedad fue el anuncio que hizo el gobierno del estado de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dejó de suministrale la mitad de los ingresos fiscales previstos para este mes. O sea, de mil 108 millones de pesos programados, mandó sólo 554 millones. La magnitud del problema se aprecia si tenemos presente que los diversos programas bajo la operación del gobierno del estado son sufragados, en su inmensa mayoría (95 por ciento), por las participaciones fiscales provenientes del gobierno federal.
El recorte es severo y obliga necesariamente a entrar en un programa de rigurosa austeridad en el ejercicio del gasto público. Sin miramiento alguno deberán suprimirse todas las partidas de gasto de carácter superfluo o de lujo a los que están acostumbrados los funcionarios en el poder. Ellos tienen que dar el primer ejemplo del racionamiento del gasto frente a la cancelación abrupta de programas de inversión y de servicios dedicados a la población, sobre todo evitar mermas en los sectores seguridad pública, salud y educación. Ya los delegados de las distintas instituciones federales han empezado a informar que los presupuestos y metas programadas se están reduciendo en un rango que va de 50 a 70 por ciento de lo que originalmente tenían asignado aplicar en Guerrero. De nueva cuenta tendrá que apretarse el cinturón la mayoría de los mexicanos.
Crisis financiera gubernamental como la de ahora, me recuerda la sufrida en tiempos del gobierno de don Alejandro Cervantes Delgado, a consecuencia de la gran recesión económica nacional e inflación galopante provocada por los excesos del ex presidente de la República, José López Portillo, que heredó a su sucesor, Miguel de la Madrid, quién expresó en aquel entonces su voluntad de que no se deshiciera la nación en sus manos.
En Guerrero, Cervantes Delgado tomó las siguientes medidas: Estableció el Programa Dando y Dando, dentro de la lógica de “hacer más con menos”. La consigna era no disminuir las metas fijadas a consecuencia de los recortes presupuestales; convocando a la población de los pueblos y barrios populares a su aporte de mano de obra en la obra comunitaria; agua y drenaje, pavimentaciones, puentes, escuelas, centros de salud, canchas deportivas, etc. El pueblo respondió al llamado; porque vio que el entonces gobernador tenía la suficiente autoridad moral al gobernar con honestidad tomando distancia y repudio a la corrupción y a los negocios turbios, que eran costumbre hacerlos desde el gobierno.
Otra medida fue reducir a su mínima expresión el “contratismo” corrupto que, a raja tabla y en contubernios deshonestos, los funcionarios desleales a Cervantes Delgado imponían a cuanta obra pública se realizara, encareciendo en mucho el costo de la obra. Con todo su respaldo, dimos de baja del padrón de contratistas del gobierno del estado, a más de 15 compañías que se destacaban por sus altos niveles de corrupción, por sus obras de baja calidad y costos inflados u obras inconclusas que reportaban como terminadas. Cosa similar se hizo con las adquisiciones gubernamentales en donde también funcionarios y empresarios inescrupulosos incluían en el precio unitario de las compras la mochada respectiva.
Para evitar el estancamiento económico del medio rural, se implantó el programa crédito a la palabra, sin muchos requisitos ni llenado de expedientes técnicos o folios discrecionales. Se le otorgaba al campesino o al pescador un modesto financiamiento productivo oportuno y rápido respaldado solo por la palabra y el apellido del productor comprometido a pagarlo. Los niveles de recuperación eran por encima del 90 por ciento.
PD. Aquel que diga que no subirán los precios de los productos de consumo de la inmensa mayoría de los mexicanos es un reverendo mentiroso. El incremento de las gasolinas, el alza de las tarifas de la luz, la elevación de la tasa de interés interbancaria, la falta de inversión pública y privada y el cada vez más difícil pago de la deuda pública, han llegado para quedarse. La inflación está a la vuelta de la esquina. De nueva cuenta el pueblo pagará los platos rotos de una economía que hace más ricos a los pocos ricos y lleva a la pobreza a la inmensa mayoría de los mexicanos. ¡Uf!