EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Jorge Franco: entre fuegos artificiales y el asedio a una ciudad

Adán Ramírez Serret

Octubre 18, 2019

Jorge Franco (Medellín, 1962), sin apenas proponérselo, ha escrito una fantástica trilogía de novelas que no sólo describen las historia de una ciudad, Medellín. Van mucho más lejos: son la historia de un país, o me atrevo a decir, de varios; son una saga en donde se puede ver el inicio, clímax y repercusión de un fenómeno que ha destruido varios países y cambiado el mundo: el infierno del narcotráfico.
La más famosa es Rosario Tijeras, la historia de supervivencia de una chica en Medellín durante los años más cruentos del narcotráfico. Aparece lo usual de estos relatos, mucho sexo y demasiadas drogas y litros y litros de sangre. Sin duda son historias que deben ser narradas pues muchas veces es mejor contar lo que sucede que esconderlo y hacer como si no pasara nada.
La segunda de la trilogía es también una obra genial, El mundo de afuera (Premio Alfaguara 2014). Se trata de una historia situada en la ciudad de Medellín poco antes de que fuera devorada por el narcotráfico; una época, dolorosamente lejana, en donde la gente se quejaba porque en esa pequeña ciudad de Colombia, nunca sucediera nada. Sin embargo, en esta obra hay algunos elementos, algunos mágicos y otros poéticos, proféticos, en donde pareciera que se respiraba en el aire la tragedia que vendría. El secuestro, la marginación y el machismo ya están dolorosamente presentes en aquel mundo en donde aún se convive con la magia.
La más reciente novela con la que concluye esta trilogía involuntaria es El cielo a tiros. Se trata de la novela en la cual desde el presente analiza el pasado que destruyó esa ciudad y que dejó unas extrañas ruinas de humanos y edificios.
Quien cuenta la historia es Larry, un joven que vive en Londres y vuela de regreso a su ciudad natal. Encontraron los huesos de su padre desaparecido hacía muchos años y viene a enterrar los restos. Se trata de un joven, o de un adulto joven que es un resultado extraño de nuestra época, de la extrañeza de Latinoamérica. Sensible, educado en las mejores escuelas, políglota y erudito, quien ha vivido durante toda su vida ensombrecido bajo un estigma ineludible: ser el hijo de un importante narcotraficante. La figura de este joven no nos es desconocida en México e incluso estas personas tienen una definición particular, narcojunior.
Este joven es quien lleva la historia planteada en tres momentos. Uno, mientras va en el avión atravesando el océano en dirección a Colombia. Es una historia de amor fortuita, fascinante, pues en las penumbras del avión se encuentra con una mujer colombiana que va a enterrar a su padre. Este punto en común los une y durante el viaje crean una intimidad basada en la extrañeza del lugar y del otro. En el placer de no ser respaldados ni por un nombre ni por un país.
El otro momento de la novela es mientras va al encuentro de su madre recorriendo las calles de Medellín. Su llegada coincide con la Alborada que es una extraña fiesta heredada de los narcotraficantes, en donde explotan cuetes durante toda la noche y el valle de la ciudad se mantiene iluminado y asfixiado por el humo de fuegos artificiales. Larry, descubre que ya no pertenece a esa ciudad y descubre que quizá nunca lo hizo. Sus amigos y ex novias le parecen frívolos y salvajes, consecuencia de un pasado reciente atiborrado de sangre, parecen querer vivir la vida lo más ligero que puedan.
El tercero, los recuerdos que lo invaden de su infancia. Esa latencia inevitable que vive toda persona que se haya ido del lugar en donde pasó la primera parte de su vida, y luego de muchos años, vuelve a encontrar las mismas calles en donde aún vaga la persona que fue en el pasado.
Estas novelas de Jorge Franco son obras que describen una realidad terriblemente absurda pero tan real que devora el mundo. Un espejo, una realidad paralela en donde vemos nuestro pasado, nuestro presente y muy probablemente, el futuro.
(Jorge Franco, El cielo a tiros, Ciudad de México, Alfaguara, 2019. 381 páginas).