EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Héctor Astudillo: gobernar Guerrero

Ángel Aguirre Rivero

Octubre 18, 2019

Siempre he considerado que por la complejidad de los problemas que enfrenta Guerrero, el reto de mantener la gobernabilidad e impulsar el desarrollo, implica el concurso de diferentes actores (políticos y sociales) y de la colaboración de los tres órdenes de gobierno.
La ruptura de los frágiles equilibrios coloca a los gobiernos al borde de la crisis de manera recurrente, y requiere de una capacidad de anticipación como nunca antes, así como una infinita paciencia y capacidad de diálogo, sin que esto último signifique ceder ante todas las presiones.
La presencia de organizaciones sociales que convirtieron la protesta en su arma de negociación y en algunos casos, en su modus vivendi, convirtieron a Chilpancingo y Acapulco en rehenes de toda clase de demandas, muchas de ellas legítimas, otras no.
Por eso celebro que Héctor Astudillo Flores, quien recibió el mando en circunstancias difíciles, ha sabido navegar con el viento en contra y llevar el barco a puerto seguro a cuatro años de su llegada al cargo de gobernador.
Hoy veo a Guerrero en crecimiento económico (a contracorriente de lo que ocurre en el país), con los movimientos sociales en relativa calma; el apoyo que le ha dado a Acapulco y a la capital ha sido fundamental para la buena marcha de estos municipios; los apoyos al sector educativo, la recuperación de cruceros; su obra pública y de carreteras, pero sobre todo, la disminución en los índices de violencia, dan cuenta de un trabajo incesante del gobernador y su equipo de colaboradores.
A cuatro años de su gobierno, la pobreza se mantiene prácticamente en sus mismos niveles; abatirla es complejo, en parte por la dispersión de la población, pero también porque los programas sociales no dieron resultado, y en el cambio de paradigma lopezobradorista, se han cancelado importantes programas como el 3×1 de Atención a Migrantes, comedores comunitarios y jornaleros agrícolas, cuyos efectos en la calidad de vida de muchos paisanos y paisanas se verá en las futuras evaluaciones que realice Coneval.
La circunstancia económica de freno del crecimiento en el país, aunado a los recortes presupuestales en el PEF 2019 y 2020, así como las restricciones del Programa de Austeridad del gobierno federal, se traducen en una limitación de los recursos federales. Al final del día, quienes sufren las consecuencias son los guerrerenses.
El gobernador Astudillo pese a ello, ha llevado con tacto su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y ha mantenido una actitud de firmeza cuando ha sido necesario. Mientras algunos gobernadores hablan de abandonar el pacto de coordinación fiscal, el de Guerrero logra apoyos para el sector salud y presenta un proyecto para que la Zona Económica Especial con Michoacán dé paso a otro proyecto de desarrollo regional.
Las recientes movilizaciones que ocasionó el fallido programa de fertilizante, deben significar un aprendizaje para los funcionarios de la federación.
Es cierto que Guerrero permanece a la zaga en muchos renglones como educación, acceso a los servicios de salud, ingreso per cápita, competitividad, entre otros; pero también es una realidad que tenemos fortalezas en turismo, agricultura y ganadería, minería y sobre todo, la vocación de trabajo de miles de familias que luchan todos los días por salir adelante.
Sin duda, tenemos por delante oportunidades para crecer, por eso las semanas que vienen en la Cámara de Diputados federal en torno al Presupuesto de Egresos de la Federación serán definitorias, y en ese sentido, es menester que los alcaldes y funcionarios estatales acerquen proyectos de desarrollo a los legisladores, para dar pie a las reasignaciones.
Sin duda, Héctor Astudillo ha estado a la altura de las circunstancias y conduce los asuntos de la entidad por buen camino. No dudo que al final de su mandato entregará buenas y mejores cuentas.

Del anecdotario

Me había propuesto llevar una Filarmónica para nuestro estado, para algunos parecía una locura.
¿Por qué los guerrerenses no podemos tenerla?, me dije a mí mismo.
Me imaginaba una chilena o un son de Tierra Caliente interpretados por una gran orquesta.
Me di a la tarea de localizar al maestro Eduardo Álvarez, de quien me habían dado las mejores referencias.
Y lo persuadí que se sumara al proyecto. Fue la mejor decisión hacerlo responsable del mismo.
Miguel Limón Rojas, quien fungía como secretario de Educación Pública le guardaba un cariño especial a nuestro estado y visitaba con alguna frecuencia Barra de Potosí, una hermosa playa muy cerca del aeropuerto de Zihuatanejo. Con el paso del tiempo, decidió construir su casa en este hermoso lugar, donde tiene su enramada mi amigo Nayito que sirve los mejores mariscos de la región.
–¿Qué pasó mi gobernador?, ¿cómo vas? –me decía Limón Rojas en Acapulco.
–Pues bien Miguel, pero preocupado.
–¿Por qué?
–Pues es que veo que a los maestros de otros estados que les dan más días de aguinaldo que a los de mi estado, y no me parece justo. –Y le mostré las gráficas que así lo indicaban.
–Tienes razón gobernador.
Y así iniciamos el incremento de los primeros 15 días adicionales al aguinaldo de los mentores guerrerenses.
–¿Qué más se te ofrece amigo?
–Pues quiero que me ayudes a que hagamos realidad un sueño que no me deja dormir.
–Jajaja, ¿de qué se trata mi gober?
–La creación de una orquesta sinfónica para Acapulco y para Guerrero.
–¡A caray!… es un buen proyecto –dijo.
Y así iniciamos esta bella travesía que cristalizó en lo que hoy es patrimonio cultural de nuestro estado.
Por si fuera poco, mi ambición llegaba más allá, pues también creamos la primera Escuela Estatal de Música que lleva el nombre del destacado compositor y músico tixtleco Margarito Damián Vargas.
Hace poco se acercó un joven a saludarme y expresarme su gratitud por haber egresado de la Escuela Estatal de Música… y con orgullo me dijo que ya había participado en algunos conciertos en Europa. Me dio mucha alegría y me quedé reflexionando: estos son los frutos que debemos de sembrar en nuestro querido estado.
La vida es así…