EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Inversión versus criminalidad

Abelardo Martín M.

Junio 21, 2016

Mientras en el Foro Económico Mundial Latinoamérica, realizado en la ciudad colombiana de Medellín el antepasado fin de semana, se informó de lo ya sabido, que Acapulco es la ciudad más violenta de México y la quinta en el listado latinoamericano, el puerto guerrerense es, en contrapartida, un polo de atracción de inversiones nacionales y extranjeras, que a la fecha suman más de 2 mil millones de dólares, centrados en la zona conocida como Acapulco Diamante.
Además de proyectos de hotelería, un plan relevante es la construcción del nuevo edificio terminal del aeropuerto acapulqueño, que echará a andar el próximo mes con una inversión de 547 millones de pesos, y permitirá atender en el futuro hasta 1.3 millones de pasajeros al año.
Junto con ello, el ayuntamiento intenta constituir una bolsa con la colaboración estatal y federal, de forma que se reúna una masa crítica para impulsar el desarrollo y aplicar hasta 15 mil millones de pesos para recuperar la imagen del puerto, ahora tan venido a menos, sumergido en la violencia criminal ya vuelta cotidiana, a la que de cuando en cuando se suma la protesta social, para acelerar el deterioro económico de la región.
El informe presentado en el mencionado Foro es más bien pesimista, pues identifica “fuertes indicios de que la violencia letal seguirá aumentando en ciudades de América Latina en comparación con casi cualquier otra región del mundo”, ante lo cual recomienda como antídoto fortalecer la cohesión social y mejorar las condiciones sociales y económicas subyacentes en algunas áreas marginalizadas específicas, mejorar los bienes púbicos, las viviendas y la transferencia condicionada de recursos públicos.
El fenómeno de las drogas, su cultivo y comercialización, es uno de los grandes factores que distorsiona la situación por la que atraviesan nuestros territorios y sus poblaciones. Por ello, luego de Acapulco, Chilpancingo le sigue en el registro nacional de ciudades de mayor violencia, y junto con otras poblaciones y municipios, hacen de Guerrero el estado con más altos niveles de criminalidad en todo el país.
El denominado Índice de Paz México señala a Guerrero como la entidad donde la violencia tiene un mayor costo en la vida de la población, en todo México. Según ese indicador, el estado pierde más de 36 mil pesos anuales por habitante por ese concepto, cantidad que es cuatro veces mayor a la que se observa en el estado con menores pérdidas, Hidalgo.
Pero al presidente municipal de Acapulco el tema no le parece relevante. Dice, sin aportar cifras, que en cualquier ciudad de Estados Unidos, entre las que citó a Chicago, Nueva York y Miami, las cifras de asesinatos superan a las del puerto guerrerense, por lo que no debería haber preocupación. Estamos mejor que allá, según la versión del alcalde.
Percepciones aparte, ya hemos hablado del estancamiento económico regional a lo largo de varias décadas y del empobrecimiento de la gran mayoría de la población, agudizado por la falta de oportunidades y por la actuación del crimen organizado, todo lo cual deriva en inhibir la actividad productiva.
La apuesta por el reposicionamiento del puerto guerrerense entre los principales destinos turísticos nacionales e internacionales, se vuelve vital en el contexto descrito.
De no lograrlo, el más importante motor del crecimiento regional se paralizará, con todas las consecuencias que puedan imaginarse: mayor desempleo, pobreza, inconformidad social y repunte de la criminalidad.