EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Huachicoleados

Abelardo Martín M.

Enero 15, 2019

 

Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador tomó posesión el 1 de diciembre pasado, su más importante acto de inicio de gobierno ocurrió al final del año, cuando decidió poner en marcha su estrategia de ataque frontal al robo de combustibles, el “huachicoleo”, uno de los más graves problemas que en la actualidad amenazaban la estabilidad económica y la viabilidad de la nación entera.
El gobierno ha decidido reasumir y limpiar la distribución de combustibles en México. Se está rompiendo una cadena delincuencial que se apoderó del manejo de un elevado porcentaje del combustible y formó una red de extorsión y delincuencia organizada difícil de enfrentar.
Incluso a riesgo de reducir popularidad y aceptación se tomó la decisión de no ser cómplice, por omisión, de un grave problema que lastima a la sociedad mexicana, y romper la condena de las próximas generaciones a tolerar a la delincuencia institucionalizada.
Con todos sus riesgos y las consecuencias que hemos visto, la reacción popular fue ejemplar, pues derivó en un apoyo muy amplio de la población al combate al huachicoleo. Diversas mediciones difieren en los porcentajes de aceptación de las medidas gubernamentales, pero todas ellas son altamente positivas.
El Presidente mismo ha expresado su reconocimiento al sacrificio experimentado por millones de familias que han tenido que mostrar de nueva cuenta solidaridad y espíritu de cooperación.
En la expropiación petrolera de 1938, Lázaro Cárdenas del Río contó con el apoyo del pueblo. No fueron momentos fáciles, y el pueblo lo respaldó ante el embate brutal y frontal de las empresas extranjeras afectadas. Hoy el pueblo avala nuevamente al Presidente, con sacrificio, con dolor pero también con decisión, para enfrentar a la delincuencia organizada, a bandas criminales que se apoderaron para su beneficio y perjuicio del pueblo, de recursos energéticos para el desarrollo.
En medio de esa crisis, finalmente López Obrador regresó a Guerrero, ya como Presidente de la República. Aquí donde no hay huachicoleo. Somos una región tan atrasada que ni a ductos de distribución llegamos. Y por ello mismo aquí tampoco hay crisis de distribución de combustible.
Hace unos días, el Presidente estuvo en Tlapa, en la región de la Montaña, para poner en marcha el programa de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, de las que se calcula que hay un millón en todo el país, y a quienes se les dará un apoyo bimestral para subsanar sus carencias.
Lo acompañó el gobernador Héctor Astudillo, a quien tuvo que defender de un grupo de los asistentes a la ceremonia, que con gritos y abucheos manifestaron su descontento y pretendieron hacerlo que abandonara la reunión.
Y aunque el presidente enfatizó que la campaña ya terminó y que “tenemos que respetar al gobernador, no pelearnos sino unirnos todos para sacar adelante a los productores y al país, es necesario apoyarnos y no confrontarnos y todo se vaya por un tubo”, la visita generó como una secuela indeseable el enfrentamiento entre el gobernador y el superdelegado federal en Guerrero, Amílcar Sandoval; mutuamente se acusaron de sembrar discordia, aunque ambos se dijeron dispuestos al diálogo y a superar la confrontación.
El presidente prometió regresar recurrentemente a Guerrero, dijo que lo hará cada cuatro meses, para recorrer las comunidades y conocer sus necesidades, e identificó aquí como su principal objetivo sacar de la pobreza a la Montaña; también reiteró que en breve se ofrecerá en Guerrero fertilizante gratuito a los campesinos, que fue una petición del gobernador Astudillo.
En otro frente, probablemente porque no lo sintieron su tema, o simplemente porque no fueron invitados, en forma extraña indígenas de la Montaña no acudieron a la ceremonia en Tlapa a la que asistieron el Presidente de la República y el gobernador del estado.
Según información de este diario, más de cuatro mil habitantes de quince municipios de la región prefirieron reunirse el mismo día de la visita de López Obrador, en Acatepec, con el secretario del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes, y con otros representantes del gobierno federal, para dar seguimiento a programas gubernamentales de la canasta básica, proyectos productivos, infraestructura de carreteras, salud y educación.
También decidieron ahí formar el Consejo de Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero, para defender sus intereses.
Todo ello ocurrió decíamos. mientras a nivel nacional el gobierno de la República enfrentaba su primera crisis seria, y como resultado de ella asumía plenamente el poder.
En Guerrero y en el país entero ha salido fortalecido, porque el pueblo tiene la convicción de que no nos va a fallar, que no va a transar ni a solapar a la delincuencia o la corrupción.
Es hora de ir hacia adelante.