EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Khaled Hosseini: el amor en Afganistán

Adán Ramírez Serret

Agosto 27, 2021

 

Cada generación vive sus tragedias de manera individual, pero hay hechos que dejan una huella en muchos países y en todo el mundo. Escenas que una vez son vistas, es imposible sacarlas de la mente.
Recuerdo, por desgracia, mu-chos ejemplos, pero el que ahora me viene más a la mente es el de hace unos días, en el aeropuerto de Kabul, en donde un tumulto de afganos desesperados se aglomeraba junto a los aviones a punto de despegar; y en el colmo de la desesperación, las personas se agarraban a lo que pudieran, llantas, alas o protuberancias, con la intención de huir de su país, luego que los talibanes hubieran retomado el poder de manera armada. Algunos, para ser atropellados en el momento, y otros, para caer en el aire cuando el avión tomaba más velocidad.
Al ver estas escenas de la tragedia afgana, pensé en algún libro que leer de este país. En poco tiempo di con la novela del Best Seller, Khaled Hosseini (Kabul, 1965), Y las montañas hablaron. Una obra que de manera ficcionalizada, ayuda a entender de manera profunda este país.
Hay pocas oportunidades de conocer desde adentro una cultura lejana, como con la literatura. Pues en estos momentos en donde mucha gente sufre tanto, lo único que se puede hacer es intentar estar cerca, entenderla. Y la mejor forma es por medio de las vidas privadas, del amor –y el odio– entre las familias.
La novela comienza con un padre y un hijo, a mediados del siglo XX, que van de un pequeño pueblo hacia Kabul. En el trayecto, el padre le cuenta una fábula, en la cual todos los habitantes de un pequeño pueblo, parecido al suyo, se mueren de miedo cada cierto tiempo, pues viene un div –un demonio–, que causa la desgracia de una o varias familias, cuando se para afuera de su casa. Pues aquel div lo que pide a las familias es que le regalen un hijo.
Mientras el padre le cuenta esta historia, el niño mira el desierto, piensa en el viaje, en su pequeña hermana, quien es lo más importante en su vida. ¿Qué se sentirá que te arrebaten a un hijo? ¿Qué pasaría si él perdiera a su adorada hermana que es todo en su vida?
A partir de aquí la novela se va desplegando de manera brillante a través de una familia. Y, así, a partir de la mitad del siglo XX, vamos descubriendo la historia de Afga-nistán. Un país devorado por la desigualdad, en donde la mayor parte de la población vive en una pobreza miserable, y una pequeña minoría es millonaria.
Afganistán es un país complejo, con vecinos potentes y conflictivos como Rusia, Pakistán o Irak; un país con una cultura musulmana radical en la cual las mujeres siempre han sufrido una particular y dolosa misoginia. Pero, según podemos ver en los libros y en esta novela, no siempre ha sido esta la realidad de ese país. Porque desde los años 20 pudo votar la mujer, y en la década de los 50 tuvieron un dirigente que prohibió la burka y promovió la educación de las mujeres.
Y las montañas hablaron es un mosaico de aquella familia que va del pequeño pueblo de menos de 500 personas, al Kabul de los años 50 que se consolidaba en la modernidad occidental del siglo XX. A partir de aquí, vivimos junto a estas personas, esas guerras incomprensibles –en palabras de uno de los personajes, ya no sabíamos ni contra quienes peleábamos–; en la cual vemos un país que se fue destruyendo poco a poco hasta quedar hecho pedazos.
Las novelas cuentan las historias de los seres humanos de una forma privada, así, esta obra, a partir de niñas vendidas por un acto de amor, cocineros enamorados, niños solitarios y mujeres hermosas, nos cuenta la historia de un país devastado por su historia, habitado por seres humanos que aman la poesía, la naturaleza y a los seres que los rodean. Y algunos otros terribles, que tienen el poder.

(Khaled Hosseini, Y las montañas hablaron, Barcelona, Salamandra, 2013. 382 páginas).