El sábado pasado inició la 62 Legislatura del Honorable Congreso de Guerrero. La conformación de los grupos fue modificada por una sentencia de última hora de la sala superior del Tribunal Federal Electoral que le asignó una diputada más a la Coalición Juntos Haremos Historia y otro al PRI, retirándole uno al PVMEN y uno al PAN. El Congreso de Guerrero quedó de la siguiente manera: Morena-PES: 22 diputados; PRI 10 diputados; PRD 8 diputados; PT 2 diputados; PVEM 2 diputados; PAN 1 y MC 1 para un total de 46.
Los legisladores de Morena tenemos bien claro de dónde venimos y entendemos perfectamente el mandato de las urnas: somos el producto de años de lucha popular sumada al hartazgo de la sociedad ante la injusticia, la corrupción y la impunidad. El mandato es transformar y no únicamente administrar.
Entendemos que hoy estamos aquí gracias a las luchas que otras generaciones comenzaron y que a nosotros nos toca consolidar. Sabemos que las expectativas ante nuestra llegada son grandes y las asumimos con enorme responsabilidad.
Somos demócratas, republicanos, federalistas y municipalistas. Entendemos perfectamente el ámbito de competencia y de responsabilidad de cada uno de los órdenes de gobierno.
En Morena no creemos en las imposiciones centralistas pero tampoco en ínsulas de poder autárquico. Creemos en el respeto pleno a la división de poderes y en la coordinación institucional.
Nuestra agenda legislativa tendrá al centro la lucha contra la corrupción, la implementación de la austeridad republicana, el respeto a los derechos humanos y la reconciliación de Guerrero. Impulsaremos el desarrollo rural y el combate efectivo a la pobreza que sigue siendo ofensiva e inaceptable. Seremos la voz de los sin voz. Transmitiremos las demandas de los ciudadanos de nuestros respectivos distritos y acompañaremos lealmente el trabajo de nuestro presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Queremos construir juntos con el resto de poderes y órdenes, la gobernanza con justicia y democracia. Gobernabilidad no significa únicamente el que las oficinas burocráticas se encuentren abiertas y que las administraciones se dediquen a gestionar la pobreza y a llevar un conteo del número de homicidios que ocurren cada semana y festejar con bombo y platillo cuando hay x en lugar de y.
Construir gobernabilidad significa, sobre todo, atacar las causas de los problemas y anticiparse a los acontecimientos. Gobernabilidad no significa únicamente trabajar los siete días de la semana sino hacerlo con eficiencia, con eficacia, con austeridad y con honestidad.
Gobernabilidad significa estar siempre del lado de la gente, del lado de las víctimas y del lado de los que menos tienen. Gobernabilidad significa respetar el principio juarista de que “al margen de la ley nada, por encima de la ley, nadie”.
Los gobiernos emanados de la izquierda pero que no implementaron políticas de izquierda, fallaron porque cayeron en la trampa de seguir el mismo guión escrito por las fuerzas del sistema. Como en el Gatopardo, todo cambió para que todo permaneciera igual. Hubo cambio de gobierno, pero nunca hubo transición política. Hubo alternancia pero no transformación. Cambiaron los nombres y los hombres pero no las formas ni los fondos. Cambiamos de partido pero siguieron gobernando los mismos de siempre, con las mismas prácticas y las mismas recetas que condenaron a Guerrero a permanecer postrado y explotado.
Hoy, desde el Congreso, los guerrerenses comenzaremos a transformar y desmontar al viejo régimen.
Al resto de las fuerzas políticas les ofrecemos trabajar juntos, respetando nuestras diferencias y privilegiando nuestras coincidencias. En Morena somos demócratas por convicción. No creemos en las aplanadoras ni en los albazos que durante años padecimos en carne propia. Creemos en el acuerdo parlamentarios construido con transparencia de frente a la sociedad.
No queremos ni buscamos más espacios de los que nos corresponden de acuerdo con nuestra votación, pero tampoco aceptaremos menos. Atrás quedaron los tiempos en los que algunos ganaban perdiendo.
A los partidos democráticos les ofrecemos una alianza de largo aliento que nos permita transformar de raíz las instituciones estatales. Que sean los ideales y las posiciones políticas las que nos unan y no la repartición mezquina de posiciones y comisiones lo que nos divida.
El pasado 1 de julio el pueblo expresó clara y contundentemente su voluntad y su deseo de un cambio verdadero.
Las diputadas y diputados de Morena no vamos a fallar a ese mandato. Somos representantes populares, venimos de pueblo y nos debemos al pueblo.

* El autor es diputado local a la LXII legislatura por Morena.