Federico Vite
Febrero 06, 2018
Interpreter of maladies (Houghton Mifflin Company, USA, 1999, 199 páginas), de Jhumpa Lahiri, reúne nueve cuentos: A temporary matter, When Mr. Pirzada came to dine, Interpreter of maladies, A real durwan, Sexy, Mrs. Sen’s, This blessed house, The treatment of Bibi Haldar, The third and final continent. Estos cuerpos narrativos estructuran la propuesta étnico-literaria de Lahiri; el territorio íntimo (las relaciones de pareja) es el laboratorio estilístico de la autora de ascendencia bengalí, es donde se confrontan las visiones del mundo.
Los protagonistas de estos textos crean un mosaico multicultural. Ahí conviven los hindués, los musulmanes, los cristianos, los latinos, conviven tanto que terminan enamorándose; se ven como iguales, pero no lo son. Se trata de relaciones destinadas al fracaso, incapaces de comprender al otro. Las hondas brechas culturales los separan, así lo expone Jhumpa Lahiri en este libro. Es como si nos dijera que entre parejas nunca tenemos el mismo diccionario, por eso nunca estamos de acuerdo.
Ubicados entre la India y los Estados Unidos (los cuentos transitan esos dos espacios), los protagonistas siempre están distanciados, ya sea física o emocionalmente. Se enfrascan en situaciones singulares, a veces tristes, a ratos gustosas; por ejemplo, A temporary matter (disculpe el abuso del inglés) cuenta que una pareja joven, para sobrellevar los cortes eléctricos de una hora, revela algunos de sus secretos. Shoba y Shukumar solo se comprenden en esos momentos, cuando ambos son cómplices del otro, están a oscuras, como el resto del barrio. Se hacen confidencias múltiples y en cierta forma se enamoran de nuevo; el problema, como siempre, es cuando se restaura la normalidad, cuando la luz vuelve y lo que se había vuelto un ritual pierde el sentido primigenio. Es un cuento solvente, bien resuelto. Ideal para arrancar un libro, pues postula el tono y los recursos que explorará la autora.
En This blessed house el lector conoce la afición secreta de una cristiana que oculta sus deidades para no llamar la atención de los amigos bien educados, intelectuales y científicos, del esposo. Durante una fiesta, los invitados exigen que se les dé un recorrido por el nuevo hogar. Al ingresar al sótano, donde ni los dueños de la casa habían entrado, descubren un Cristo y se cierra así la historia, refiriendo, tal vez excesivamente, que en Estados Unidos se respetan todos los credos.
Sexy es un cuento de corte erótico que termina convirtiéndose en un alegato a favor de la fidelidad, bien trabajado, pero con premura en la resolución, donde el dispositivo literario que se utiliza es una “casualidad” que permite la epifanía de la protagonista.
When Mr. Pirzada came to dine detalla la historia del señor Pirzada, quien no solo pierde a su país sino a su familia. El narrador recurre a distintos pasajes históricos que explican el caos político y social de Pakistán. Quizá el cierre del texto es muy tierno, pero está bien resuelto y otorga al volumen una dosis de amabilidad que equilibra las propuestas de los otros cuentos.
The treatment of Bibi Haldar y A real durwan interioriza en personajes femeninos; la primera historia refiere la enfermedad de Bibi, algún tipo de epilepsia convulsiva aparentemente incurable. Su primo Haldar y su esposa embarazada la corren de la casa, no quieren que “infecte” al recién nacido. Bibi se recluye en una cabaña. Guarda un silencio profundo y prolongado, sobre todo después de que alguien la viola y queda embarazada, pero contrario a lo que parece, la historia tiene una resolución optimista. Bibi se transforma amorosamente.
En el segundo cuento conocemos las peripecias de Boori Ma, mujer de 64 años que es portera de un edificio de apartamentos en Calcuta, al sur de la India. Se presenta como una víctima de la Partición, hecho que culminó con la creación de Pakistán. Hace bien su trabajo como guardia. Las escaleras están impecables y las personas desconocidas o sospechosas se mantienen fuera de la zona residencial, pero desgraciadamente comete un error y los dueños creen que ella está coludida con unos asaltantes. El desenlace es irónico.
En The third and final continent el lector conoce la vida de un estudiante indio recién casado que llega a Cambridge, Massachusetts, en 1969. Alquila una habitación a una excéntrica mujer de 103 de edad, la señora Croft. El estudiante y su esposa visitan a la casera el día que el hombre llega a la luna; se enteran que ha muerto. El estudiante se preocupa por el futuro de la hija de la señora Croft, alguien mayor, sola, con pocas expectativas de vida, así que pone en práctica algo que no debería hacer. Se trata de un cuento trabajado acción por acción, básicamente línea por línea.
Interpreter of maladies es muy buen texto; sin duda, el mejor del libro. Este cuento obtuvo el prestigiosísimo premio O. Henry, y el libro que hoy comento el premio Pulitzer. A los 31 años, la entonces joven estadunidense de ascendencia bengalí, ganó el elogio de la crítica literaria anglosajona. Pero volviendo al cuento, Lahiri narra la historia de la joven señora Das, de vacaciones en la India con su marido, ambos nacidos en Estados Unidos pero de padres indios. El matrimonio con hijos pequeños contrata a un guía, el señor Kapasi, para que los lleve a visitar el templo del Sol de Konarak. El viaje es largo. El intérprete se da cuenta que el matrimonio está bastante mal, frío y gastado. Así que propicia un vínculo con la señora Das. A ella le confiesa que su trabajo consiste en traducir lo que dicen los enfermos a un médico rural que no conoce la lengua local, por ello se siente como un intérprete entre naciones y culturas, como un intérprete del dolor. En un arrebato de confianza, la muchacha confiesa que su hijo menor es fruto de una fugaz relación con otro hombre, pero su esposo no lo sabe. El intérprete juzga a la señora Das según la escala de valores de la India, la ve como alguien cínica y cruel. La amistad se rompe. La señora Das no entiende el cambio anímico de su interlocutor, un cambio que afecta la visita al templo del Sol y que propicia un alejamiento del matrimonio americano con la cultura India. El cuento tal vez abusa del folclor local, pero retrata con precisión el choque cultural.
Los cuentos de Lahiri me recuerdan el trabajo de Zia Haider Rahman, Arundhati Roy y Salman Rushdie. Interpreter of maladies se tradujo al castellano como Intérprete de emociones, Ediciones del Bronce, 2000; la editorial Salmandra publicó este volumen como Intérprete del dolor, en 2016.