EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Imaginar la política fuera del diagrama

Tryno Maldonado

Agosto 14, 2018

Como muchas de las alegorías y el imaginario construidos por el EZLN durante las últimas décadas, esta historia parece sencilla. Pero no lo es.
El Subcomandante Insurgente Galeano –vocero del finado Marcos–, nos narró un cuento a las y los asistentes a la clausura del festival CompArte por la Vida y la Libertad el pasado día 9 de agosto en el Caracol Morelia. En el relato, la Niña Defensa Zapatista y el Gato-Perro se baten a duelo con el Sub por la “última mantecada del sureste mexicano”. El método para obtener la mantecada hecha por doña Juanita –la maestra de cocina del Cideci que tan bien nos recibe cuando hay eventos y cuyas mantecadas son famosas en los cinco continentes– es una partida de gato. El Gato-Perro y la Niña Defensa Zapatista juegan con las equis. El Sub con los círculos.
En el relato, todo parece indicar que el Sub se quedará con la famosa mantecada. Pero, en el último movimiento, el Gato-Perro hace algo bastante atípico: dibuja una extensión extra en el diagrama de las casillas del juego y marca una cruz fuera de los márgenes para completar su diagonal de la victoria.
“No preocupa, Sub –dice la Niña Defensa Zapatista–. Yo luego te platico cómo sabía el pancito ese”.
Durante la semana previa en el mismo Caracol Morelia Torbellino de Nuestras Palabras, nos dimos cita más de 85 colectivos nacionales y decenas de personas, de procedencia nacional e internacional, que nos organizamos y caminamos con la propuesta del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy. La convocatoria y las mesas de trabajo que instauramos tuvieron como objetivo realizar un balance de los pasos andados hasta hoy pero, sobre todo, imaginar y acordar los pasos siguientes en conjunto. Los trabajos duraron tres jornadas y durante las extenuantes y concurridas asambleas nos re-conocimos en nuestros trabajos y procesos. Compartimos la palabra con respeto y ánimo de aprender y de construir nuevas formas de relacionarnos y de resistir. Instauramos, en fin, una política de la escucha y una forma de militancia gozosa que supone el cariño como una categoría política.
Así como los pueblos indígenas nos han enseñado que el corazón de su organización está en la fiesta, así nuestra organización para irnos acuerpando en una gran Red de Rebeldías y Resistencias indígenas y no indígenas de quienes se rebelen en todas partes del mundo, fue también una fiesta. Todo, gracias a la convocatoria y hospitalidad del EZLN.
En esa misma semana se cumplió el XV aniversario de los caracoles zapatistas, procesos de autonomías que se han vuelto modélicos para otros caminos de rebeldía y resistencia en todo el mundo. Con el pretexto de este aniversario, la fiesta de la imaginación durante el CompArte y la fiesta de la organización durante nuestro encuentro de redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno (CIG), fue que tratamos de imaginar las nuevas maneras de resistir contra la tormenta neoliberal que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su equipo han anunciado que desatarán en el sureste mexicano, al tomar protesta, para volverlo “un paraíso para la inversión”.
Las primeras batallas y resistencias para los pueblos originarios y para quienes caminamos con ellos tendrán lugar contra proyectos que los gobiernos neoliberales de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña sólo soñaron con instaurar: el corredor del Istmo o corredor transístmico –antes llamado Puebla-Panamá y de muchas otras maneras–, el aeropuerto internacional, el tren maya, las eólicas, las zonas económicas especiales que darían facilidades a los grandes capitales para la explotación y el despojo, etcétera.
Quienes conciben la vida política en términos de fracasos y victorias, estuvieron errados. Quienes creyeron que el objetivo de la propuesta de Marichuy –y las redes de apoyo que la acompañamos por todo el país– era únicamente reunir las firmas para aparecer en la boleta electoral como candidata a la presidencia, no pudieron estar más equivocados. Lo que en realidad Marichuy hizo con su andar fue tejer fino y firme una red de redes de organización por todo el territorio mexicano. Lo que en realidad nosotras y nosotros hacíamos durante los últimos meses, incitados por las y los compas del EZLN y el Congreso Nacional Indígena (CNI), no era movernos en las casillas conceptuales de la política capitalista secuestrada por los partidos. Lo que las redes de apoyo al CIG hicimos, tal como en la parábola zapatista del Sub y el juego del gato, fue un ejercicio de emancipar la imaginación política.
Extendimos el diagrama de un juego obsoleto y secuestrado por las élites y los partidos y pintamos nuestra equis fuera de ese esquema. En otras palabras: nos organizamos a nuestros modos y a nuestros tiempos y le pintamos caracoles a los malos gobiernos presentes y a los malos gobiernos que están por venir.