EL-SUR

Lunes 15 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Inventario Nacional Forestal y de Suelos

Octavio Klimek Alcaraz

Octubre 22, 2022

La Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable señala que el Inventario Nacional Forestal y de Suelos “es el instrumento de la política forestal, de alcance nacional que proporciona información integral, actualizada y periódica sobre la ubicación, cantidad, características, dinámica y calidad de los recursos forestales y asociados a estos”.
Recientemente, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que es la institución responsable de integrar, monitorear y mantener actualizado el Inventario Nacional presentó información actualizada sobre el mismo. En la página electrónica https://snmf.cnf.gob.mx/infys/ es posible encontrar un cumulo de información sobre el mismo.
Como señala la Conafor, el levantamiento de la totalidad de los datos en campo del Inventario, se realiza en ciclos de cinco años, para lo cual se distribuye de forma sistemática el 20 por ciento de la muestra anual, de tal forma que se cuente con información representativa de todos los ecosistemas forestales de manera oportuna. En este caso la información reportada es del ciclo de 2015 a 2020. A continuación, se presentan resultados relacionados solamente a la superficie forestal y la deforestación. Existe mucha información forestal y de suelos derivada del Inventario Nacional, que puede ser conocida en la página electrónica referida.

Superficie forestal

El primer dato es que el 70.6 por ciento del territorio terrestre de México (138.7 millones de hectáreas) se encuentra cubierto por vegetación forestal. El restante 29.4 por ciento (57.7 millones de hectáreas) son áreas no forestales.
Destaca que el 50.9 por ciento de la vegetación forestal (70.6 millones de hectáreas) son de propiedad social, ejidos y comunidades; 30.4 por ciento (42.2 millones de hectáreas) son de propiedad privada; sólo 2.9 por ciento (4.0 millones de hectáreas) son propiedad pública; 2.5 por ciento son otro tipo de propiedad, y un gran 13.3 por ciento (18.4 millones de hectáreas son propiedad no definida).
De la superficie con cubierta de vegetación forestal, 66.7 millones de hectáreas (48.1 por ciento) se identifican como arboladas y se componen de diversos tipos de bosques y selvas, así como otros tipos de vegetación como el manglar (947 mil hectáreas). El otro 51.9 por ciento, las restantes 72 millones de hectáreas son no arboladas y son primordialmente los matorrales xerófilos de las zonas áridas y semiáridas del país.
Se debe señalar que la mitad de las superficies arboladas, el 50.1 por ciento (33.4 millones de hectáreas) son identificadas como vegetación primaria, es decir, se considera que la vegetación no presenta alteración; y la otra mitad, el 49.9 por ciento (33.2 millones de hectáreas) se determinan como vegetación secundaria, es decir, la vegetación primaria fue eliminada o alterada por diversos factores humanos o naturales.
Las cinco principales entidades federativas con la mayor superficie arbolada de bosques y selvas son: Chihuahua (7.5 millones de hectáreas), Oaxaca (6.6 millones de hectáreas), Durango (5.8 millones de hectáreas), Guerrero (4.3 millones de hectáreas) y Jalisco (4.1 millones de hectáreas).
Desglosando esta superficie arbolada en sus dos principales formaciones, las cinco principales entidades federativas con la mayor superficie sólo de bosques son: Chihuahua (7.0 millones de hectáreas), Durango (5.1 millones de hectáreas), Oaxaca (3.7 millones de hectáreas), Jalisco (2.4 millones de hectáreas) y Guerrero (2.3 millones de hectáreas).
En tanto, que las cinco principales entidades federativas con la mayor superficie sólo de selvas son: Campeche (3.8 millones de hectáreas), Quintana Roo (3.4 millones de hectáreas), Oaxaca (2.8 millones de hectáreas), Yucatán (2.5 millones de hectáreas) y Sinaloa (2.0 millones de hectáreas).

Deforestación

Con el apoyo de la información del Inventario Nacional Forestal y de Suelos, de información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y de imágenes satelitales, se tienen estimaciones de la deforestación en México. Se entiende por deforestación “la pérdida permanente de la vegetación forestal por causas inducidas o naturales. Implica el cambio de uso de tierra forestal a cualquier otro uso de la tierra, tales como el uso agrícola, praderas, asentamientos humanos, humedales u otras tierras”.
Entre los resultados más importantes se encuentra que en el periodo 2001-2018 se perdieron en promedio 212 mil 70 hectáreas al año y que el comportamiento de la deforestación bruta muestra una tendencia general creciente desde el año 2001 hasta 2016, y después del año 2016, se observa una tendencia decreciente.
En tres ecorregiones se concentran las mayores tasas de deforestación bruta, en particular, para el periodo 2001-2018; en primer lugar, con un 41 por ciento del total nacional, se encuentra la ecorregión de selvas-cálido húmedas (con pérdidas promedio de 87 mil 884 hectáreas por año), seguido con 27 por ciento por la ecorregión de selvas cálido-secas (con pérdidas promedio de 57 mil 733 hectáreas por año) y 15 por ciento las sierras templadas (con pérdidas promedio de 32 mil 840 hectáreas por año).
Como principales causas de la deforestación se identifica que el 94 por ciento de la conversión de terrenos forestales corresponde a usos agropecuarios, específicamente; la principal causa de la deforestación es la conversión de tierras forestales a tierras pastizales (157 mil 528 hectáreas por año en promedio para el periodo 2001-2018), seguida de la conversión de tierras forestales a tierras agrícolas (42 mil 785 hectáreas por año en promedio para el periodo 2001-2018), que corresponden al 74 por ciento y 20 por ciento, respectivamente. Sólo 6 mil 35 hectáreas por año se convierten de tierras forestales a asentamientos humanos (3 por ciento).
Asimismo, las zonas más críticas de deforestación a nivel nacional, identificadas por los patrones de incidencia de la deforestación, se localizan principalmente en la Península de Yucatán (Campeche, Quintana Roo y Yucatán), seguido de los estados de Chiapas, Michoacán y Jalisco.
En el caso de Guerrero, se determina que en el periodo 2001-2018 se perdieron en promedio 239 mil 614 hectáreas al año, el equivalente a 13 mil 311 hectáreas al año de tierras deforestadas.
En dos ecorregiones se concentran las mayores tasas de deforestación bruta; en particular, para el periodo 2001-2018; en primer lugar, con un 76 por ciento del total estatal, se encuentra la ecorregión de selvas cálido-secas, seguido con 24 por ciento de la ecorregión de sierras templadas.
Como principales causas de la deforestación en Guerrero se identifican, que en el periodo 2001-2018, el 98.7 por ciento de la conversión de terrenos forestales corresponde a usos agropecuarios; específicamente, la principal causa de la deforestación es la conversión de tierras forestales a tierras pastizales (184 mil 234 hectáreas en el periodo y 10 mil 235 hectáreas por año), seguida de la conversión de tierras forestales a tierras agrícolas (52 mil 259 hectáreas en el periodo y 2 mil 903 hectáreas por año), que corresponden al 76.9 por ciento y 21.8 por ciento, respectivamente. Se informa que 2 mil 495 hectáreas se convirtieron de tierras forestales a otras tierras en dicho periodo, lo que equivale a 138 hectáreas por año (1 por ciento). Finalmente, sólo 626 hectáreas se convirtieron de tierras forestales a asentamientos humanos en el mismo periodo, un estimado de 35 hectáreas por año (3 por ciento).
Destaca que las zonas más críticas de deforestación a nivel estatal, identificadas por los patrones de incidencia de la deforestación, se encuentran en la región occidente de Guerrero, en los municipios colindantes con el estado de Michoacán, principalmente en los municipios de La Unión de Isidro Montes de Oca y Coahuayutla de José María Izazaga, así como se observa una marcada tendencia en los municipios ubicados en el sureste del estado, que son los de la región Costa Chica.
Sólo agregaría que este tipo de información es muy valiosa y debe ser usada por los tomadores de decisiones para el desarrollo de las políticas públicas. En especial, se debe entender el gran potencial de Guerrero para el desarrollo del sector forestal, al ser por naturaleza su territorio cubierto por bosques y selvas. Se debe comprender que de los bosques y selvas de Guerrero se pueden aprovechar de manera increíble una gran variedad de tanto productos forestales maderables, como no maderables, además de los múltiples servicios ecosistémicos que brindan. Entender que dicho aprovechamiento puede ser sostenible, cuando la propia gente se apropia de sus beneficios. La deforestación sucede cuando los bosques y selvas carecen de valor para las personas que viven en las comunidades y ejidos, provocando el cambio de tierras forestales a tierras ganaderas o agrícolas. Lo peor es que muchas veces el incentivo para las personas es provocado por los propios gobiernos que otorgan todo tipo de subsidios públicos para el fomento agropecuario en detrimento de los subsidios forestales.
En conclusión, se requiere con urgencia el fortalecimiento de las comunidades y ejidos forestales de Guerrero con políticas y programas públicos para su desarrollo forestal sustentable.