El pasado domingo se cumplieron 215 años del natalicio de Benito Juárez García en San Pablo Guelatao Oaxaca, Benemérito de las Américas y expresidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Benito Juárez representa la lucha de resistencia de la legalidad por encima del golpismo y del intervencionismo.
Juárez representa la fuerza de los pueblos originarios, pero también la fuerza de las leyes; Juárez fue el mayor soldado de la patria mexicana sin jamás haber tenido que empuñar un arma, sin haber jamás disparado un solo tiro, sus armas eran la ley, la dignidad, la terquedad y la resistencia.
La figura de Juárez se acrecienta al paso de los años, por Juárez y con Juárez restauramos la República y pudimos expulsar al invasor extranjero que querían imponer los conservadores, sí, los mismos conservadores que hoy, vestidos con otras ropas, bajo otras siglas, pero defiendo las mismas causas, fueron a Miramar a ofrecer la corona de México a un monarca extranjero. Los conservadores de hoy hicieron lo propio pero con los recursos nacionales, dejando en manos de extranjeros la explotación de nuestras riquezas naturales, la generación y distribución eléctrica, trataron de revertir la expropiación petrolera y depositaron toda nuestra soberanía tecnológica, financiera y científica en manos de los extranjeros.
Por eso hoy al recordar a Juárez no solo recordamos al héroe de bronce, recordamos al hombre de leyes, al patriota, al gran liberal mexicano que con sus acciones nos dejó un ejemplo de dignidad, de nunca bajar la cabeza ni postrar la rodilla ante el poder extranjero; nos enseñó que por encima de la ley nadie y que con el pueblo todo y que sin el pueblo nada.
Juárez sigue siendo hoy inspiración; cuando Juárez exiliado en Nueva Orleans tiene noticia de que en las tierras del sur, lo que hoy es Guerrero, Florencio Villarreal, Juan Álvarez y otros patriotas surianos habían proclamado el Plan de Ayutla para derrocar al dictador Santa Anna e implantar la República, tomó un barco que en unos días desembarcó en Acapulco, en donde estaba acampado Álvarez y su ejército y se puso a la orden como el más humilde de los soldados. Cuando Álvarez se entera de que entre sus filas se encuentra Benito Juárez, que ya había sido gobernador de Oaxaca y ministro de la Corte entre otras cosas, le recrimina no haberse identificado desde el principio y Juárez en su inmensa humildad le dice que el viene a sumarse como uno mas.
Así de grande era Juárez, que aunque corto de estatura, tenía y sigue teniendo una dimensión inalcanzable.
Los mexicanos debemos vivir eternamente agradecidos a Juárez, por él debemos de seguir luchando poniendo siempre por encima de cualquier interés personal de partido o de grupo el interés de la patria; Guerrero nos dijo la patria es primero, gracias a Juan Álvarez Juárez pudo llegar al poder y gracias a Juárez México es hoy una República libre y liberal, aunque los conservadores de ayer y de hoy se empeñen en intentar vender la dignidad, la riqueza y la soberanía nacionales, el mayor homenaje que podemos hacer a Benito Juárez García a 215 años de su natalicio es mantener siempre viva la dignidad, la lucha por nuestra soberanía y el imperio de la ley por encima de todo.
Desde el sur que recibiera a Juárez como un soldado más, hoy decimos con orgullo y con agradecimiento: ¡Que viva Benito Juárez García!