EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Haddad, el portavoz de Lula en la elección presidencial brasileña

Gaspard Estrada

Septiembre 12, 2018

 

El día de ayer, la dirigencia del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Comunista de Brasil (PC do B) confirmaron el cambio del ticket presidencial de estos partidos, que pasó a ser encabezado por el ex alcalde de Sao Paulo y ex ministro de Educación, Fernando Haddad del PT, así como por Manuela D’Avila, diputada federal del PCdoB, en sustitución del ex presidente Lula. Este cambio, impuesto por el Tribunal Supremo Electoral, que obligó al PT a cambiar su fórmula después de la inhabilitación de la candidatura del ex presidente el pasado 31 de agosto, lanza formalmente la candidatura del PT, a poco menos de un mes de la primera vuelta, que se llevará a cabo el domingo 7 de octubre. Si bien hubiera sido preferible para el PT que el ex presidente dispute la elección –todas las encuestas le daban a Lula una muy cómoda ventaja, lo que le permitiría vencer en la elección desde la primera vuelta– la estrategia política trazada por Lula y sus asesores ha demostrado, hasta ahora, ser acertada.
En efecto, contrariamente a lo que reclamaba la prensa brasileña (conocida por su oposición frontal a la izquierda, a Lula y al PT) y la oposición al ex presidente, este último no abdicó de su candidatura al ser preso, a principios de abril de este año. Para muchos, se trataba de una estrategia suicida, porque sería imposible crear una candidatura competitiva tan poco tiempo antes de la elección. Sin embargo, conforme fue creciendo el apoyo internacional a Lula, y la situación de la economía en Brasil continuó deteriorándose, las condiciones objetivas para el crecimiento de su candidatura mejoraron. Para los magistrados y los jueces de la operación Lava Jato, empezando por Sergio Moro y Deltan Dallagnol, y para buena parte de los medios de comunicación, el encarcelamiento de Lula era el sinónimo de su fin político. Sin embargo, a pesar de las presiones de los jueces, el PT logró registrar a Lula como candidato el pasado 15 de agosto, y dos días después, el Comité de Derechos Humanos de la ONU concedió a Lula una medida cautelar que le permitiría, en teoría, ser candidato a la presidencia de la República. Pocos días después, dos encuestas – una del instituto IBOPE, y la otra de Datafolha, ligada al periódico Folha de São Paulo– evidenciaron un crecimiento sustancial de la candidatura de Lula, que ganó casi 10% de intención de voto en poco menos de un mes, llegando a niveles cercanos al 40% de intención de voto.
De tal suerte que era indispensable para los enemigos de la candidatura de Lula impedir que ésta se transformara en un hecho consumado, en particular en el caso en que se mantenga hasta el comienzo de la campaña oficial, que arranca el último día de agosto, y a partir del cual los candidatos disponen de tiempo aire disponible en la radio y en la TV para promocionar sus candidaturas. De ahí que, a pesar de la decisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU, el Tribunal Superior Electoral decidió vetar la participación del ex presidente en la elección presidencial. Sin embargo, la estrategia de campaña del PT ha sido victoriosa hasta ahora, según las encuestas publicadas en los últimos días, que dan cuenta de un aumento sustancial de la intención de voto de Fernando Haddad, a pesar del atentado contra el candidato de la extrema derecha Jair Bolsonaro. La pregunta más importante de los próximos días será saber si la transferencia de votos de Lula hacia Haddad aumentará, de tal suerte que este último rebase a sus contendientes (Ciro Gomes, Marina Silva y Geraldo Alckmin), y logre estar en la segunda vuelta electoral. Si tal es el caso, y si el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro se mantiene en ese nivel de intención de voto, es decir, entre 24% y 26% de las preferencias, y pasa a la segunda vuelta, es posible que el candidato rival sea elegido presidente, ante la elevada tasa de rechazo del ex militar de extrema derecha. Sin duda, las próximas semanas serán clave en la historia de Brasil, y de América Latina.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada