EL-SUR

Lunes 06 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

BAJO EL ALA DEL SOMBRERO

La agenda pendiente en el campo guerrerense

Carlos García Jiménez

Junio 21, 2005

A propósito de la consulta ciudadana para la integración del Plan Estatal de Desarrollo, anunciada por la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado, vale la pena colocar sobre la mesa de discusión la agenda pendiente en el campo guerrerense, que de ser incluida en el capítulo rural del mencionado instrumento de planeación sexenal, permitirá institucionalizar un conjunto de propuestas ciudadanas (muchas de ellas no atendidas por los gobiernos precedentes), necesarias para impulsar una visión integral para el desarrollo sustentable de Guerrero.

Aunque el Plan se elaborará a casi 3 meses de instalado el nuevo gobierno, aún no es tarde para reorientar el rumbo que ha tomado el gobierno estatal de cuya forma de integración de su gabinete, de la evidente ausencia de cambios relevantes en los programas heredados, y de la forma contradictoria de atender los conflictos cotidianos, ha despertado inconformidad entre muchos ciudadanos que el 6 de febrero votaron por la oferta política de Zeferino Torreblanca.

De acuerdo con sus características naturales, Guerrero tiene un considerable potencial de desarrollo. Cuenta con el 15 por ciento del litoral del Pacífico mexicano; dispone de 3.3 por ciento de la superficie nacional; ocupa el catorceavo lugar entre los estados con mayor territorio; su topografía abarca altitudes de 0 a tres mil metros sobre el nivel del mar; tiene una diversidad de cuencas, cuerpos de agua y los más dispares ambientes climáticos con una gran diversidad de recursos florísticos y faunísticos. Gracias a esta bondad de la naturaleza y al instinto de sobrevivencia de su población rural, el estado se ubica entre los primeros cinco lugares en producción de copra, miel, limón mexicano, jamaica, madera, café y maíz. Además, sus bellezas naturales representan un potencial en desarrollo turístico, y su riqueza cultural y artesanal da un atractivo adicional a sus posibilidades de desarrollo.

El sector rural incluye las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y pesqueras. El 36 por ciento de la población económicamente activa estatal sustenta sus ingresos en este sector, que a su vez permite que el 45 por ciento de la población estatal se mantenga todavía en el campo. Es en este sector donde se han desarrollado los acontecimientos históricos y políticos que han conformado la identidad del estado, y en donde se sustenta parte importante de su actual estructura socioeconómica. Si no fuera por la prosperidad del sector turismo, Guerrero seguiría siendo una entidad eminentemente rural.

En contraste, Guerrero, junto con Chiapas y Oaxaca, es de las entidades más pobres del país. El analfabetismo, la desnutrición, la inestabilidad política, la delincuencia, la deficiente aplicación de los recursos públicos, la proclividad permanente a levantamientos armados y el narcotráfico son, entre otros, los elementos definitorios de la vida rural. Cada año, como resultado del deterioro de los recursos naturales, el estancamiento o disminución de la productividad y la precaria inversión pública, aumentan la cifras de población que emigra de sus lugares de origen a las principales ciudades de la entidad, a los estados del norte y hacia Estados Unidos. Las regiones donde se concentra gran parte de la población indígena                           muestran severos niveles de pobreza y marginación en un Guerrero considerado mísero y bronco.

Entonces, abordar la cuestión rural en la consulta ciudadana para definir el quehacer gubernamental, y sentar así las bases del desarrollo prospectivo al año 2025, es vital hacerlo con una visión de sustentabilidad y mediante la participación organizada e informada de los distintos sectores productivos y agentes sociales que actúan en el campo, así como de los representantes de los tres ámbitos de gobierno y del Congreso local.

Algunos de los puntos que deberían considerarse en la agenda pendiente en el campo guerrerense son los siguientes:

  1. Discusión y aprobación de una iniciativa de Ley de Desarrollo Rural Sustentable del Estado de Guerrero (homóloga a la ley federal), que revalore el papel del campo en el desarrollo estatal, que lo reconozca como sector estratégico y que por ello establezca la obligatoriedad del gobierno estatal de asignarle un presupuesto mas justo.
  2. Reorientación del Programa de Subsidio al Fertilizante Químico, que considere el apoyo a los productores para hacer análisis de suelos que permita racionalizar el uso de fertilizantes químicos donde se deba seguir usando, obras de conservación de suelos agrícolas, adquisición de abonos orgánicos (lombriabono, abonos verdes y biofertilizantes), producción de abonos orgánicos a nivel parcelario y comunitario.
  3. Habilitar y modernizar la infraestructura productiva existente (distritos de riego, agroindustrias, bodegas y transportes) como acción estratégica para que los campesinos logren productividad, competitividad y rentabilidad.
  4. Promover la diversificación productiva como fuente complementaria de trabajo, alimentos e ingresos económicos, mediante el fomento de cultivos agrícolas exóticos, ganadería menor y de traspatio, acuacultura ribereña y de altura, aprovechamiento sustentable de la flora y fauna silvestre, ecoturismo, servicios ambientales comunitarios (captura de carbono y agua), y actividades artesanales.
  5. Integración de un programa único de investigación y transferencia tecnológica, apegado a las necesidades y visión de los productores; que ponga énfasis en el desarrollo de tecnologías sustentables, de bajo costo y de mayor impacto social.
  6. Establecimiento de apoyos a la comercialización rural que mejoren la calidad y los precios de las cosechas, mediante la agregación de valor a la producción, subsidios compensatorios ante los precios internacionales adversos, asesoría comercial para la exploración de mercados alternativos y espacios de promoción y publicidad.
  7. Atención especial a grupos prioritarios (adultos mayores, discapacitados, e indígenas mujeres, jóvenes y niños) mediante incentivos que permitan el desarrollo de sus capacidades productivas y creativas según su condición humana.
  8. Promover la organización autogestiva de los productores a nivel local, municipal, regional y estatal, como condición básica para la integración de las cadenas productivas y el reordenamiento de los mercados.
  9. Descentralización de los recursos públicos hacia el ámbito municipal y regional, pero con mecanismos de planeación participativa y corresponsable que garanticen la transparencia administrativa y la distribución justa de los recursos entre sectores productivos y comunidades.

Ojalá que en la metodología de consulta ciudadana para la integración del Plan Estatal de Desarrollo prevalezca un enfoque participativo e incluyente. Y que la Secretaría de Desarrollo Rural, responsable institucional del capítulo rural, asuma con una visión estratégica su intervención en este proceso, abandonando su todavía triste papel de apagafuegos de conflictos sociales, de administrador de ventas de los proveedores privados de insumos agropecuarios, y de atención burocrática a las propuestas de los productores.

Es la hora de volver la vista al campo y de potenciar sus capacidades de autodesarrollo. Hoy por hoy este sector es fuente de estabilidad social, de desarrollo económico, de preservación del medio ambiente y de la identidad cultural guerrerense.