EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La Bandera nacional y sus 99 años

Arturo Martínez Núñez

Febrero 25, 2020

 

Los pueblos tienen símbolos que encarnan el significado de los valores, de las creencias y de la historia que los identifica como comunidad.
En el caso de la nación mexicana, que surgió como una nación libre, soberana e independiente después de una revolución popular triunfante y libertaria que logró romper las cadenas coloniales que la ataban a la corona española, estos símbolos se plasman en la bandera y en el escudo nacionales.
El movimiento insurgente iniciado el 16 de septiembre de 1810 por Miguel Hidalgo en Dolores, Guanajuato, y continuado por José María Morelos fue una masiva insurrección popular con un contenido libertario. Fue una gesta heroica, llevada a cabo por miles de hombres y mujeres, indígenas, negros, mulatos y castas oprimidas para acabar con la esclavitud y el tributo, con una sociedad estamental y opresiva, para terminar con un sistema de explotación y un gobierno opresivo. Fue una revolución popular para crear una sociedad nueva y un buen gobierno.
Ese movimiento libertario, aunque fue derrotado en sus albores y sus principales líderes asesinados en el transcurso de la lucha, culminó once años después de su inicio. El 24 de febrero de 1821, el general realista Agustín de Iturbide dio a conocer el Plan de Iguala por el cual se proclamó la Independencia de México del imperio español.
Iturbide había acordado con jefes políticos y militares realistas y con el general insurgente Vicente Guerrero, el fin de la guerra.
Al consumarse la Independencia, y nacer la nación mexicana, el 2 de noviembre de 1821 se publicó el primer decreto sobre las características de la Bandera Nacional, que estaría conformada por tres franjas verticales en verde, blanco y rojo, en cuyo centro reposaba un águila erguida, ligeramente de perfil, coronada y posada sobre un nopal.
La historia de México, no podría entenderse sin la enorme aportación de lo que hoy es el estado de Guerrero.
Guerrero ha estado presente y ha sido protagonista en cada una de las tres grandes transformaciones nacionales y lo es ahora en la Cuarta.
En Guerrero y con guerrerenses, construyó Morelos su ejercito, habiendo salido de Carácuaro, en la Tierra Caliente michoacana, con apenas una veintena de hombres, que ya eran miles cuando en noviembre inició su ataque sobre Acapulco.
En estas tierras se redactó y se publicaron los Sentimientos de la Nación, primer documento fundacional de la patria y en donde se perfila el carácter de lo que después sería México.
Aquí se proclamó el Plan de Ayutla que dio lugar a la Segunda Independencia nacional. Desde estas tierras, Juan Álvarez encabezó la revolución que terminaría con la dictadura de Santa Anna y daría paso a una generación de gigantes, encabezados por Benito Juárez, que reformaron a la nación y la defendieron del invasor extranjero logrando nuestra segunda independencia.
Ninguna de estas gestas hubiera sido posible sin la participación activa y protagónica de los guerrerenses.
La bandera que aquí surgió, representa lo mejor de nuestra historia, y ha estado presente desde entonces en las grandes gestas que ha llevado a cabo la sociedad mexicana, en la Independencia, en la Reforma, en la Revolución, en la defensa de la soberanía nacional, en la lucha contra las invasiones extranjeras.
Esta bandera es un orgullo de nuestra mexicanidad, de esta gran nación pluriétnica y multicultural que somos.
Representa lo mejor de la herencia que nos dejaron miles de mujeres y de hombres que nos antecedieron para forjar a la nación mexicana como una nación libre, soberana, independiente, con una gran riqueza cultural y una gloriosa historia.
Pero lo más importante es que en estas tierras, se construyó el pacto entre adversarios que dio pie a la Independencia nacional y a la creación de nuestro país.
Si Guerrero e Iturbide pudieron acordar y hacer a un lado sus diferencias para poder alcanzar la libertad y la independencia, no hay razón para que 199 años después los mexicanos no hagamos lo propio.
El próximo año estaremos conmemorando el Bicentenario de la consumación de nuestra Independencia.
Que sea esa la ocasión para realizar diversas actividades y obras que nos permitan recordarle a México que fue aquí, en Iguala, Guerrero, donde se pudo construir el acuerdo, el consenso y la armonía, y que desde Iguala, podamos impulsar la Cuarta Transformación nacional como un homenaje en el bicentenario de la verdadera independencia nacional.
Hagámoslo como lo hicieran Guerrero e Iturbide: con generosidad, con desprendimiento, con valentía, con confianza y con honor.
Trabajemos unidos para que en un año todos los guerrerenses, unidos y en concordia podamos estar celebrando doscientos años de Independencia nacional.
También en 2021 se estarán recordando los 500 años de la caída de Tenochtitlán. De esos dos episodios surgió el país que hoy tenemos que unir y armonizar. Un país que no es el precolonial de hace 500 años ni el imperio español de hace 200 sino una patria aun joven si se compara con las naciones del viejo continente que debe de tener claros sus objetivos y su proyecto nacional. Un proyecto donde quepamos todas y todos y donde las diferencias y asimetrías no sean tan pronunciadas.
Los guerrerenses y los mexicanos tenemos un año para reflexionar juntos e inventar el país que queremos para los próximos 500 años.