EL-SUR

Lunes 13 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Jalemos juntos (1)

Eduardo Pérez Haro

Febrero 07, 2017

Para Roberto Fernández Sepúlveda.

No podemos dejar de reiterar que a los problemas de antes se suman los de hoy y los que se avecinan. Es una entrada poco amable pero no es nuestra tarea suavizar las noticias y mentir para granjearnos simpatías o llamar a la unidad acrítica. Lo cierto es que las cosas del país de por sí venían complicadas (reforma energética-Ayotzinapa-gasolinazo 2013-2017) y con Donald Trump se complicarán mucho más.
No obstante, tendremos que afrontarlo sin que sea sencillo por cuanto encaramos adversidades internas y externas, de distinto tipo y tamaño, pero que para uno como persona, como gremio, o como país se resumen como dificultades de ingreso-gasto y de ocupación-ingreso, amén de las calamidades de la vida diaria y la inseguridad que nos causa zozobra.
La economía mexicana desde el primer año de la administración de Enrique Peña Nieto se apartó de la expectativa creada sobre el crecimiento económico. Según el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo estaríamos creciendo al 4.9 por ciento y 5.2 por ciento en el 2016 y 2017 respectivamente siendo en la realidad menor a la mitad en el primer caso y menor a la tercera parte en el segundo caso. Y lo mismo sucede respecto del nivel de la deuda pública, del nivel de gasto gubernamental, de la estabilidad cambiaria y ahora de la inflación, es decir, estamos fuera de todo lo que prometió y comprometió el régimen de gobierno a cambio de las reformas estructurales.
Empero, también, fiel a su tradición, el gobierno nos trajo todo el tiempo con el ensueño, su ensueño, de la recuperación de la economía norteamericana con lo que México saldría ampliamente beneficiado. No me crea, busque los periódicos de hace dos o tres meses y todavía el Presidente y sus ayudantes nos atiborraban del discurso de la estabilidad y la solidez de la economía mexicana que ante su fracaso cambiaron ahora por el discurso del amor a la patria y el sí se puede. El ilustre desconocido presidente del PRI hace un llamado a que hagamos a un lado las diferencias y jalemos juntos, lo mismo dice el empresario Carlos Slim y aunque me resisto a creerlo, el mismísimo Andrés Manuel López Obrador prefigura un apoyo al presidente Enrique Peña Nieto.
Estos últimos sugieren algunas reservas al decirlo pero lo dicen, y a nosotros nos parece que la patria y la unidad se concretan en la defensa de nuestros intereses, pues para decirlo rápido somos mexicanos porque aquí reposan nuestro muertos, de aquí son nuestros hijos y aquí nos vamos a morir, y queremos que nuestra estancia suceda de la mejor manera pero en este andar no nos acompaña Enrique Peña Nieto, ni los legisladores, ni Slim y hasta ahora tampoco los partidos políticos que se han dedicado a servir de comparsas del poder del gobierno y por ende del poder económico que nos han ignorado o nos han maltratado cuando nos emplean y que lo han hecho sin tentarse el corazón, sin piedad y sin escrúpulos. Es decir, que han corrido su suerte sin incluir la nuestra y de pronto debemos de jalar juntos y nos preguntamos ¿en qué, contra quién y para qué?
¿Contra la amenaza de Trump? Parece claro que así es y que no debería albergarse ninguna duda porque el infausto personaje y ahora presidente de Estados Unidos, nos insulta, amenaza con deportar a nuestros paisanos que por allá trabajan, se dirige a ponernos un muro para impedirnos el paso y nos bloquea el comercio para vender allá los productos mexicanos además de que se nos encarecen las importaciones por efecto del incremento del costo del dólar que no es por instrucción de Trump pero cuyos planes de gobierno amenazan con abonar a esa condición de encarecimiento del tipo de cambio. Sin duda alguna se trata de medidas que afectan profundamente a México y a todos los mexicanos por lo que se antoja que tenemos que actuar y actuar unidos.
Pero ¿qué vamos a hacer?, ¿cuál es la patria que vamos a defender?, y ¿quiénes somos los integrantes de la unidad?, ¿somos todos en verdad?, ¿así nada más?, ¿sin condiciones?, ¿sin contrato alguno? ¿de pronto hacemos a un lado las diferencias como dicen Enrique Peña y Enrique Ochoa? y ¿nos queremos como si no hubiera un pasado de exclusión y agravios? y ¿jalamos juntos? Suena bien… pero hay algo que no me suena… es contra Trump o es por el México que habitamos y que habrá de recibir a nuestros paisanos que resulten deportados o que escapen de la persecución y la discriminación, es por el México que habrá de sortear tiempos aún más difíciles, entonces seamos explícitamente claros y veamos de qué se trata para establecer los términos del acuerdo, y claro, jalemos juntos.
Hemos argumentado que el trumpismo es una expresión estrambótica de un problema mayor que supera al mismo Trump y que lo debemos entender para no confundirlo en una guerra contra Trump. Enrique Krauze sugiere que la hiperactividad despótica del magnate terminará por impedir que concluya su periodo de gobierno, y ya hay encuestas y apuestas donde va ganando la hipótesis del historiador. Puede ser cierto pues sus desgarros y atrevimientos parecen responder a sus promesas de campaña, pero no a ningún orden ni medida. Mas el riesgo pudiera ser que no se fuera antes y, por el contrario, que se afiance y se extienda, pues las cosas entre la sociedad norteamericana se han deteriorado de tal manera que podrían incubar una expresión técnica de la economía, la política y la sociedad aún impredecible.
El problema de México es glob@l. Donald Trump agrava la circunstancia, pero su ausencia no elimina el problema de fondo del que emerge este peligroso personaje, y si el problema de fondo no se ve y no se resuelve medianamente o de fondo, el riesgo de uno, dos o tres Trumps pervive y no sólo en Estados Unidos y los acentuados problemas que se advierten para nuestro país pueden ser de muchos otros, aunque guardando las proporciones y particularidades de cada caso. La globalización está en problemas y eso aqueja a las naciones, especialmente a las principales economías y más aún aquellas que estaban acostumbradas a la preponderancia y la mejora continua como los Estados Unidos.
El ritmo de crecimiento de la economía mundial, después de los acomodos de la Segunda Guerra Mundial vivió su mejor época capitaneada por Estados Unidos y que es la que avivó el sueño americano. Cuando se presentó la llamada crisis del petróleo del 73-74 parecía desvanecerse pero se remontó al amparo de la tecnología de la computación a la par del declive del mundo socialista con lo que abrió paso la llamada globalización con fuerte presencia del Japón, el realce de Alemania y el indiscutible protagonismo de Estados Unidos. Entonces romper el proteccionismo era condición para explotar las capacidades exponenciales de la era computacional. El sector financiero aprovechó el momento y el capital industrial reconoció la oportunidad de mudarse a las finanzas para acortar los ciclos de su economía y acelerar la multiplicación de sus ganancias. Ya sin fronteras vino la fábrica global y la llamada financiarización de la economía que para finales del siglo movía en dos semanas el dinero equivalente al total del producto mundial.
La globalización descolló, y no obstante esa dinámica terminó en una sobreproducción financiera que llegó a la condición de créditos impagables y hacia el 2007-2008 explotó en la crisis de los “créditos basura” y de ahí pa’l real las cosas se han venido complicando. Esa crisis es la misma crisis de hoy, pero aumentada. Entonces se convirtió en la recesión americana, europea, mexicana (-6.9 por ciento del PIB), y la desaceleración China, y estancamiento y recesión en Rusia, Brasil, etc. Pero no ha ido a una depresión debido a las políticas monetarias de ayuda de la Reserva Federal de Estados Unidos, con lo cual se pretendió dinamizar la economía gringa y detrás de ello recoger su derrama a manera de realce de todas las economías y más aún de las que tenían mayor relación con el poderoso país de las franjas y las estrellas, pero eso no ha sucedido y por el contrario se traduce en problemas de todos y sobre eso seguiremos la nota…

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