EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

José Ángel nos exhibió en toda nuestra realidad

Abelardo Martín M.

Enero 14, 2020

 

El infortunado acontecimiento en el que el principal involucrado es José Ángel, un niño de apenas 11 años, que disparó y mató a su maestra e hirió a varios de sus compañeros de escuela, en Torreón la semana pasada, exhibió a profundidad, el grado de descomposición al que ha llegado México.
Sea por imitación o porque sus propias condiciones personales, sociales y/o familiares lo llevaron a un grado de frustración y agresividad inusitados, José Ángel debiera ser el ícono del despertar de México, porque el clima de violencia, inseguridad, miedo y desencanto seguirá creciendo, como hasta ahora, absolutamente fuera de control, por más que las autoridades de todos los niveles, municipal, estatales y federales intenten demostrar que sus políticas han sido las adecuadas, cuando la realidad no se cansa de demostrarles lo contrario.
La muerte de su maestra de inglés, María Assaf y de José Ángel, ojalá y sacudan la conciencia de todos, no sólo de gobernantes, porque es más que un llamado de atención, es un grito de desesperación social por lo que vive México y el mundo.
Los hechos de la escuela Cervantes, en Torreón, Coahuila, exhibieron también la ineficacia y superficialidad de los gobernantes. Fue absurda la justificación del gobernador, Miguel Ángel Riquelme, quien atribuyó el hecho a los juegos que son comunes entre los niños en internet, cuando la descomposición social, política y económica que afecta a todo el país, es la causa de todos los problemas que vivimos. En especial, resalta la ineficacia gubernamental para atender las verdaderas demandas de la sociedad, no solamente las que señalan las encuestas, sino en especial, el retraso en salud, educación y progreso social.
Es urgente que el cambio de gobierno federal tenga impacto en los estados, porque hacer lo mismo lleva irremediablemente a los mismos resultados.
Terminó un año y comienza una nueva década. Se acabaron las fiestas y deseos decembrinos y desde el principio se impone la realidad, la muerte de José Ángel debe ser el detonador de la toma de conciencia de que la seguridad y la descomposición sociales son la muestra de los graves problemas de gobierno que afectan al país, a los estados y a los municipios.
Concluida la temporada vacacional de fin de año, que en Acapulco es siempre una larga fiesta, una especie de escape de la realidad, y a la vez el mejor momento de actividad turística y económica en el puerto, es pertinente revisar las expectativas del año del que ya hemos avanzado casi dos semanas.
Las cifras estadísticas siempre llegan tardías, más aún cuando se trata de tener el detalle a nivel estatal o municipal. En estos días, por ejemplo, tenemos cálculos hacia el tercer trimestre del año, y hacia el fin del mes habrá ya un panorama más o menos exacto de lo que ocurrió en México en términos económicos. A nivel estatal, en cambio, sólo hay cifras al segundo semestre del año pasado, de manera que sólo podemos intuir o aproximar lo que ocurrió el resto de 2019 en el estado.
Es difícil así formular pronósticos y diseñar políticas públicas, pues éstas siempre se fundamentarán en datos atrasados, y sus posibles errores se producirán en parte por la falta de información oportuna.
Hoy sabemos, por ejemplo, que Guerrero ha tenido un dinamismo superior al que se observa en la economía mexicana, y que completó un ciclo de dos años de cifras positivas entre el segundo trimestre de 2017 y hasta los primeros meses de 2019. En cambio, en el segundo trimestre de 2019 el estado tuvo un crecimiento económico negativo, del uno por ciento.
No conocemos con precisión lo que haya sucedido en el segundo semestre del año anterior, aunque sí tenemos indicios de que es posible que esa tendencia se haya revertido y que los resultados sean buenos.
Por un lado, la minería, que se ha convertido recientemente en uno de los principales motores de la economía, mantiene su dinamismo; por otro, ha sido un buen año para el turismo, al que se apoyó con numerosos eventos, y los hoteleros presumen ya que el pasado periodo vacacional ha sido el mejor de la historia del puerto, con una ocupación que rebasó el millón y medio de visitantes.
En esta materia, en el sector señalan la necesidad de la falta de promoción, un rubro que por décadas atendió a nivel internacional el gobierno federal y que hoy se ha abandonado. Tarde o temprano esta falla repercutirá en esa actividad cuya importancia a nivel mundial es cada vez mayor, y que por ello mismo depende de su impulso entre agencias y mayoristas globales.
Por supuesto hay que avanzar en materia de seguridad y en el abatimiento de los niveles de violencia que todavía se sienten mucho en Acapulco y en otros puntos calientes de la entidad.
Por lo pronto, el gobernador del estado dedicó su primera gira del año a visitar escuelas y a subrayar la importancia de la educación.
Qué bueno que así sea, en un estado donde uno de los mayores rezagos sociales es ése, y en un planeta donde innumerables experiencias demuestran que una educación de calidad sí transforma la vida de las personas y de las comunidades.
Eso no siempre se tiene claro en Guerrero, como en muchas otras partes del país.
Es urgente reflexionar acerca de la realidad y dejar de buscar el reconocimiento y hasta la felicitación por el trabajo obligatorio. El mundo vive momentos muy difíciles, en México hay una crisis por el abandono de décadas en la tarea gubernamental, por eso hay que valorar con objetividad lo que ocurre, para evitar que la insensibilidad domine, como nos ha ocurrido en los últimos tiempos.