La verdad es que siempre fue necesario tomar esa medida para tratar de recomponer la gran brecha entre ricos y pobres pero ahora la pandemia del coronavirus y la crisis económica urgieron la decisión que permitirá sufragar los gastos del sector salud y financiar proyectos productivos que sirvan a la reactivación económica tan deprimida.
Con la aplicación del llamado Impuesto Solidario a razón del 2 y 3 por ciento a quienes tienen fortunas superiores a 2.5 millones de dólares permitirá al gobierno una recaudación de 3 mil 500 millones de dólares con los cuales se evitará seguir endeudando al país.
Pero a pesar de que el gobierno ha insistido en señalar que el impuesto solidario se cobrará por esta única vez a las grandes fortunas, no ha faltado la crítica de la oposición política contra la medida argumentando que es una muestra de la falta de creatividad del ejecutivo, que es confiscatoria y que afectará la llegada de nuevas inversiones al país.
En respuesta, el gobierno ha declarado que dicho impuesto es necesario para salir de la crisis y que su cobro en realidad afectará a muy pocos porque la lista de millonarios con más de 2.5 millones de dólares como fortuna representan menos del 2 por ciento, mientras los beneficiarios serán el resto de los habitantes entre los cuales se cuentan 40 millones que no tienen resuelto ni siquiera lo básico para su consumo.
Es curioso pero ni siquiera los millonarios han protestado tanto con la medida que es como quitarle un pelo a un gato, y son más los opositores al régimen quienes se han pronunciado en contra.
Por desgracias esta noticia no es de México, sino de Argentina, país que también como el nuestro forma parte de la OCDE, una agrupación internacional que busca el acceso de todos los habitantes a las oportunidades de desarrollo, pero ha vivido el mismo desastre que nosotros bajo el régimen neoliberal que los argentinos acaban de derrotar llevando a la presidencia a Alberto Fernández, a quien podemos anotar en la lista de líderes políticos que respetan la máxima de mandar obedeciendo.
La noticia de la aplicación del Impuesto Solidario es del mes de diciembre del año pasado, votada con el apoyo de la mayoría de senadores que ven la justeza de la medida.
Pero pese a la importancia que tiene la política que obliga a los millonarios a ser solidarios con el país donde han hecho sus fortunas, casi no se habla de ella en los medios de comunicación, como si a propósito pretendieran que la gente no la conozca porque tienen miedo que el ejemplo cunda y se extienda a los países donde la gente se está muriendo de hambre y de coronavirus ante la indolencia del gobierno y de los ricos.
El ejemplo de Argentina bien vale la pena tomarlo para México donde el número de millonarios es diez veces mayor, con fortunas que superan los mil 500 millones de dólares según información de Milenio publicada el 9 de julio pasado.
Un ingreso extraordinario de 3 mil 500 millones de dólares permitiría apoyos directos para los pobres como ahora lo está haciendo el gobierno demócrata en Estados Unidos con su plan de rescate que incluye el programa de ingreso familiar universal.

El petróleo es nuestro

Si los mexicanos hubiéramos honrado la medida que tomó el general Lázaro Cárdenas al expropiar el petróleo de manos extranjeras para que sirviera al desarrollo del país, quizá viviríamos todos en la abundancia, pero dejamos en manos de los corruptos y apátridas su administración sin pedirles cuentas ni transparencia y ahora tenemos la consecuencia de nuevos ricos a la sombra del poder que se oponen por todos los medios al rescate de Pemex con el argumento engaña bobos de que eso no es negocio, que es mejor para nuestras finanzas entregarlo a la iniciativa privada porque rescatarlo será muy costoso. (Con el cinismo que les es característico primero nos empobrecen y después creen estar en el derecho de decirnos qué hacer).
Con argumentos pueriles quieren convencernos de que es mejor seguir vendiendo el petróleo crudo en vez de refinarlo aquí, y seguir comprando la gasolina al extranjero y acostumbrarnos a los gasolinazos, no importa que eso se llame dependencia.
Los conservadores sin patria no quieren entender la importancia estratégica de conservar el petróleo como un recurso natural para fortalecer nuestra independencia procesándolo aquí para obtener la gasolina que necesitamos sin depender del precio que fijen las fuerzas del mercado.
Ellos nunca ven como beneficio para el pueblo los empleos bien pagados de Pemex, industria que siendo nuestra puede cuidar que el proceso de extracción de petróleo sea más cuidadoso del ambiente evitando que se sigan empleando los contaminantes y obsoletos mecheros que queman el gas.
En la celebración del 83 aniversario de la expropiación que se acaba de celebrar conviene tener presenten las bondades de una empresa como Pemex que da ocupación a alrededor de 130 mil trabajadores.
El año pasado Pemex produjo en promedio 1 millón 705 barriles diarios que se vendieron a casi 36 dólares por barril o 720 pesos si fijamos la paridad en 20 pesos.
Solo quienes no quieren entender pueden negar que el petróleo es uno de los mejores negocios, que produce una riqueza tan importante que bien administrada puede ayudarnos a salir de la pobreza.
El 3 de abril del año pasado la revista Energy and Commerce dio a conocer que las seis refinadoras que Pemex tenía en el abandono estaban procesando 580 mil barriles diarios de petróleo para la producción de gas licuado, diesel y gasolina.
El negocio del petróleo se puede ver con las cifras que Pemex está transparentando. El año pasado le costó la extracción de cada barril de petróleo 14 dólares (según nota de Milenio de mayo del 2020) de lo cual diríamos que quedan libres 22 dólares (440 pesos) de cada barril.
Hagamos la cuenta de lo que representa el ingreso anual que tuvo Pemex en 2020 multiplicando el millón 705 barriles diarios y tendremos la enorme cifra de 37 millones 510 mil dólares (750 millones 200 mil pesos diarios) en sus arcas.
Sn embargo Pemex fue víctima de un saqueo criminal de parte de los funcionarios y políticos que manejaron el negocio hasta convertirla en una de las empresas más endeudadas (dicen que del mundo). Su deuda heredada es de 2 billones 258 mil 700 millones de pesos que se deben saldar para su rescate que es uno de los compromisos de campaña de Andrés Manuel López Obrador quien se ha comprometido que a partir del año 2024 todos los mexicanos empezaremos a recibir los beneficios en precios preferenciales del gas licuado, diesel y, sobre todo, de gasolina, pues para entonces ya estará funcionando la refinería de Dos Bocas que se está construyendo en Tabasco y las otras seis rehabilitadas estarán trabajando a toda su capacidad para alcanzar la meta de refinar aquí toda la gasolina que requiere el mercado nacional.
Andrés Manuel se ha comprometido también a que en el futuro ya no se verán los grandes mecheros quemando el gas en los campos petroleros contaminando el ambiente porque se aprovechará para la industria nacional, dejando de comprarlo al extranjero como era el otro negocio de los neoliberales quienes escudándose en el dicho de dejar todo al libre mercado cobraban para su peculio las comisiones de compra.