EL-SUR

Martes 30 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La 4T extraviada

Vidulfo Rosales Sierra

Octubre 17, 2023

Quienes militamos en la izquierda hemos sido escépticos con el cambio que prometían el obradorismo y Morena. El primero identificado con una postura nacionalista que dista mucho de una transformación de las estructuras económicas y las superestructuras políticas; la segunda una agrupación política variopinta en cuyo seno confluyen posiciones políticas progresistas y de derecha.
En las postrimerías del sexenio ha quedado claro que hubo un pacto con las élites económicas y militares que permitió la continuidad de la política económica de corte capitalista con las fuerzas armadas imponiendo el orden, evitando así cualquier asomo de inconformidad y disidencias políticas.
La narrativa del presidente no deja lugar a dudas. Para él existen dos bandos: conservadores y liberales. Los primeros representan a la derecha y los segundos son de Morena. En aquel grupo están intelectuales, periodistas y empresarios de nivel medio y políticos que en anteriores gobiernos eran el establishment, tales como Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Joaquín López Dóriga, Claudio X González, ex presidentes como Felipe Calderón y Vicente Fox; a éstos los fustiga y refiere que eran parte de la corrupción, buitres y conservadores, curiosamente esta clase política no incide ni decide en los asuntos económicos del país.
Por el contrario, a las élites económicas como Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Salinas Pliego y otros potentados que sí deciden el rumbo económico de la nación no los toca ni con el pétalo de una rosa, a ellos no los cuestiona ni confronta, cuando son los que tienen grandes monopolios, se han enriquecido inmensamente con la explotación de los trabajadores y los favores de los gobiernos, en detrimento de millones de pobres que sobreviven. Estos potentados son los responsables de la desigualdad que vivimos, mientras ellos acrecientan sus riquezas la mayoría nos debatimos en la pobreza yendo al día para medio comer.
Sin embargo, el presidente con su narrativa levanta polvareda por otro lado, desviando el debate público en otra dirección, mientras tanto las estructuras económicas siguen igual. Las asimetrías sociales persisten puesto que no existe una distribución equitativa de la riqueza. A los que tienen de más nos les da un rasguño, se prefiere optar por la famosa “austeridad republicana” para sacar para los programas sociales que son meramente asistencialistas y no revierten la pobreza que padecemos.
Lo mismo ocurre con los militares a quienes ha dado facultades legales para hacerse cargo de la seguridad pública, para construir megaproyectos, la distribución de las vacunas y el control de las fronteras y flujos migratorios. Se ha dado un poder sin precedentes a las fuerzas armadas, resultando peligroso para la democracia.
Al presidente se le olvidó que esta institución reprimió las luchas campesinas de Rubén Jaramillo, de sindicalistas como Demetrio Vallejo, el movimiento estudiantil de 1968, los movimientos sociales y de corte revolucionario de los años setenta. Es responsable de graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el periodo de la mal llamada guerra sucia, las violaciones sexuales a mujeres indígenas, tortura a campesinos como Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera cuyos casos fueron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
De esto nadie decía nada. Todo transitaba de manera tersa y sin sobresaltos, algunas voces hablaban de la militarización y nada más. Fue el caso Ayotzinapa el que ha exhibido a un Ejército mexicano que obstaculiza las indagatorias, reacio a abrir plenamente sus archivos, niega información vital para esclarecer graves violaciones a los derechos humanos.
El caso Ayotzinapa ilustra que el Ejército mexicano infiltra y espía a los movimientos sociales de izquierda y se colude con la delincuencia organizada. Es falso que sea una institución incorruptible, por el contrario, en Iguala los mandos militares del 27 y 41 Batallón están al servicio del grupo delictivo Guerreros Unidos. Capitanes, coroneles y generales recibían dinero y facilitaban que el hampa desplegara sus actividades ilícitas. En este caso ha quedado probado que miembros del Ejército están implicados en la desaparición de los 43 estudiantes y que poseen información relevante que puede revelar el paradero de los jóvenes.
Es lamentable que hoy en día el presidente haya pactado con las élites económicas y militares y mantenga enquistado en su gobierno a personajes de derecha. Panistas y priistas ocupan puestos de alto nivel como Manuel Bartlett, Esteban Moctezuma y otros casos que sería prolijo enumerar.
Es paradójico que ahora el presidente defienda a ultranza al Ejército mexicano, una institución que todo el tiempo reprimió al movimiento social de izquierda y mantenga enquistados en su gobierno y su partido a personajes de derecha, Éstos son los infiltrados, no el ex fiscal Omar Gómez Trejo y Karla Quintana, ambos jóvenes que se formaron en el movimiento de derechos humanos.
Éste es un movimiento que surgió hace décadas y que ha luchado por una sociedad democrática, en la que se respeten las libertades individuales y los derechos sociales. Que ha acompañado a organizaciones sociales, campesinas, estudiantiles que luchan por un cambio en este país. Ha defendido a luchadores sociales encarcelados injustamente, desaparecidos y asesinados. Este movimiento es parte de esta ola y primavera democrática de los años ochenta. Los avances democráticos de hoy no se pueden explicar sin este movimiento.
Es erróneo que el presidente nos coloque del lado conservador y que diga que Omar Gómez y Karla Quintana son conservadores infiltrados en su gobierno. Omar Gómez dio una batalla importante en la FGR contra personas que siguen enquistadas y que son del anterior gobierno, que incluso participaron en la construcción de la verdad histórica. Los pocos avances en la investigación del caso Ayotzinapa son gracias a Omar Gómez.
Pero la 4T en su extravío empodera al Ejército, condecora al general Salvador Cienfuegos que tiene cuentas pendientes con la justicia en Estados Unidos y que en México debiera estar siendo investigado, mientras llama conservadores, descalifica y fustiga a los que hemos caminado con las luchas del pueblo.
La 4T hace pactos con los potentados y los militares, personajes de la derecha enquistados en su gobierno, mientras arremete contra los que hemos luchado junto con organizaciones sociales que impulsan cambios y buscan un mañana mejor.
En definitiva, la 4T navega sin rumbo ideológico, extraviada y a la deriva. Sólo falta que en los próximos días veamos la renuncia de Alejandro Encinas el único que ha sido congruente dentro del gobierno.