EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Karolina Ramqvist: escribir para existir

Adán Ramírez Serret

Noviembre 12, 2021

 

Karolina Ramqvist (Gotemburgo, 1976), en su más reciente novela La cazadora de osos, mientras reflexiona sobre el libro que está escribiendo y sobre su posición como escritora, se confiesa a sí misma que durante mucho tiempo se dedicó a escribir para desaparecer, para estar fuera del mundo.
Esto es muy interesante, porque durante mucho tiempo, la literatura se trató de desaparecer. Los autores estaban sentados en su escritorio, sus vidas y pasiones se quedaban con ellos y vivían tan sólo para reflejar lo que estaba en el papel; para las proyecciones que se les ocurrían en los libros.
Por supuesto que las vivencias personales aparecían en sus libros, pero un autor no solamente escribe sobre lo que ha vivido; también se interesa sobre un tema y se vuelve experto en él para poder contar una historia. Pero no sólo su vida privada se quedaba fuera de sus libros, también el propio proceso creativo.
El músico César Frank decía que cuando terminaba una sinfonía tiraba todos los apuntes y borradores de ella, porque, explicaba, hay que barrer siempre después de trabajar. La forma, el proceso creativo de una obra, era problema de los creadores y el público sólo debía ver el proceso final, la obra pulida y terminada.
Sin embargo, durante el siglo XX el proceso creativo se volvió cada vez más interesante, no solamente porque es interesante la forma en la cual se crea una obra, sino porque el propio proceso es parte de la obra.
Para explicarlo sirve el caso paradigmático de Truman Capote y su obra cumbre A sangre fría. La novela sigue siendo espectacular, es perfecta, profunda y se lee de manera apasionada. Sin embargo, ha sucedido algo extraño con ella, porque el proceso de escritura de Truman Capote fue tan intenso, lo dejó tan devastado, que ahora es casi imposible hablar de A sangre fría sin pensar en la potente historia de la escritura de esta novela, en la relación de Capote con los personajes y en el hecho terrible de que la escritura de esta obra, destrozó a su autor.
Por lo tanto, es tan importante la novela A sangre fría como el proceso, la historia misma de su escritura. Tanto así que en las dos películas maravillosas que hay sobre ella, el protagonista no es otro que el escritor.
Así, Karolina Ramqvist en su más reciente novela, luego de confesar que en el pasado escribía para desaparecer, decide “aparecer” en su novela y hacerse parte de la trama de su libro.
Una parte de la obra que leemos se le ocurre luego de descubrir una historia en la que una mujer noble francesa, en un viaje al entonces Nuevo Mundo, al Canadá de hoy, es bajada del barco por tener un amorío con un tripulante y abandonada junto con él en una isla en medio del océano.
La historia por sí misma es apasionante, sin embargo, en lugar de irse de lleno a ella y desaparecer detrás del relato Karolina Ramqvist opta por contarnos el proceso creativo que es apasionante. Porque mientras se escribe un libro, la vida continúa de manera trepidante. La narradora nos interna en los entresijos de su familia, con tres hijos y un matrimonio de muchos años y su condición de escritora. Las crisis personales que enfrenta mientras escribe el libro y todas aquellas pesquisas que hace para saber más sobre su personaje a la vez que se confronta todo el tiempo a sí misma sobre sus actos.
La cazadora de osos cuenta también, por supuesto, la vida de la joven francesa abandonada en una isla en la cual tiene que cazar osos para sobrevivir. Y lo que es deslumbrante es la claridad de Ramqvist, la honestidad para mostrar todos sus pensamientos, y en lugar de desaparecer con la escritura, habita el mundo de manera contundente. Escribe, cuenta una historia, a la vez que es la protagonista de su libro.
Karolina Ramqvist, La cazadora de osos, Ciudad de México, Anagrama, 2021. 267 páginas.