Marcial Rodríguez Saldaña
Junio 18, 2020
La pandemia del Covid-19 ha acelerado un fenómeno que venía creciendo en la sociedad mundial –sobre todo en los jóvenes– en los lustros recientes, que es la comunicación digital. Las redes sociales que se han arraigado como medios masivos de comunicación se habían concentrado generalmente para mensajes, intercambio de información y documentos, pero en esta etapa, por las circunstancias sanitarias, los seres humanos se han visto compelidos a transformarse en seres digitales.
1.- Hace 22 años, uno de los estudiosos del el siglo XX más notables de la ciencia política, Giovanni Sartori, publicó en español –editorial Taurus– su libro Homo videns, en donde con gran acierto destacaba que la televisión cambiaba de manera radical la función cognoscitiva del homo sapiens, en razón de que este se había formado mediante el lenguaje y la escritura, sin embargo, la continua recepción de imágenes disminuía notablemente su capacidad de desarrollar procesos cognoscitivos, especialmente los de abstracción.
La televisión ha pasado a ser un medio secundario –en cuanto al tiempo que le dedican los seres humanos– de transmisión de imágenes, porque éstas se han trasladado mayoritariamente a las redes sociales.
2.- El coronavirus que ha obligado al homo sapiens al confinamiento durante meses, lo ha forzado a que aprenda a comunicarse masivamente ya no sólo por mensajes, sino por imágenes directas, en vivo, al instante.
Las familias que viven en la misma localidad o ciudad, o las que viven dispersas en el extranjero, que ya no se han podido visitar y verse directamente, han aprendido a dialogar entre sí a través de video conferencias, mediante las cuales pueden mirarse a ojos, a los rostros, expresar sus movimientos corporales, sus semblantes, sus estados de ánimo como si lo estuviesen haciendo en persona.
Los enamorados, que antes de la pandemia podían visitarse, encontrase, y convivir con frecuencia, en la mayoría de los casos han tenido que contener sus deseos de verse físicamente y expresarse sus sentimientos por mensajes digitales o en video llamadas.
3.- La vida educativa se ha modificado radicalmente: en los países con desarrollo tecnológico muy avanzado y en las universidades privadas de calidad, ha sido muy fácil adaptarse a la nueva técnica de enseñanza mediante plataformas digitales, pero en los países de menos desarrollo tecnológico y en la educación pública, ha sido más difícil, porque los docentes, los educandos y el sistema en sí mismo, no estaba preparado para esta emergencia, de tal manera que han existido dificultades para cumplir cabalmente los planes y programas educativos, cuyo tiempo será muy difícil de recuperar. De todas maneras en ambos casos, se ha perdido la posibilidad del contacto personal entre docente y alumna/o, lo cual disminuye la vivacidad y la dialéctica personal del proceso enseñanza-aprendizaje.
4.- Las instituciones de gobierno se han visto sorprendidas por la pandemia: la administración pública ha tenido que suspender una gran parte de sus actividades y sólo han laborado pequeñas áreas esenciales, la de salud obligatoriamente, las de pago de salarios y cobro de contribuciones; las reuniones de gabinete de los altos funcionarios en sus distintos niveles – entre el gobierno federal con gobernadores, entre éstos y alcaldes– han tenido que realizarse mediante video conferencias; la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han tenido que realizar sus sesiones de la misma forma, pero los tribunales locales, han tenido que suspender sus actividades; los órganos legislativos –Cámara de Senadores y Federal de Diputados, los Congresos Locales han entrado en general en parálisis legislativa.
5.- Así, en todos los ámbitos de la vida privada o pública, la pandemia ha venido a modificar los hábitos normales de comunicación, de convivencia, de esparcimiento, de enamoramiento, de educación, de funcionamiento de las instituciones públicas, de dolor –porque las familias en conjunto y las amistades no han podido acompañar y a la última morada a sus muertos y llorar su despedida.
Del homo sapiens, que los científicos acertadamente encontraron como cualidad única de los seres humanos; del zoom politikon que Aristóteles atribuyó al hombre en su libro La Política, del homo videns que expuso Sartori, hemos arribado a una nueva era de la humanidad que llegó para quedarse: la era del homine digital, del ser humano digital.
marcialrodriguezsaldana.mx